The Guardian

Es de esas de enfrentamientos entre el profesor y un alumno rebelde. Tiene romance, acción, buenas formas y maneras, y mucho cliché convencional, tan visto y revisto, que casi se abre la boca.

Han pasado 13 años desde su producción, tal vez ya entonces las obviedades fueran las mismas, el cine no ha evolucionado tanto en este tiempo.

Es complicado encontrar algo mínimamente estimulante de forma continuada, cuando el consumo visual es tan alto, como el de estos tiempos.

Años después de irse a la deriva con Waterworld, Kevin Costner intenta salir a flote con esta cinta de acción que parte de una idea original, pues abundan las películas de bomberos, policías y otros colectivos profesionales heroicos, pero a Hollywood no parecen haberle interesado los guardias costeros. Éstos le han brindado al especialista en acción Andrew Davis, responsable de El fugitivo, una oportunidad de oro para lucirse con escenas de acción trepidantes y de cierta frescura. El film está bien construido, con los actores en su sitio. A Costner le viene bien el papel de vieja leyenda en horas bajas, mientras que Kutcher no desentona como mocoso arrogante. El mayor defecto del film su alargamiento innecesario, hasta la extenuación, con secuencias que no aportan nada, como algunos rescates, o la tópica visita de Costner y Kutcher a un bar donde acaban a puñetazos. De no ser así, habría quedado uno de esos films academicistas, nunca mejor dicho, estilo Hombres de honor, sobre una academia de élite, que giran en torno a la superación personal y la maduración.

You gotta be kidding me. Es la frase que vino a mi cerebro casi de inmediato. El atractivo de Kevin Costner como estrella en sí puede ayudar a mantener un argumento demasiado familiar, pero es esa familiaridad la que destruye todo a su paso. Si has vivido aislado del mundo del celuloide lo suficiente como para no conocer títulos del calibre de "Oficial y Caballero" o la menos popular "El Sargento de Hierro", entonces puedes llegar incluso a disfrutar de la velada. En mi caso no pude más que intentar mantener mi mandíbula lo más encajada posible. Una escena tras otra se iban agolpando en mi cabeza con las caras de los otrora ídolos de Hollywood. Richard Gere se tropieza con Clint Eastwood en este largometraje que tiene mucho de "largo", quizá demasiado. Ashton Kutcher es otro cantar, y no precisamente el Nessun Dorma.

Uno, Kevin Costner, sabe más de bucear que Falete de pasteles pero ¡ay! sobrevino la tragedia y está de bajona. El otro, Ashton Kutcher, es el chico guapo y perfecto pero ¡ay! esconde un pasado que le hace pupita y quiere hacerse miembro del cuerpo de rescate para acabar con sus demonios. Mientras demuestran lo guay que es ser buceador las neuronas duermen la siesta y los tópicos arrecian (Ashton se liga a la chica, hay peleas de taberna, pruebas físicas con música de moda de fondo, etc.). Ahora bien, a las mujeres habrá que reconocerles que el zagal es monísimo.

De bruces me hayo con las cosas vertidas aquí. Me sorprende que esta película, yo diría que famosa, y que es relativamente reciente, cuente con tan solo 48 críticas, 49 con esta. Y estas, lejos de ser positivas, a pesar del buen 6,1 que posee la ficha de la película, presentan un alto grado de afirmaciones tremendamente negativas, constituídas en gran parte por conceptos que se pueden identificar a millas de distancia por la hipocresía que rezuman, o por la insustancialidad de aquello que pretenden transmitir, pues se componen básicamente de prejuicios y de observaciones que poco o nada tienen que ver con lo cinematográfico.

Bien, una vez dicho esto, he de confesar que creo que Kevin Costner es uno de los actores más infravalorados de la historia. Sin lugar a dudas. Y probablemente, el reconocimiento le llegará como a la mayoría de esos intérpretes que trabajan a lo largo de su vida con solvencia, gusto y placer, siendo férreos a sus principios; a título póstumo. Me cuesta creer que seamos tan pocos los que reconozcamos y admiremos el talento de ese hombre, su agradable, serena pero siempre firme presencia. Es que habla por sí sola, sin decir casi nada, ni falta que hace. Sus ademanes, sus apariciones en escena muestran a un talentoso intérprete que trabaja con pasión e imprime una nota única de autenticidad a todos los trabajos que realiza. En cada obra suya ves que hay algo de él, todas las historias que protagoniza tienen mucho corazón, algo de él. Tanto si es para interpretar una faceta de un asesino que divierte por lo cruel que es, por su presencia y por sus formas (lo que se da en '3000 to Graceland' (AKA) 'Los Reyes del Crimen' [1999]; una película de visionado obligado si os gusta Kevin Costner y/o el cine de acción propiamente dicho) como para realizar películas en las que su personaje es profundo y tiene mucho que contarnos (siempre con unas interpretaciones de escándalo, que te enamoran). Por eso sus trabajos no son capaces de dejarte indiferente, te EMOCIONAN, como es el caso de esta película.

Aquí estamos más bien en el segundo caso. Si bien la película en líneas generales se puede decir que es un tanto plana, (que en algunos momentos lo es) ese enunciado puede ser únicamente empleado (y siempre a la ligera, nunca como argumento serio) por aquellos que no disfrutan viendo películas, puesto que es un calificativo muchas veces superfluo y que aquí, concretamente, no viene a señalar nada explícito. ¿Que es de laboratorio y es concebida a partir de una fórmula predeterminada, y hala, ya por eso al cajón de las mierdas? Que su premisa sea preconcebida no quiere decir que no tenga absolutamente nada que aportarnos, y es más, en este caso sucede justamente todo lo contrario. ¿Pero qué más dará todo eso si la película es buena y logra con creces su cometido? Y para nada se me ha hecho larga, la historia golpea bien sus ritmos, funciona, va, literalmente, rodada. El relato te logra ganar, gracias básicamente al duelo entre Costner y Kutcher y por el valor que uno no deja de apreciar a lo largo del transcurso de la cinta. Y transmite mucho. Es interesante en todo momento puesto los dos personajes no dejan de evolucionar a lo largo de toda la película. Y en general, tampoco se le puede poner peros a nada. Pero claro, resulta que para algunos es convencional. Y que pretende buscar un final trágico. Si acaba bien, entonces es tópica y edulcorada. Si acaba mal, también. Si es tópica es mala. No cuenta nada novedoso. ¿Por qué? Porque sí. Si es larga es mala. Si es corta también. ¡Cuánto rigor! El caso es quejarse por todo...

De lo que no me cabe duda es que se trata de una película fuerte, bien rodada, aún mejor interpretada, digáis lo que digáis. Asimismo cuenta con una naturalidad extraordinaria, no fuerza ninguna nada, solo el talento de los intérpretes, hasta exprimirlo al máximo y para que de esta manera den lo mejor que tengan. Trata ante todo, de personas interesantes. De sus pareceres, contraposiciones, debilidades y amistades dentro de lo que es el mundo de la marina norteamericana. Si, es norteamericana, hasta ahí llegamos todos, ¿qué pasa?

Efectiva y muy buena. Para aquellos que busquen historias interesantes en el cine.