Zona libre

En Free Zone, Amos Gitai, sobrevuela el conflicto palestino-israelí desde una óptica, para mi gusto, demasiado neutral, y de una forma peligrosamente íntima.
Demasiado neutral, no porque debiera mojarse, sino porque afecta directamente a la película, haciéndola carente de 'chicha'. Y peligrosamente íntima, refiriéndome a diálogo, ritmo y chispa, sobre todo en la primera parte de la cinta, en la que indaga, en forma de recuerdos, en la historia reciente de Rebeca (Nataile Portman), y la ruptura con su novio.

El director israelí, nos cuenta un caso que es probable que se dé fácilmente en la zona. Es el de un hebreo y un palestino que son socios de negocio, y que se ven, inevitablemente, influidos por el conflicto. Como ya comenté antes, no ahonda más, simplemente cuenta lo que ve.

Lo que más me ha gustado es la conversación que tienen Rebeca y 'el americano' en la colina. También lo de juntar a una israelí, una palestina y una americana en un coche, donde lo mismo discuten (no políticamente), que se ponen a cantar felizmente una canción que suena en la radio entre boletines informativos avisando de atentados.

En resumen, una idea cojonuda, pero dirigida con riesgo de aburrir.
Lo mejor es el final, por tanto, he de recomendarla, pero véanla un día que no tengan mucho sueño acumulado...

Nota: 6,3

Empieza la película. Primer plano de Natalie Portman. Empieza a llorar. Llora, llora amargamente, y sigue así la cosa.
Vale, ¿Y después?. Después nada, vacía. Una historia que no engancha, sobre un tema sociopolitico o como queráis verlo o decirlo, que ya cansa cosa mala. Una road movie pasa fronteras, que ni mi amada Portman hace digerible.
Una israelí, una palestina y una americana en un coche. Aun me pregunto donde estaba el chiste. Y el final (si, aguante hasta el final) me parece una tontería supina.

Esta es una película aburrida. A veces parece que el dinamismo y el entretenimiento esté únicamente ligado con el cine comercial y soez, y que las películas que abordan temas "serios" tengan que ser comedidas y pausadas. Por ello caemos muchas veces en el error de justificar nuestro aburrimiento al hecho de que la película sea política, social o esté comprometida con alguna otra causa. Todos conocemos la masacre histórica que se lleva perpretando entre Israel y Palestina y agradezco poder ver escenas rodadas en el territorio pero, a día de hoy, es necesario aportar ideas nuevas y frescas. La primera secuencia de la película es arriesgada: muestra un plano de larga duración donde se ve Natalie Portman llorando mientras observa el mundo afuera del cristal de su coche. A algunos les parecerá delicado y que Portman siente cada lágrima como si fueran suyas de verdad. Para mí, no es creíble.
En definitiva, una película aburrida con actuaciones correctas pero insuficientes para el tono que pretende dar el argumento.

Entender..., si, entender y comprender una forma de vivir y actuar en un lugar que solo sospechas como viven, pero que en esta película une vínculos, conversaciones, músicas, tragedias, Natalie Portman nos muestra un mundo nuevo desde un taxi y unas conversaciones inolvidables, simplemente me parece genial y el final lo más lógico pero a la vez lo más insospechado. Sin más os diré que es una película muy cuidada y que no me defraudó, y la banda sonora con la que empieza y termina la película, preciosa, pero que Estrella Morente canta en español merece la pena escucharla también, se titula el tango del chavito. Un saludo

Dos planos fijos muy concretos de Zona libre son los que sin duda perdurarán en la memoria de espectador: el del bello perfil de Natalie Portman en el interior de un coche, llorando ante la contemplación de su amada Israel presente fuera de campo; y el de dos mujeres, una palestina y otra israelí, en el interior del mismo coche, inmersas en una discusión ridícula. Ambos, simbólicos e impactantes planos, dan buena muestra del dolor y la frustración que el conflicto de Oriente Próximo genera en el cineasta israelí Amos Gitai, quien no trata de desentrañar ni las causas ni la Historia del enfrentamiento, sino, más bien, dar testimonio de su crítica, humanista, y, sobretodo, pacifista posición.