Padre patrón (Padre padrone)

Con una arrebatadora solvencia formal Padre Padrone es un interesante ejercicio de narrativa cinematográfica que sacude por su sinceridad y maravilla por su peculiarmente bello tratamiento de la sordidez. Contiene imágenes de fuerza arrobadora y secuencias de gran ímpetu poético. Un trabajo muy logrado, cabrón y bonito, que con un polivalente discurso narrativo hizo, sin duda, una importante contribución al lenguaje cinematográfico.

Sólo 10 minutos me bastaron para ver ante qué tipo de obra estaba, antes de que el aburrimiento y la zozobra se apoderaran de mí. Por supuesto, he visto la película entera, con enconado esfuerzo, por respeto a los técnicos que realizaron el largometraje, a Gavino Ledda, el artífice real de la historia y a los usuarios y validadores de Filmaffinity.
Ya en el comienzo, en la primera clase, todo está impregnado de un estatismo irreal que echa para atrás, como a cámara lenta, que es todo un anticipo. Se podrá achacar que está rodada con medios ínfimos, en 16 mm y en principio destinada a televisión, que hay actores neoprofesionales, pero sólo les recuerdo “Alemania, año cero” de Rossellini, o “Mañana será tarde”, de Moguy, más cercana al ámbito educativo, si bien la comparación puede ser injusta, pues estamos hablando de palabras mayores.
Las escenas en que Omero Antonutti pega al niño no pueden ser más falsas (en realidad como casi todo el film) y la zafia escena de la mierda de oveja en la leche, no se conforman con sacarla una vez, sino que se regodean varias veces (hasta los defensores del film tendrán que admitir el mal gusto), yendo hasta límites insospechados, en lo que constituye, bajo mi punto de vista, la defenestración si no del cine mismo, sí al menos del pretendido y nunca conseguido estilo neorrealista.
Me gustaría saber qué otras películas competían en el Festival de Venecia de 1977, pues desde luego el nivel debería estar por los suelos, o acaso el Jurado vió aquello que otros tantos espectadores elogian y que yo no acierto a descubrir por ningún sitio.

De Omero Antoniotti no dudo que sea un gran actor (ahí está “El sur”, de Victor Erice), pero en esta película no ejerce como tal, sin duda, algo achacable casi en exclusiva a la paupérrima dirección de Paolo y Vittorio Taviani.

No seré yo quien diga, como muchos usuarios que detestan alguna película “No la vean”. Al contrario, si les apetece, véanla, quizá opinen de manera distinta. Esto del cine, como todo en la vida, sería muy aburrido si todos pensáramos lo mismo. Eso sí, si pueden véanla en versión original. Quizá mejore un poco (con suerte podría alcanzar una nota por encima del 3 ó el 4) porque en la versión doblada es difícil ver algo peor –yo creo que si la hubiese puesto en “mute” me habría gustado más-.
En descargo del film, hay que decir que mejora algo en la segunda parte, cuando Gavino se ha hecho mayor (ya en el ejército) pero para entonces las lagunas narrativas, la negligente dirección, la inexistencia de ritmo, en definitiva, el vacío fílmico, ha quedado marcado tan profundamente que ya es imposible arreglar el desastre cinematográfico.

Lástima que lo que podría haber sido una historia de gran interés, la extraordinaria vida de Gavino Ledda y su ascensión desde el analfabetismo impuesto, no está contada de manera más atractiva. Yo invitaría a quien quiera ver una película de ámbito rural, “Furtivos” o “Los santos inocentes”, muchísimo más logradas.

Interesante película que narra la lucha del hijo de un campesino por salir de su vida predestinada y escapar de su duro padre. Tratada de una manera creíble, narra bien varios aspectos en la vida de los chavales de una zona campesina en la que la pobreza es tan obligatoria como la escuela, y sobrevivir pasa por sufrir de muchas maneras.

Aunque no se trata el por qué del comportamiento del Padrone, algo esencial para comprender toda la historia, sí que ayuda bastante la correcta ambientación de la misma, la contextualización bastante suficiente de los hechos.

Quizá lo pero del film son las pobres interpretaciones, muy poco trabajadas, que empañan bastante esta buena película.

Brutal y atávica. Y sin embargo hay una luz tenue que envuelve el mundo onírico de la película gracias a la música que flota en el alma del muchacho y que va llenando poco a poco cualquier ambiente. Desazón, miedo, angustia e ignorancia en una Cerdeña oscura y fea, anclada en la piedra angular del tiempo.

Aunque la historia que se cuenta es interesante, no deja de ser una cinta bastante mediocre. Creo que hay películas que quedan lastradas con el paso de los años y ésta es un buen ejemplo. En cambio otras, por muy antiguas que sean se mantienen en una línea indiscutible de atemporablidad. Lo que más me llamó la atención de este film en cualquier caso es la pobre y desacertada actuación de los actores. Parecen como auténticos novatos al frente de las cámaras. Es lo que menos me gustó del conjunto de esta película que, como otras, en mi opinión, gozan de una nota media sobrevalorada.