Haz click aquí para copiar la URL

La sal de la tierra

Drama La huelga que protagonizaron unos mineros de Nuevo México supuso una dura y amarga batalla, pero contaron en todo momento con el apoyo de sus mujeres. Controvertido melodrama semidocumental en el que intervienen personajes reales, pero que tuvo que afrontar innumerables problemas durante y después del rodaje: el director, el productor, el guionista, el compositor y el actor Will Geer figuraban entonces en la "lista negra" del Comité de ... [+]
<< 1 2 3 4 5 >>
Críticas 23
Críticas ordenadas por utilidad
14 de abril de 2015
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Tened cuidado con quien ponéis en vuestra lista negra, pues puede ser ensalzado como un héroe por la próxima generación, si no por esta" - Herbert J. Biberman

La forma de acabar con una opresión no es sustituirla por otra. Este parece ser el mensaje de La sal de la tierra, obra basada en un hecho real que, haciéndose eco de los problemas que afectaron a los mineros de Nuevo México durante la década de los 50, alude directamente a la discriminación que sufrían las mujeres por parte de sus propios maridos. Dicho esto, se trata de un filme atípico que fue dirigido en plena caza de brujas por uno de los Diez de Hollywood, Herbert J. Biberman, con la intención de visibilizar un conflicto del que los poderosos se desentendían, el del despotismo “anglo” en las minas de zinc, que condenaba a la miseria a los propios nativos. Por ello, nos encontramos con una obra de bajo presupuesto, que se sirve de técnicas cinematográficas sencillas y que no cuenta con unas interpretaciones que pasarán a la historia (a no ser por su autenticidad, puesto que la mayoría de los actores eran los propios huelguistas); pero que, sin embargo, funciona, al compartir con nosotros un drama profundamente humano, en el que los obreros no son héroes proletarios, sino trabajadores que no han podido disfrutar de los privilegios de la educación pero que luchan por sus derechos y, mientras lo hacen, aprenden que la liberación de su clase pasa también por la de la mujer. A este respecto, la evolución de Esperanza Quintero, la coprotagonista, es más que interesante: a través de la lucha obrera, toma conciencia de sus derechos, sin haber oído jamás la palabra “feminismo”. En definitiva, esta película, que ahora figura en el Archivo Nacional de la Biblioteca del Congreso de EEUU como una de las cien que merecen ser preservadas para la posteridad, constituye todo un monumento a la dignidad humana, además de una de las obras cumbre del realismo social más combativo y alejado de todo dogmatismo y voluntad adoctrinadora.

PS: Para quien quiera saber más acerca del contexto de clandestinidad en el que se rodó la película, recomiendo el visionado de Punto de mira (One of the Hoyllwood Ten) de Karl Francis (2000), ya que arroja luz sobre la historia de Bieberman y las condiciones de rodaje de este filme.

Davina Santos
Crítica para www.12criticossinpiedad.blogspot.com.es
Davina Santos
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
4 de julio de 2011
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
El domingo 14 de marzo de 1954, se presentó en el Teatro Grande de Nueva York “Salt of the Earth", dirigida por Herbert J. Biberman, sobre un argumento de Michael Wilson, con sólo cinco actores profesionales: Rosaura Revueltas y cuatro de los incluidos en las listas negras del MacCartismo (como el propio Biberman que ya había pasado un año en la cárcel). Todos los demás actores eran los mineros, mujeres e hijos de los que hablaba la película. Fue un gran acontecimiento tanto por razones cinematográficas como humanas (ligadas a la auténtica tragedia ocurrida en la mina, y la urgente necesidad de parar la voracidad usurera de las compañías). “La sal de la tierra” abordó, con la más austera estética neorrealista, la larga huelga sostenida por estos mineros de Nuevo México.

Inicialmente, previniendo las dificultades que suscitaría filmar la película en unos Estados Unidos envueltos por el terror MacCartiano, se la ofrecieron a la Dirección de Cinematografía de México, pero la Oficina de Censura la rechazó. Biberman volvería a México para buscar una actriz cuyo físico respondiera a los requerimientos del papel de Esperanza, la protagonista del film, encontrando a Rosaura Revueltas con la que empezó a rodar en Silver City. El protagónista masculino (Ramón, esposo de Esperanza) recayó en Juan Chacón, presidente de la sección 890 de la Unión de Trabajadores Mineros, coproductora de la película.

En la cinematografía mundial son escasos los ejemplos que salgan bien parados de intentar sacar proyectos realizados con el enfrentamiento de los gobiernos y la propia industria. Parecería imposible realizar una película en semejantes condiciones, pues requiere del trabajo y compromiso de mucha gente y de complejos equipos, permisos y plazos a protejer y cumplir. De ahí que deba apreciarse como verdaderamente heroico el esfuerzo de quienes lograron realizar “La sal de la tierra”. Con una prensa local enfrentada desde el principio, alimentando la furia anticomunista contra ellos, las represalias no tardaron en aparecer llegando a su punto culminante cuando Rosaura Revueltas fue detenida antes de terminar el rodaje y expulsada de EEUU. Por suerte ni Biberman ni Rosaura se dieron por vencidos y en colaboración con el cineasta norteamericano Bill Miller, entonces en México, el teatrista Asa Satz, y el poeta Manuel Altolaguirre se las ingeniaron para rodar las tomas que faltaban.

El resultado está ahí. Un prodigio de naturalidad en la puesta en escena, un ejercicio de coherencia ideológica y uno de los pocos triunfos del arte comprometido enfrentado a la gran industria.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jabi
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
10 de marzo de 2011
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
He aquí un documento gráfico que deberían recuperar todos los sindicatos del mundo para concienciar a los trabajadores de la fuerza de la unión y las miserias a las que conduce el individualismo. Claro que primero habrían ellos de interiorizar el mensaje y no considerar que hay cosas que ya están superadas; porque si olvidamos nuestros orígenes el camino andado se desandará y los logros conseguidos se convertirán en polvo.
Que no piensen los obreros de hoy (los que ejercen), que los mineros y mujeres de los años 50 en Nuevo Méjico no son representativos del momento actual; las reivindicaciones no han cambiado: no se ha conseguido igualdad y la dignidad está en franca retirada.

Los mandatarios estadounidenses de aquellos días no sólo censuraron esta película, también aprovecharon para engordar la lista negra de los amanuenses del Comité de Actividades Antiamericanas. Herbert J. Biberman, su director, estuvo seis meses en prisión por negarse a confirmar o negar su afiliación al Partido Comunista.
¿Alguien puede dudar de la veracidad de lo que se expone en este semi-documental? ¿Alguien puede asegurar que, sesenta años después, los directores de empresas se han humanizado y ya no piensan exclusivamente en la cuenta de resultados?
Las crisis, paridas por el capital para llevar al redil a las ovejas descarriadas, nos están empujando nuevamente a las trincheras y allí encontraremos los olvidados huesos de quienes combatieron por una vida mejor para todos y a quienes no hemos honrado.

Además del inmortal mensaje la película cuenta con una increíble calidad fílmica (dados los problemas de financiación) y con un científico estudio antropológico que ha llevado a la propia Librería del Congreso de los Estados Unidos a considerarla una obra de interés patrimonial. ¡Tienen gusto los, seguramente, hijos y nietos de aquellos represores y explotadores de mineros!
Sinhué
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
25 de junio de 2011
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La eterna lucha contra la injusticia laboral, en este caso, mineros de Nuevo Mexico que carecen de medidas de seguridad y discriminados respecto a sus compañeros americanos, traspasa las barreras de las asambleas entre hombres y el apoyo de los sindicatos para convertirse en una lucha donde las mujeres se convierten en una pieza clave e indispensable para conseguir el éxito de una reivindicación pacifista.

Herbert Biberman rodó en la misma localidad en que ocurrió la historia y tuvo muchos problemas de persecución y amenazas por la caza de brujas del momento.

La actriz Rosaura Revueltas demuestra su gran maestría en un personaje que mantiene una lucha personal hacia una realización de sí misma. Los actores en su mayoría no eran profesionales como el líder Juan Chacón, minero que lideró la huelga.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Buñuela
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
2 de febrero de 2014
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los obreros tienen una razón poderosa para sindicalizarse: “Unidos somos una fuerza significativa y respetable”. Y como dice la vieja canción: “Un colihue es muy delgado / y muy fácil de quebrar / pero si juntamos varios / es difícil de lograr”. Los patronos también tienen una buena razón para permitir que sus trabajadores se sindicalicen: “Es más fácil negociar con cinco trabajadores que con cincuenta”.

Más, sin embargo, muchos han estigmatizado al sindicalismo. Es cierto que ha habido razones de parte y parte que han llevado a fortalecer el estigma. La represión patronal ha forzado respuestas agresivas de algunas asociaciones. Ha habido sindicatos manejados improcedentemente… pero, en general, el sindicalismo ha fortalecido a las empresas al conquistar ambientes laborales más justos, lo que redunda luego en una mayor productividad y estabilidad del personal calificado.

Por eso, cuando uno ve un filme objetivo, semi-documental y tan humanamente hecho como <<LA SAL DE LA TIERRA>>, queda sorprendido cuando se entera de que, el productor Paul Jarrico, el director Herbert J. Biberman, el guionista Michael Wilson… ¡y hasta el actor, Will Geer!, hicieron parte de la lista negra del gobierno por el simple y legítimo hecho de defender - ¡en justicia plena!, ¡constitucionalmente! -, el derecho a mejorar las condiciones de vida de una especie de trabajadores como los mineros que toda la vida, aún en pleno siglo XXI, han sido tratados de manera muy parecida a la de los esclavos.

Financiado por sindicatos internacionales, <<LA SAL DE LA TIERRA>> es un bello y elocuente filme, que exalta la labor de la mujer en tiempos en que se pretendía que su lugar fuera la cocina y el fregadero... y algo más. Aquí, la mujer chicana cambia la historia, rompe con las tradiciones, y demuestra a sus hombres –y a los demás machistas del mundo- que ellas pueden luchar hombro con hombro, inteligencia con inteligencia, y con una perseverancia invencible en la conquista de reivindicaciones sociales.

Michael Wilson, logra un brillante guion, mesurado y sin alardes triunfalistas, que solo deja asentada la equidad entre hombres y mujeres, y el derecho a que las empresas se ocupen por igual de todos sus trabajadores. Y Herbert J. Biberman -logrando que aparezcan en el filme los verdaderos activistas de aquella lucha histórica-, consigue uno de los más relevantes filmes sociológicos que se hayan hecho en la historia del cine.

Necesario exaltar la labor en la actuación de Rosaura Revueltas, quien, como la vital Esperanza Quintero, enseñará a su marido lo que es una Mujer de Verdad; y también la de, Henrietta Williams, la Teresa que abrirá el camino para la reivindicación femenina.

Una vez más lo demuestra la historia: “No son los que tienen la fuerza sino quienes tienen la resistencia, los llamados a vencer”.
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 4 5 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow