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High Flying Bird

Drama Dean (André Holland) es un agente deportivo que, durante un cierre patronal, ve la oportunidad de hacer negocio con una joven promesa del baloncesto (Melvin Gregg), uno de los clientes a los que representa. (FILMAFFINITY)
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Críticas 8
Críticas ordenadas por utilidad
15 de abril de 2019
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
“High flying bird” es un drama deportivo que nos muestra la parte de atrás, o la de arriba, si atendemos a lo que se nos cuenta en el film, del baloncesto NBA.
La cinta camina en la linea de “Moneyball, rompiendo las reglas” (Bennett Miller, 2011), solo que con un par de (no tan) leves cambios. El béisbol es sustituido por el básket, y el intentar atrapar tanto a devotos como a ateos de dicho deporte se transforma en centrarse únicamente en los primeros. Y ahí radica el principal defecto de la película de Steven Soderbergh, hacerla eminentemente localista. La antes citada obra de Bennett Miller enganchaba a todos por igual. Pero no solo ya esa, sino la mayoría de films encuadrados en este subgénero. “Rush” (Ron Howard, 2013) hizo lo propio con la aburridísima F1, buscaba a cualquier tipo de público. Pero misteriosa y erronemante “High flying bird” pone su objetivo solo en los amantes del deporte de la canasta. Y ahí se enfanga el producto.
Aun y con todo “High flying bird” tiene cosillas a las que aferrarse. La película en verdad aburrida no es, su escasa hora y media de duración pasa bien y no da para aburrirse. Narrativamente es fluida, los diálogos no se hacen pesados y las interpretaciones de los actores ayudan bastante a ello. A ese respecto Zazie Beetz ha sido el principal asidero al que me he aferrado en este viaje al backstage del baloncesto yankee. Y Steven Soderbergh dirige bien. Pero a pesar de todo ello es muy posible que viéndola te sientas como pez fuera del agua, y para una inmersa mayoría eso derivará en odio fácil.
En el fondo “High flying bird” es como si un folleto sobre rinoplastias, destinado a expertos especializados en la materia, cayera en manos de un ciudadano de a pie como tu o como yo que desconoce lo que es una rinoplastia. ¿Nos enteraríamos de algo?… ¡No! ¿Nos interesaría?… ¡Tampoco! Pero nada de todo ello porque el folleto fuese malo, sino porque no somos su público. Y para ser sincero no es la primera vez que me pasa con el cineasta de Atlanta. Ya me pasó en “Contagio” (2011) o en “¡El soplón!” (2009). De hecho, es uno de los motivos por los que le terminé desarrollando una especial manía a Soderbergh.
En fin, no voy a odiar “High flying bird” pero tampoco la voy a amar. Sencillamente pasado un tiempo me causará indiferencia.
Isaac Paskual
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15 de enero de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el año 2011 se dio el último cierre patronal de la NBA, donde los dueños de las franquicias y los jugadores no podían ponerse de acuerdo, en especial en lo que respecta a los salarios. Esto atrasó el inició de la temporada 2011-2012, e incluso obligó a que se jugaran menos partidos de temporada regular. En 2021 vencerá el contrato firmado en dicho momento, ¿habrá algo similar? Suceda lo que suceda, High Flying Bird plantea su argumento bajo ese escenario.

En este contexto donde no se pueden negociar con los jugadores y estos ni siquiera pueden entrenar en las instalaciones de sus equipos, aun estando bajo contrato, el filme se centra en Ray Burke (André Holland), un astuto agente de jugadores que trabaja para una compañía, debido al paro existente intenta mejorar sus condiciones dentro de la empresa en la que trabaja, siempre ligado a Erick Scott (Melvin Gregg), un joven prospecto que parece tiene todo para triunfar dentro de la liga.

Tarell McCraney es el guionista del filme, su primer trabajo en un largometraje, su nombre debe ser recordado porque su semiautobiográfico libro fue la inspiración para Moonlight (2016) de Barry Jenkins, que le deparó el Oscar a mejor guion adaptado. En High Flying Bird pone sus apuestas en este delicado tema, hay muchos diálogos y entresijos, donde opta por abordar no el juego en sí, sino todo lo que le rodea, que no siempre se conoce, no siempre es limpio y muchas veces es incómodo.

Ahora, tampoco es que lo aborda desde las altas esferas del juego, léase los dueños de las franquicias, las superestrellas o las negociaciones, lo hace desde un punto intermedio como lo es Ray, un nexo entre los equipos y los jugadores, siempre buscando sacar provecho propio de todo lo que se maneja. De hecho, el comienza a moverse de verdad cuando se da cuenta que sus tarjetas de crédito han sido bloqueadas por toda la incertidumbre alrededor del parón.

También es importante mencionar que McCraney se enfoca en los noveles del juego, aquellos que mediante el draft intentan alcanzar la máxima aspiración para un jugador de baloncesto, lograr un espacio en algún equipo. En relación con esto, a lo largo de la película se presentan testimonios de los jugadores NBA Karl-Anthony Towns, Donovan Mitchell y Reggie Jackson, aclarar que estas entrevistas son completamente independientes a personajes o trama del filme, pero van referidas a su época de novatos.

Con un presupuesto estimado de dos millones de dólares, High Flying Bird marca la primera colaboración de Soderbergh con Netflix, a sabiendas de lo revolucionaria que es la plataforma dentro del panorama cinematográfico mundial, confirmando su separación con las altas esferas de Hollywood. El realizador y director de fotografía filma por segunda ocasión con un iPhone, utilizando escenarios reales, incluso grabando en espacios abiertos sin mayor control de lo que sucede alrededor, siempre en su necesidad incasable por innovar y explorar las posibilidades de su arte.

Una película pequeña como tantas otras dentro de su filmografía, que fue estrenada en el Slamdance Film Festival, un evento específico para obras de escaso presupuesto y directores emergentes, posteriormente fue estrenada en Netflix. El filme obtuvo excelentes críticas, sin embargo, no alcanzó mayor impacto en el público, para los fans de la NBA porque no hay un abordaje metódico del cierre patronal, y para los que no, puede que se pierdan en el relato o les resulte poco interesante.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
10P24H
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15 de diciembre de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un agente deportivo durante un cierre patronal, ve la oportunidad de hacer negocio con una joven promesa del baloncesto.
Floja en todo, no despierta mucho interés ni como historia ni como lo narra.

Esperas en todo momento que suceda algo interesante y no ocurre nada, solo una narración de hechos simplona.
Shevchenko
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