Un poeta entre reclutas

La chaqueta metálica. (¿No?) sois tontos. Bonito beso.
Se la pasan a los gritos rebuznos las casi interminables y tediosas dos horas, además de que nos regalan generosos momentos de (poca) vergüenza torera rapera y de que todo adolece de un tono infantil bastante ridículo soporífero, alarmantemente tonto.
Una birria y una purria o purrela, para cortarte los cojones a pelo, a diestro y siniestro, de tomo y lomo. Previsible, tontorrona y sentimentaloide para más inri. Boba. Pobre Shakespeare, nacer para esto, sin comerlo ni beberlo, no hablarás en vano del gran o primer creador del mundo moderno, no pondrás en tu lerda boca sus santas sagradas palabras, de mi este cáliz aparta, hereje, iconoclasta, salvaje, analfabeto, cacaseno, catecúmeno.
Lo mejor son los ojos de la recluta patosa, Stacey Dash (recuerda, no tan guapa o espectacular, a Vanessa Williams), se hace llamar, lo peor lo del expediente x a última hora.
Es tan inane, inofensiva, blanca y absurda que inevitablemente se convierte en una blanda bosta, en mala hora, duro invierno de mi descontento.

En un poeta entre reclutas el hecho de que el protagonista sea un publicista resulta acertado pues la película es un anuncio de 2 horas del ejército.

Se puede definir esta película como una oportunidad perdida de hacer cine antibélico dado que uno de los personajes tiene un padre muerto en Vietnam pero se deriva al final en una sucesión de momentos simplones y aburridos que no dicen nada y todo termina en un festival de propaganda militar. También podría haberse hecho como una reflexión sobre la docencia como el Club de Poetas Muertos pero por desgracia eso no ocurre.

Nada recomendable

Le doy un 6 para subir la nota media (a veces se hace).
No sé si es mejor película que la de Robin Williams, desde luego no peor.
Frente a la vacuidad (y prentenciosidad) de aquella, ésta tiene un mensaje positivo. Y creo que la enseñanza se trata de eso.
Además es entretenida y llegas a reírte en muchos momentos (tipo "2 tontos muy tontos").
Las historias de los reclutas son duras y reales, sin hacerlas dramáticas.
Sólo las dejan caer brevemente, sin regodearse en ellas (lo que habríamos hecho aquí, para hacer buen cine social "europeo").
Y está muy bien que las cuenten, porque América no es Hollywood, América es mucho "Boys don´t cry".
Es cierto que es previsible y tiene muchos tópicos, pero cumple la función: entretener y motivar. Sin pretensiones.
La vi en versión original y los reclutas lo bordan.
La elección de Danny DeVito no ayuda (supongo era el reclamo de la época). Hace superficial la tierna y sencilla historia.