El último rey

Una gélida aventura llena de acción medieval, alguna cara conocida y un poco de cultura nórdica es lo que encontraremos en esta producción noruega, que al principio puede parece algo confusa en cuanto a nombres y trama se refiere, pero que rápidamente se va aclarando el contexto histórico en el que está situada para de este modo poder disfrutar sin reparos de una trepidante persecución de hora y media.

Con la dosis justa de violencia y con la suciedad necesaria para que resulte realista, su buen ritmo narrativo, el carisma de los personajes y la belleza de los nevados paisajes naturales sirven para que el conjunto cumpla su misión levemente didáctica y sumamente entretenida.

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Pero no acaba de ser buena, le falta alma me dejo bastante frio en muchos momentos, en la acción la falta chispa, las batallas no acaban de convencerme como estan realizadas, lo único destacable es las escenas de squies.
No hay un actor con carisma que haga que te atraiga mas el metraje, las interpretaciones no aportan nada destacable, eso es otro fallo de la cinta. Se deja ver pero para olvidar pronto. Un placer.

Se deja ver, pero nada más. Como los paisajes, te quedas un poco helado, es una película fría, sin chispa, sin alma. Lo único destacable, la parte histórica y las escenas de esquí. Lo demás, acción de lo más simple. Recomendable para eharse una siesta.

Siempre me ha gustado el cine histórico, por eso de que aunque con una visión algo distorsionada, vas conociendo la historia y el devenir de las distintas culturas y los distintos hechos que nos han conducido en mayor o menor medida hasta nuestros días. Este es el caso de El Último Rey, producción mayoritariamente noruega relata hechos decisivos para este país acontecidos a principios del siglo XIII en Noruega y que como en toda la Edad Media, fueron épocas de inestabilidad y de rivalidades entre clanes agravada por la muerte del monarca y el nacimiento de un hijo ilegítimo que un sector proclamó como el futuro rey de la nación.
El bebé se llama Haakon Hakonson. En el relato se explica más o menos bien su nacimiento fuera del matrimonio real y el hecho de que se su subida al trono acabaría con la violencia de la guerra civil. Los partidarios del recién nacido, que reinó como Haakon IV, se llaman birkebeinerne, y quienes lo persiguen para matarlo reciben el nombre de baglers y aquí es donde me pierdo, me recuerda mucho a una conocida empresa de muebles que es tan difícil de pronunciar sus nombres como de armarlos.

A principios del siglo XIII en Noruega, dos guerreros tendrán que embarcarse en una peligrosa misión en plena guerra civil: salvar al joven heredero, un niño ilegítimo a quien medio reino quiere ver muerto. Skjervald y Torstein emprenderán un duro viaje a través de las montañas en pleno invierno para salvaguardar el futuro del reino.

Nils Gaup (En busca de la estrella de Navidad) dirige este drama de acción que ha escrito Ravn Lanesskog (el corto Isola). Lo protagonizan Jakob Oftebro (El reino de Dunark) y Kristofer Hivju (la serie Juego de tronos) como los valientes guerreros, encabezando un reparto en el que también encontramos a Nikolaj Lie Kaas (El niño 44), Thorbjørn Harr (la serie Vikingos), Pål Sverre Hagen (Uno tras otro), Benjamin Helstad (La isla de los olvidados), Stig Henrik Hoff (Perdidos en la nieve) y Anders Dahlberg (Glass Dolls).

El problema que me encuentro, es que me coge muy lejos la historia, la desconozco y que contada con alfileres, centra más su desarrollo en unos magníficos y espectaculares paisajes y unas persecuciones sobre esquíes en la nieve a lo largo de las montañas nevadas y unas batallas muy concisas, sin estridencias y una fotografía espectacular centrado en la belleza de las montañas nórdicas.

Lo mejor: Una fotografía y paisajes bellÍsimos. No decae la trama en ningún momento
Lo peor: Al no conocer la historia, hay ciertos momentos en que la proliferación de personajes se hace enrevesada. Que se piense que es una secuela de Vikingos o GoT.

Haakon IV por mucho que diga el título en español no fue el último rey de Noruega, aunque durante su reinado se pusieron fin a 110 años de guerras civiles en que los "vikingos" noruegos además de asolar el mundo conocido también se mataban entre ellos para no perder las buenas costumbres.

La debilidad de sus normas de sucesión y tener una tradición de compartir el poder entre distintos reyes zonales les llevaría inevitablemente a conflictos entre las diferentes facciones cuando empezaron a querer centralizar el poder en un solo rey. Durante más de 100 años la norma más extendida para la sucesión fue el asesinato del rey anterior.

Entre las diferentes facciones estaban los Birkebeiners (piernas de abedul) norteños de extracción humilde y los Baglers, comerciantes ricos del sur apoyados por la iglesia de Roma.

Cuenta la historia noruega que dos avezados esquiadores Birkebeiners (Torstein y Skejervald) pusieron a salvo al futuro rey Haakon en una mitificada huida de sus perseguidores Baglers. Dicha huida quedó homenajeada desde 1932 con la carrera popular de esquí de fondo que lleva el nombre de los partidarios del rey y en el oleo del pintor noruego Knud Bergslien de 1869.

La película de Nils Gaup rayana en un digno telefilm de sobremesa apenas esboza el contexto histórico general y se centra en la hazaña de los esquiadores en una aventura de corte convencional con personajes planos apoyados eso si por una buena labor de vestuario y espectacularidad en las persecuciones donde los esquís comparten protagonismo con la belleza del paisaje.

Se agradece lo comedido del metraje.