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Roman J. Israel, Esq.

Drama Roman J. Israel, Esq. (Denzel Washington) es un abogado defensor idealista y con vocación cuya vida cambia drásticamente cuando su mentor, un icono de los derechos civiles, muere. Cuando ante su nueva situación es contratado por un bufete dirigido por un ambicioso abogado, Geoge Pierce (Colin Farrell), y comienza una amistad con una luchadora por la igualdad de derechos (Carmen Ejogo), una turbulenta serie de eventos desafían el ... [+]
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Críticas 50
Críticas ordenadas por utilidad
28 de abril de 2018
15 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director y guionista de la brillante Nightcrawler nos vuelve a sumergir en una historia que gira alrededor de la compleja personalidad de su protagonista, esta vez encarnado por un camaleónico y como siempre soberbio Denzel Washington, quien merece cada una de las nominaciones y premios que recibió por este elaborado papel.

En cuanto al guión, que toca temas como la realización personal o la crítica al sistema judicial americano, resulta parcialmente verosímil, e incluso podría "colar" como basado en hechos reales si no fuera porque una vez sobrepasado el ecuador de la película, todo se vuelve un tanto incongruente.

Aún así, sin ser un largometraje redondo sobre un subgénero bastante manido y farragoso como la abogacía, resulta entretenido y estimulante en su conjunto.

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Cine de Patio
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4 de mayo de 2018
10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Roman J. Israel, Esq es el segundo trabajo de Dan Gilroy -Nightcrawler-. Si en su debut el director ponía el ojo en el mundo del periodismo criminalista con mucha mala baba, ahora no pierde el espíritu crítico a la hora de diseccionar el sistema jurídico penal de la ciudad Los Ángeles. Y lo hace creando un personaje sublime interpretado de manera brillante por Denzel Washington.

Y es que podemos decir sin género de duda que el papel y la interpretación del doble ganador del Oscar son lo más potente del filme. Algo que a simple vista puede parecer una crítica negativa dejando al conjunto en algo menor que no esta a la altura de su figura central. Nada más lejos de la realidad. Lo que ocurre es que quizá nos encontramos ante la mejor interpretación del actor neoyorquino. Y esto son palabras mayores.

Washington esta pletórico. Se adueña del filme con un personaje que conmueve, emociona y divierte. Roman J. Israel es un hombre de otra época, un idealista que peleó en su momento por los derechos civiles y que aún lo sigue haciendo, a pesar de verse prácticamente solo en esta labor. Un erudito que se sabe de memoria el Código Penal de Los Ángeles y que, al igual que el bulldog de cerámica que preside su despacho, defiende los derechos de los más desprotegidos. Con un aspecto un tanto descuidado y un estilo pasado de moda; siempre escuchando música para lograr evadirse de esas voces internas que le mantienen en primera línea de la batalla social o con esa dieta que sigue, basada estrictamente en sándwiches.

La primera parte del filme, cuando el protagonista tiene que reubicarse y buscar trabajo, es la más sentimental con algunos momentos que llegan a emocionar al espectador. Un ejemplo de ello es cuando el personaje de Denzel conoce a Maya -Carmen Ejogo- una activista que trabaja de voluntaria para una organización a la que Roman va a solicitar trabajo.

En la segunda parte del filme, cuando Roman pasa a trabajar para el bufete de George Pierce, podemos ver como ambos personajes se ajustan el uno con el otro. El tono crítico del inicio hacia el sistema judicial persiste y aparecen otros aspectos que suponen un dilema para el protagonista y que dan un giro esencial en la trama, revitalizando de esta manera el desarrollo de la misma.

La película no trae buenas críticas desde EEUU. Dan Gilroy había puesto el listón muy alto con su opera prima -Nightcrawler- y creo que es un error comparar las dos películas o esperar un impacto similar, ya que aunque las dos son reivindicativas con algún aspecto del sistema/sociedad estadounidense, tienen diferencias significativas. Lo que comparten ambas es la mezcla de drama, thriller psicológico y crimen que hasta el momento Gilroy maneja con bastante pericia.

Por ello considero a Roman J. Israel, Esq. una película bastante notable en general, con un personaje principal sobresaliente y unos secundarios, especialmente Colin Farrell, que no solo sobreviven al 'tour de force' de Washington, sino que brillan en su labor. Un filme entretenido y sólido que mantiene la atención del espectador y que te deja, al menos a mi, pensando en el mismo días después de haberlo visto.

Más sobre esta y otras películas en el blog: argoderse.blogspot.com.es y en la página de facebook: argoderse
Daverunner
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7 de mayo de 2018
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante desarrollo del personaje por parte de un guion que, con calma, recrea el nacimiento, el desarrollo y las circunstancias de una personalidad. De una elección vital que mezcla deseos y principios e intenta encuadrar su idiosincrasia a modo de crítica en una sociedad que ejecuta cuan espada de Damocles su fuerza sobre su forma de ser. Su directa exposición de hechos y actitudes agrandan la expresividad del protagonista. Un Denzel Washington que se transforma para dar vida a ese punto ciego de la sociedad y que contrapone sus demonios a los demonios de los demás y sale perdiendo su ejemplificante actitud. Disperso en su planteamiento mantiene al espectador con sinergias y tentaciones. Aunque su moralidad flaquea en su devenir. Apabullante en la explicación hace renacer la lucha del bien contra el mal en un interior. Los debates siempre se agradecen a pesar de los tópicos estereotipos edulcorados que por momentos nos embriagan.
Bolseiro
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28 de mayo de 2019
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dan Gilroy compone a Roman J. Israel, un personaje fuera de su época, un abogado defensor y activista por los derechos civiles, alguien raro, antisocial, íntegro, inteligente, al que da vida Denzel Washington en una de sus mejores interpretaciones.
Roman es una de esas personas con la necesidad de cambiar las cosas que están mal y que posee grandes talentos, sin embargo el mundo tal como es acostumbra a destruir a personas así y su día a día puede ser abrumador si se sale de su rutina establecida.
Le resulta muy difícil conectar con otros, vive en una burbuja en la que puede ocuparse de las cosas que se le dan bien mientras su socio da la cara y se encarga del resto, lo que le permite sobrevivir, hasta que la burbuja estalla.

Entonces Roman se verá obligado a escoger entre la diatriba de ser fiel a sí mismo o tratar de encajar y tomar atajos para alcanzar el éxito y el dinero. Y puesto que ser él mismo puede resultar extenuante, generar antipatías y causarle muchos problemas, intentará encajar, cometiendo un error en el camino.

El problema radica en que para encajar también debe abandonar sus principios y parte de lo que le hace excepcional, y Gilroy aprovecha el mundo del derecho y la justicia para mostrar el estado del sistema y la disociación entre lo que uno es, lo que hace y lo que tiene, y como el dinero puede sustituir a la moralidad y las apariencias al interior.

Sin embargo, la lección es simple, si lo que uno es en su interior se pierde, aquello que se hace o se tiene pierde su valor, carece de esencia, y esa esencia es precisamente lo que le sobra a un antihéroe tan extraordinario cómo Roman J. Israel.
mi_mo_ca
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2 de mayo de 2018
11 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Roman J. Israel, Esq. trabajó en un despacho de abogados durante 36 años, hasta que su jefe cae enfermo y debe buscar un nuevo trabajo. No le resultará difícil ya que posee una mente prodigiosa además de una memoria sin igual. Lo que más le costará será encajar y controlar sus palabras, además de hacer frente a un grave error cometido, que pone en peligro su propia vida.

Posiblemente la figura del mundo del cine que más pasa desapercibida a los espectadores sea el productor. El productor es la persona que tiene la última palabra, por encima del director, digamos que es como un “jefe”.

Entre los productores de esta película, se encuentra también su protagonista, Denzel Washington, y ¿Qué suele ocurrir cuando el actor está al mando de la producción? Que se convierte en una obra de lucimiento de su persona.

Ya lo vimos en “Ma ma” con Penélope Cruz, y lo seguiremos viendo por los siglos de los siglos con Tom Cruise y “Misión Imposible”.

Sin embargo se nota demasiado que el papel está diseñado para que el Denzel se luzca. Interpreta otra vez el cliché de la persona brillante con pocas habilidades sociales, como el de “Rain Man” que le valió el Oscar a Dustin Hoffman, sin embargo Washington no tuvo la misma suerte (aunque este año no se le desencajó la mandíbula por no ganarlo). Aunque la interpretación es buena y crea un personaje carismático.

Quizás lo más interesante del guion sea ciertas críticas al machismo, encarnadas en alguien que actúa como se le educó. Una crítica contra esa educación.

Pero la película resulta muy lenta, tarda mucho en llegar el giro final y destina la mayor parte del metraje en presentar al personaje de Roman, para luego resolver todo en media hora.

¿Lo mejor? La música. Las canciones elegidas para acompañar a las escenas, son las que más ayudan a crear ese clima entre lo cómico y lo serio.

¿Lo peor? Si esta película fuese realizada por actores desconocidos (entre en elenco también está Colin Farrel) la película pasaría sin pena ni gloria por la cartelera.

Escrito por Juan A. Rodilla
https://cinemagavia.es/roman-j-israel-esq-pelicula-critica/
Cinemagavia
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