María, llena eres de gracia

No sé qué le ven a María llena eres de gracia. Intenta realizar la conexión entre el relato bíblico y el drama de las llamadas “mulas” (para los no-colombianos es el término utilizado para señalar a las personas que llevan droga al exterior dentro de sus cuerpos) en mi país. Si bien trata de mostrar una realidad colombiana, lo cierto es que cae en demasiados errores argumentales y deus ex machina (mencionaré algunos en spoiler) que hace que la historia no sea muy creíble por quienes conocen la realidad del problema de las “mulas”.

Muchas personas alaban la actuación de Catalina Sandino, pero a mí no me pareció la gran cosa. En algunas ocasiones estaba correcta, en otras sobreactuaba. Los delincuentes de Estados Unidos sobreactuaron de manera histriónica. Se dedicaron más a decir groserías y a gritar, pero los delincuentes de verdad son mucho más peligrosos que aquellos personajes creados de manera maniqueista.

En fin. No me pareció la gran película que muchos pintan.

Son de las películas que hay que ver para entender a este maldito mundo.


El film nos traslada al submundo campesino de una de las muchas zonas sin desarrollar de Colombia, donde una joven pobre muchacha no quiere seguir la tradición local de explotación humana y un encuentro fortuito junto a una alocada decisión cambiará su destino, aunque no será un camino de rosas tal y como ella creía.

La película muestra con total realismo el negocio de la droga, el camino que muchas jóvenes escogen como mulas de los cárteles para mejorar su nivel de vida y la de sus familias, y todo lo que rodea a esas insensatas decisiones, donde hay poco bueno y mucho malo, donde la violencia y la desgracia es pan de cada día, en un viaje donde las sorpresas saltan a cada instante.

Interpretaciones geniales, las mejor que he visto del cine colombiano, sobre todo de Catalania Sandino, un papel que le otorgó el salto profesional y una actuación que a día de hoy no ha superado.

El film tiene realismo, crudeza, sin sadismo y sin exceso de la salsa de tomate, porque lo que importa es el mensaje y no diversión a través de la dureza de las imágenes.

Recomendable y son de esas que hay qué ver.

Una desoladora crónica de la pobreza y de la desesperación ante una calidad de vida deprimente se materializó por obra de Joshua Marston. La espeluznante odisea de María como “mula” o transportadora de drogas dentro de su cuerpo es el rasero de una protesta ensordecedora contra la carencia total de un futuro digno. María se estrella contra un trabajo monótono y mal retribuido, se estrella contra las interminables facturas que hay que pagar y para las que el sueldo no le alcanza, se estrella contra la amargura de su madre y los agobios de su hermana, madre de un hijo cuyo mantenimiento se lleva el resto del poco dinero que no poseen. Además, se da contra el muro de un embarazo no deseado de un chico al que no quiere, con el que se limitó a divertirse durante un tiempo para pasar mejor las penas de su juventud vagabunda. Pero ni loca desea casarse con él, no es el hombre con el que esperaría pasar su vida.
Ahí está, sin trabajo (se despidió ella misma al no soportar más la falta de consideración del supervisor), preñada y con su madre y su hermana exigiéndole un dinero que ya no puede darles.
Cuando uno ha caído en el pozo negro, cualquier solución alivia, aunque se trate de salir de un pozo para caer en otro más negro todavía. Se le ofrece la oportunidad de ganar mucha pasta (al menos es mucha comparada con las miserias que consiguen en trabajos de mala muerte) realizando un peligroso cometido: tragarse decenas de cápsulas de heroína, recubiertas de látex, y pasarlas a Estados Unidos. Los riesgos son enormes. Ser descubierta y detenida en la aduana, que alguna cápsula se abra o reviente en el sistema digestivo, lo cual provoca la muerte, que algo vaya mal durante el proceso de digestión y la portadora enferme de gravedad… Y en el destino, hay que cohabitar con los individuos encargados de recoger las cápsulas a medida que se van expulsando, y éstos no se caracterizan por su afabilidad.
Catalina Sandino Moreno recibió una nominación al Óscar bien merecida, pues es el pleno rostro atormentado y decidido de una chica que no puede seguir tolerando una mala fortuna aplastante. No se ve aguantando más a jefes cabrones y cobrando una porquería, no se ve más peleando con su familia por culpa del dinero que siempre falta, no se ve más contemplando a su sobrinito condenado a ser tan pobre como ellas, tan pobre como las ratas. No se ve ofreciéndole todas esas penurias a su propio bebé, el que lleva en el vientre. Así que no se lo piensa dos veces. Junto a otras compañeras del negocio del contrabando, se meterá en la misión más arriesgada que se pueda concebir, volando hacia Nueva York con un peso en el estómago. Un peso que no es debido solamente a la droga que contiene.
Tensión cortante y angustia en un drama sobre la terrible experiencia de los que afrontan lo peor para perseguir una probabilidad remota.
La del sueño americano.

Así era completado el título del filme acá en México, con esta frase por demás desoladora que es reiterada por las vivencias del personaje principal. Es una historia en la que el director Joshua Marston se encarga de llevar a cabo con el retrato de una representante de miles de personas en busca del sueño americano, donde la frase “como va” trasciende con la acción y sus motivos son tan diversos que la opción se encuentra para quien quiera tomarla.

Está película no es la excepción en cuanto a la problemática del narco en Colombia, pero es la perspectiva del necesitado, de aquéllos que encuentran un boleto a la tierra que “promete” un mejor nivel de vida. Aquí la visión de la protagonista es de mucha cautela, no pierde su meta,
antepone sus valores y se pone limites. Convincente Catalina Sandino en su interpretación que roda de obrera, a mula (calificativo prosaico), para pasar a ser perseguida y sin dudar sobre las decisiones que toma, “como van”.

Muy buena exposición.

¡Que belleza la mujer que interpreta a Luci!

Resulta curioso como un tema puede resultar espeluznante y atractivo a la vez. El argumento de la película es fascinante, a la vez que nos pone los pelos de punta ver que hay gente que realmente se dedica a este negocio en el que se juega con la vida de las personas. Pues bien, la película trata este tema con total naturalidad y sencillez, lo cual hace que nos resulta muy cercana y por momentos nos olvidemos de que estamos viendo cine.

El argumento tiene la suficiente crudeza por si solo, así que se agradece que no se resalten excesivamente los aspectos dramáticos de la trama, buscando la lágrima fácil. Simplemente se cuenta el proceso, con bastante detalle y objetividad de como Maria llega a desempeñar el trabajo de "mula" y de las emociones que vive en su viaje.

Pese a que la película es un drama, presenta algunas situaciones intrigosas muy acertadas, que logran que no caiga en el aburrimiento y en todo momento se siga con mucho interés. El desarrollo de los hechos está muy bien distribuido en el metraje.

Destacar también a todos los actores y en especial a Catalina Sandino Moreno, que lleva todo el peso de la película y que realiza una interpretación de los más natural, sencilla, sin caer en sobreactuaciones ni dramatismos exagerados, tanto que no parece que esté actuando. Toda una revelación. Además, la nacionalidad colombiana de la cinta nos transporta a otra cultura y nos impregna de la realidad que allí se vive.

Lo mejor: La singularidad que le aporta su nacionalidad.
Lo peor: Que se tengan que hacer películas sobre este tema.