Las vírgenes suicidas

Si. Todo a la vez: golpe y caricia. Envolvente, mágica, dulcísima, fantasmagórica, nociva, ñoña, inocente y rabiosamente enigmática. Su chute de supersensibilidad te sacude en lo más profundo del corazón. Sofia Coppola se sale en su primer trabajo con una fotografía excelente, especialmente la maravillosa blanca luz y los tenebrosos fondos azulados. Como no, tambien a destacar, la BSO. Brutal. Que original collage de hits sixties y seventies con los temas eléctronicos de los franceses Air.

El film retrata una uniforme y aburrida burguesia americana encajonada en sus formalismos y patrones que oprime el estallido emocional y espiritu soñador de cinco hermanas adolescentes.

En la interpretación me encantan las bellísimas sonrisas y las seductoras y complices miradas de las chicas frente a la paranoica rigidez cadavérica de los personajes adultos.

Cumple con creces el objetivo de remarcar el salto generacional que siempre nos acompanará.

Pues había una vez, en un barrio muy bonito, con casitas cuquis por un tubo, una familia que tenía una hija por año, hasta juntarse casi media docena. Si se posaban una junto a la otra en orden de nacimiento, tenías una escalera de rubitas bonitas y relucientes. Pues bueno, unos chavales, que pululan por ese bonito barrio de casas de caramelo y frutas escarchadas, están súper enamorados de ellas, como no. Y 20 años después que las susodichas dejen ese horrible mundo, rememoran.

Pues se supone que “la Sofi” nos venía a contar aquí una historia dramática y turbadora. Los ingredientes no faltan: Adolescentes, padres estrictos, y suicidios.
La primera en irse es Cecilia. Pues bien, todos los elementos que sirven al retrato de su personaje se reducen a una frase: "Usted no sabe lo que es ser una chica de trece años." Después viene el harakiri y después, hala, si quieres saber que es lo que sentía, o le pasaba por la cabeza a la chavala de trece años para llegar a eso, te quedas con las ganas. Al igual que siempre que intentes buscar razón de ser en esta superficial no, plenamente vacía película. Pura esencia de los más acartonados estereotipos familiares, ni siquiera esbozados, si no pegados sin forma ni contorno de la forma más brusca y ramplona:

-De las chicas solo sabremos su nombre, y ninguna está desarrollada si quiera superficialmente: sólo nos acordaremos que la más chica muere primero y que la más cachonda la interpretaba Kisten Dunts. A las otras tres sólo podemos definirlas con el adjetivo de "ausentes", o sea que si no estuvieran, pues lo mismo habría sido, pero la cosa como que impresiona más si son cinco.

-Y los padres estrictos presentan esta naturaleza: Se supone que están siempre encima de las niñas, pero cuando les montan una fiesta a las pipiolas por recomendación del psicólogo, pues resulta que sólo invitan chavales. En ese barrio no hay más niñas. Sólo ellas. Velan por la integridad de sus hijas, y luego les dejan el sótano y les mandan un chavalín para cada una... A mí me parece que se portan de puta madre ahí. Lo mismo pasa cuando Josh Hartnett le pide al padre llevar a Lux al baile: aquí o todos moros o todos cristianos, quiero un amiguito para cada una, si no nada. La madre apenas habla durante toda la peli, pero lleva un crucifijo en relieve sobre el pecho. Está claro que es una puritana estricta y veladora de la moral. Y es tan lista ella que obliga a la niña a quemar la música rock -¡la carga el diablo! ¡Se sabe!- en la chimenea "ultimo catálogo del ikea" para atestar la casa de humo negro y asfixiante, pero da igual: ahí se demuestra que la madre no anda con chiquitas, ¡JA!
Tampoco comprenden que es eso de la individualidad: Resulta que una se pasa la noche entera por ahí de revolcones con el Hartnett, y castigan a todas, sin distinción, y ya ni siquiera las dejan ir al instituto. Pero ellos se consideran unos padres geniales.
SIGUE EN SPOILER, por espacio.

Hay quien dice que esta película trata sobre la decadencia. Es posible. Desde luego, de la directora no se puede hablar en tal sentido. No por nada, sino porque para llegar a la decadencia es preciso haber alcanzado la plenitud en un momento anterior. Y no es el caso. Más o menos la distancia que separa a la esplendorosa Kathleen Tuner de “Peggy Sue se casó” del lamentable aspecto con el que aparece en esta película, abotargada, añosa y horrible, esa es la diferencia de talento que existe entre Francis Ford Coppola y su querida niñita.

No logro entender la fascinación que la película ejerce sobre gran parte del público. Estas “Vírgenes suicidas” son una especie de capítulo XL de “Aquellos maravillosos años”, pero sin ninguna gracia y sin el bueno de Kevin y sus acertadas disquisiciones vitales. Todo me parece artificioso, desde la puesta en escena hasta el departamento de peluquería, que es la encarnación de la grima. El reparto resulta muy poco convincente, con un Josh Hartnett (clavado a Rafa Nadal, pero en guapo) en un papel ridículo, unas hermanas sin la menor penetración dramática (ni de la otra) y unos adultos próximos a la idiocia total.

Sofía, ese misterio sin resolver.

Hola de nuevo Sofía

¿A que no sabes que he hecho hoy? ¡Ver vírgenes suicidas!

Mi primera intención ha sido seguir el ejemplo de las Lisbon, pues tú opera prima cariño se las trae.

Pero he decidido posponer la decisión y mandarte una de mis misivas llenas de mi más tierno cariño.

Yo me creía que las tarifas planas las daban las compañías de telecomunicaciones solamente, tu has conseguido con tu indudable talento llevarlas al mundo del cine, has inventado las películas planas, lo cual me parece muy fashion, así como tu eres querida.
Pues más plano que esta peli no hay nada te lo aseguro, pero ya se que lo haces aposta, pues tu eres así querida.

En tu debut cinematográfico realmente te esmeraste con el guión, enseñaste tu camino a seguir, cojo un buen libro lo destrozo, quito todos los diálogos y tan pancha, para que cansar con parloteo a los pobrecitos actores, mira que si se quedan afónicos los pobrecitos ¡Penita de criaturas!

¡Y esos maravillosos primeros planos! ¡Jo tía como molas! ¡Que delicada eres!, ya lo he dicho en anteriores críticas a tus películas ¡Que poco curra el cámara! ¿Les pagas la mitad del salario? O quizá eres así de esplendida con estos grandes profesionales.

Esta maravilla tuya me jode más que las demás, perdona querida por el vocabulario, ¿sabes por qué? Pues creo que el argumento es muy bueno, creo que el libro debe de estar muy bien, me gustaría que alguien hubiese dado a tus muchachuelas una pizca de personalidad, un cierto dramatismo, y pido desde estas líneas que alguien haga un Remake con talento de tu primera obra, sin tantos planos y gilipolleces.

No me voy a enrollar más pues creo que no merece perder el tiempo hablando de el lío que montas con los personajes, lo mal hilvanados que están y lo extremadamente aburrido que es film, solo decirte que tu película se analiza en las 4 próximas líneas



Vacía totalmente.

Se que voy a volver a ser acribillado con esta crítica, pero tía ¿sabes una cosa? A mi me gusta el cine, y por mucho que se empeñen tus fans esto no es cine.

Besitos Coppolita

Alguien quizá se pregunte el por qué le doy un tres, pues lo explico, estos puntitos se los dedico dándole el pésame a Jeffrey Eugenides autor de Vírgenes Suicidas, y prometo que leeré tu libro, pues el argumento promete ¡ánimo el mundo sigue después de esto!

Muy buena peli sobre la tragedia de las hermanas Lisbon. La Coppola refleja el mundo adolescente y la pasiones que se sienten en ese momento de la vida de forma sobresaliente. Inolvidables las escenas de la fiesta en casa de las hermanas, y las reacciones ingenuas y absurdas de los adolescentes. Por otra parte también hay una crítica a la familia americana burguesa puritana, presentando un ejemplo quizá algo excesivo pero no muy alejado de casos actuales y tristemente reales, con padres demasiado rígidos que pueden hacer mucho daño. La Kathleen Turner hace un papelazo y está especialmente fea.