De mayor quiero ser soldado

Desconocía las críticas sobre esta película y la vi porque no tenía otra cosa que hacer pero me he encontrado con una película verdaderamente impactante y sorprendente. Una crítica contra la televisión claramente sincera. Quizás es demasiado radical y por eso no la he plantado el diez, porque eso depende mucho de como sea esa persona. Los actores están bien, a destacar el niño protagonista Fergus Riordan (la mala Ghost Rider 2) que aunque tiene momentos buenos también los tiene malos ya que el 50% de la película la narra él con voz en off y eso suena a todo leído y sin interpretación ninguna pero por ser un chaval se le perdona. Robert Englund está fabuloso como papel de psicólogo y Danny Glover quizás se le pida un poco más de lo poquísimo que sale. Su duración es perfecta y se me pasó volando, cuando miré el reloj ya llevaba una hora y diez de película por lo cual no me aburrí. Es una cinta bastante macabra y maquiavélica y quizás excesiva en tacos pero es como digo yo, "la película que todo gamberro debería ver para que se le abriesen los ojos". Tiene momentos impactantes como el final que es verdaderamente inesperado para mí y los momentos como el del baño y el pollito o la contestación final de el niño y la madre sufriendo. En fín, una película que he disfrutado bastante viéndola y de la cual no me esperaba nada y me he llevado una película fabulosa. Te gustará si te gustó la otra española "Cruzando el límite" que tiene un poco de semejanza con esta.

La película no será una obra de culto, pero hace una crítica brutal e implacable de la sociedad tan hipócrita en la que vivimos donde todos somos pacifistas y a nadie le importa exportar la guerra, siempre y cuando no sea en nuestro patio.

Una familia acomodada que al tener sus segundos hijos (gemelos) relega a su primer vástago a un segundo plano el cual se refugia sin ningún tipo de control en la cultura de la televisión donde atraído por su tremenda propaganda se siente cómodo en el arte de la violencia. Una violencia retrasmitida 24h sin ningún tipo de criterio y absorbida por una mente sin ningún filtro.

El mismo lleva a cabo esa violencia y es cuando la hipocresía de esta sociedad choca con toda esa cultura televisiva; Donde se le dice cómo ha de actuar sin educarlo y cuando no es como el resto se ejerce contra él la violencia institucional, sin llegar al fondo del asunto.
No se puede educar desde la hipocresía, es un error pretender que alguien siga unas normas para no ser violento cuando se usa la violencia para que las siga.

Leyendo las criticas he podido comprobar que es una película de las que adoras o la odias.
Personalmente creo que está en un término medio y hay que verla en muchos sentidos.
1- Entre toda la basura que he visto de nuevos realizadores españoles, esta película, guste o no, es un soplo de aire fresco del cual gracias a dios, podemos pensar que aun hay salvación.
2- Está muy bien realizada y además vuelve a demostrarse, que el cine español mejora muchísimo cuando incorporan la ayuda y experiencia extranjera. Eso dice mucho del cine Español que tiene mucho que aprender con la excepción de algunos directores ya consagrados.
Dime con quién andas y te diré quien eres, en éste caso puedes aplicar lo de, dime lo que ves y te rodea y te diré en lo que te convertirás...y también, como alusión al final, quién mal anda mal acaba.
Es tan simple como eso.
¿Pudo ser mejor? Pudo ser mucho mejor...solo veamos el ejemplo de American History X, esa es una obra maestra y no se aleja demasiado en el contexto de adolescentes sin personalidad.

Alex (Fergus Riordan) es un niño que tiene todo lo que le han dado sus padres (Andrew tarbet y Jo Kelly). Viven en una espaciosa casa y a Alex no le falta una gran habitación donde puede estudiar y jugar todo el rato que quiera. Su imaginación no tiene límites fijando su sueño infantil de convertirse en astronauta. Por eso se ayuda de los amables consejos de su simpático amigo, el imaginario Harry (Ben Temple), disfrazado con un uniforme espacial.

Cuando su madre da a luz a gemelos, Alex se siente desatendido y, después de comprobar que algunos de sus compañeros de clase disponen de televisión en su dormitorio, implora a sus padres que le compren una. Una vez influenciado por la caja tonta a través de las guerras, catástrofes y desfiles militares,… Alex se refugia alucinado en su nuevo deseo de convertirse en un soldado armado hasta los dientes. Sus sentimientos de aniquilar con todo aquello que rechaza (empezando por los campos de guisantes que terminarán en el alimento que más odia) se hacen cada vez más evidentes acordes a su nueva actitud rebelde. Y contará (aparte de un par de palurdos amigos de escuela) con otro imaginario amigo: el sargento John Custler (nuevamente interpretado por Ben Temple) que le motivará a hacer todo aquello que no debería hacer.

Christian Molina (Diario de una Ninfómana) nos retrata la cuesta debajo de un niño aparentemente normal, pero que por razones de incomunicación acaba siendo objeto de su inocencia e inmadurez cuando cree que él puede ser amo de su propio destino. La película se excede en su mensaje de moralina pero como material para pase en las escuelas no estaría de más. Las correctas intervenciones de Danny Glover (como director de la escuela) y Robert Englund (de psicólogo) no le dan méritos a un film que podía haberse planteado mejor y que, en su conjunto, parecería un producto destinado solo para la televisión sinó fuera por las impresiones y deseos que expresa su protagonista en su deseo de convertirse en toda una máquina de matar.

Lo Mejor: la voz en off del niño
Lo Peor: su mensaje, demasiado evidente

Es un film correcto, pero también es una sacudida mental casi extenuante. Sin embargo, mediante su buen hacer Christian Molina consigue un efecto interesante que nos acompañará hasta el final. El trabajo de Fergus Riordan es más que correcto e invita a no perderle de vista. Tampoco pasa desapercibido el doble papel de Ben Temple, gracias a él nos internamos mejor en la mente del niño que quiere ser soldado... o astronauta.