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Molly's Game

Drama Se centra en la vida de Molly Bloom, una esquiadora de talla mundial que llegó a ser millonaria antes de los 21 años. Tras perderse los Juegos Olímpicos, Molly se trasladó a vivir a Los Ángeles, donde incluso trabajó de camarera. Gracias a su inteligencia y sus dotes empresariales, la joven acabó ganando millones de dólares organizando partidas póker antes de que el FBI la investigara. (FILMAFFINITY)
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Críticas 105
Críticas ordenadas por utilidad
15 de febrero de 2018
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Ver Jessica Chastain en pantalla hace que pierda toda objetividad, sin embargo ahí vá mi intento. Quizás la historia no es tan interesante, pero está muy bien contada. Tampoco la verdad es que hay mucho que contar más que un caso que habrá salido en los diarios y en un libro escrito por ella, pero realmente terminás atrapado y pasando un más que un buen momento. Se agradece, porque el nivel de las actuaciones (excelentes todas), de la dirección, del guión, la puesta en escena y la edición en ningún momento desprecia a quien está viendo. Me parece una película muy recomendable con la cual es muy difícil aburrirse.
Nahuel
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19 de febrero de 2018
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Crítica de "UN LUGAR DE CINE"

Asistir a "Molly´s Game" ("El Juego de Molly") es asistir a un nuevo acto de maestría con las palabras, la compañera de viaje inseparable de Aaron Sorkin, desde que firmara el fantástico guión de esa película más que correcta titulada "Algunos Hombres Buenos".

Desde entonces Sorkin es uno de los pocos guionistas, que ha logrado traspasar una de las barreras más férreas de su oficio, la del anonimato, consiguiendo que su nombre sea puesto en alza, al mismo nivel que el de muchos directores y actores de renombre.

No en vano, cobra mas de tres millones de dólares por cada guión que firma, sin necesitar ser llevado a la gran pantalla y en cuyo contrato se estipula la exclusividad de sus palabras, es decir, nadie puede tocar una coma o un punto de su guión.

Dicho esto, "Molly´s Game" es su primera película como director, y no es de extrañar que haya aparcado sus propias historias para dicho debut, ya que desde que conoció a la auténtica Molly Bloom, quedó hechizado por una historia real que contenía todos los ingredientes que tanto le gusta manejar en sus ficciones. En sus propias palabras, tardó apenas diez minutos en decidir llevar al cine su historia.

Fuera del anecdotario, que nos permite conocer algo más la mente que hay detrás de la película, "Molly´s Game" nos permite entrar en un nuevo puzzle de palabras vibrante y brillante a partes iguales, en las que cada diálogo es, una vez más, la prueba de su talento natural y cada escena la demostración de una destreza inusual para contar historias.

La imagen visual, ciertamente cuidada en esta película, sirve únicamente como acompañamiento necesario para transportar al espectador, en este caso, al mundo sórdido y lujoso de Molly, pero es el poder de la narración, lo que permite elevarla y separarla de la gran mayoría de muestras, mucho más indolentes, tibias y superficiales.

Un guión que sus actores, todos ellos, escrutan de manera primorosa y que, fijándonos en su actriz principal, Jessica Chastain ("El Caso Sloane", "La Noche más Oscura"), domina y entiende a la perfección, clavando su personaje una vez más,- es sin duda una de las mejores actrices del momento -, al igual que Idris Elba ("Beasts of No Nation", "Thor: Ragnarok"), que da el contrapunto perfecto y se guarda para sí mismo una de las escenas más brillantes de la película, siempre con el poder de la oratoria llevado a la máxima.

La historia, una deportista de élite, convertida por azares del destino en la organizadora más importante de timbas de póker clandestinas para famosos y millonarios, no puede ser a priori más inverosímil, pero increíblemente resulta ser real y sirve como ejemplo perfecto de que aquella máxima entre la realidad y la ficción. Indicar que al contar la historia se han omitido los nombres verdaderos de los jugadores, ocultando así su identidad real,- se dice que el personaje interpretado por Michael Cera, es realmente Tobey Maguire -.

A partir de esta historia, Sorkin vuelve a jugar con los mismos elementos que ya ha escudriñado con enorme talento en sus obras anteriores: la integridad, la honestidad, la inteligencia y la decencia. Todo lo que era el presidente Barlet, o incluso el abogado principal de su primera película, Daniel Kaffee, o Will McAvoy, el periodista de su última aventura televisiva ("The Newsroom"), es lo que Molly Bloom ofrece tras capas de errores y defectos que solventar. Todo lo que ellos eran, ahora queda cargado bajo sus hombros, su primera mujer protagonista, que comparte esos mismos valores.

Ella es la voz y la imagen referencial para una película, que en muchas de sus situaciones no tiene nada de modélica o referencial. Incluso ella misma, tiene un punto turbio al igual que aquellos personajes que la preceden. Ninguno de ellos son perfectos, tienen bajezas, desde luego, e incluso pueden cometer grandes errores, pero sus valores internos siempre permanecen por encima de todo ello.

De esta forma "Molly´s Game", no es más que la nueva excusa de Sorkin para adecentar el mundo una vez más, con su genuina y particular llama de la esperanza, esa que en su punto final, en lugar de mostrar aquello que somos, prefiere atisbar aquellos que deberíamos ser.

Todo ello contado con su ácida y afilada pluma, con una cascada de información casi ininterrumpida a lo largo de las dos horas y veinte, mostrando de nuevo un estilo de escritura casi inimitable por muchas veces que se ha intentado imitar, y en la que nada queda bajo la improvisación o el azar.

Además, a pesar de su duración, en ningún momento se siente lenta o pesada, gracias a la enorme solidez de su historia y a un montaje dinámico, e incluso feroz cuando debe serlo.

Con "Molly´s Game" Sorkin no se ha ganado una estatua en el Olimpo de los directores, pero desde luego sigue manteniendo su status de enorme guionista. Gran historia, grandes secuencias, grandes actores y grandes líneas de diálogo, todo ello bajo una cámara que nunca molesta y un montaje que jamás pierde de vista aquello que Sorkin quiere contar.

Gran película.

www.unlugardecine.com
Un Lugar de Cine
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20 de febrero de 2018
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Esta es la primera película de Aaron Sorkin como director. No obstante ello, como guionista tiene una dilatada carrera que registra la autoría de películas tales como Cuestión de Honor (1992); Mi Querido Presidente (1995); La Guerra de Charlie Wilson (2007); Red Social (2010), Moneyball (2011); Steve Jobs (2015); y The West Wing (1999-2006) para la TV. La diversidad de sus temas, la versatilidad de su pluma, un estilo basado en la velocidad narrativa y el dialogo sostenido, la inteligencia con que ha descripto sus personajes imaginarios y reales le han dado, ahora, la oportunidad de dirigir cine a los 57 años.
El guión de Sorkin plantea una cuestión muy interesante que es la relación entre la moral y la ley. La moral es dictada por nuestra conciencia y está fuera de toda autoridad. Responde a la presión de la razón sobre la voluntad. Por otro lado, la ley es un conjunto de normas dictadas por la sociedad a la cual el hombre se somete. Entre ambas se establece una brecha en la que priva la libertad de hacer. En ese marco ocurren las transformaciones laborales generadas por los nuevos trabajos producidos por la evolución de las sociedades modernas, debido mayormente a cambios tecnológicos que han originado la mutación de una sociedad industrial en una sociedad de servicios. Es allí donde la protagonista desarrollará sus capacidades y virtudes haciendo valer sus conocimientos.
Al principio, el guión se concentra en la juventud de Molly, la cual está marcada por la relación con su padre, un psicólogo que sueña con una hija esquiadora que por un accidente queda tempranamente fuera de las pistas de sky. Consecuencia de ello, se concentrará en el estudio de las matemáticas con muy buen dominio de las planillas de cálculo. Después de graduarse, comenzará a aplicar sus conocimientos como asistente del regente de un garito de juego, y meses más tarde, comprenderá que debe abrir su propio garito. Uno de alto nivel. Ira de menor a mayor para terminar siendo la reina del juego clandestino en la ciudad de Nueva York, debiendo soportar un juicio por violación de leyes federales.
Sorkin se pregunta qué es legal y qué es ilegal en este nuevo mundo. Allí, en los márgenes de la sociedad, donde el imperio de la ley queda desdibujado a raíz de falta de legislación acorde con los nuevos tiempos, donde la actualización tecnológica se lleva todo por delante, en esas grietas, esas zonas grises que genera el cambio, aparece la posibilidad del negocio. Un negocio que se realiza al borde de la ley. Que no la transgrede pero casi la viola. En ese lugar, Molly encuentra cientos de nuevos millonarios que se desviven por perder sus fortunas jugando al póker. Allí encuentra su negocio. Darles un lugar, privacidad, financiarlos, y hasta comprender sus penas.
El problema de la película es que contada a toda velocidad deja poco espacio para reflexionar sobre la marcha. Ese es el estilo de la pluma de Sorkin. Es tanta la información que suministra que cuesta procesarla. Cuando el que dirige es otro, ese otro pone la pausa. Pero con Sorkin dirigiendo, no hay pausa. De la frustración de la esquiadora a la empresaria exitosa solo hay un paso. El mismo paso que hay entre los límites morales y los límites legales. Preparada para ser una ganadora en el deporte, termina siendo una empresaria poderosa en el mundo clandestino del juego. No obstante, entre ambas cuestiones, hay algo en común: el riesgo. Molly siempre vive al límite. Es la vida tomada como un riesgo permanente. Siempre a 1000 revoluciones por minuto. La necesidad de las pastillas y las drogas para mantenerse despierta. La adicción como combustible de la vida.
La relación con el padre es tema aparte. Psicólogo de profesión, trainner de sky como hobby, vive pendiente de la evolución de su hija como esquiadora profesional en salto libre. La frustración que siente ante el accidente de su hija es mayor al dolor que siente su propia hija ante la rotura de sus vertebras. Ese sentimiento confuso deja a Molly en una situación de deuda con su padre. Nunca podrá ser la esquiadora que su padre pretendió formar con mucho ahínco. Pese a lograr su independencia económica, Molly no supera esa relación confusa que mantiene con su padre. Sorkin resuelve el problema lejos del drama con una escena de una disparatada sección de psicoanálisis nocturno en el Central Park transformando a la película en una montaña rusa de sentimientos encontrados que se desliza peligrosamente hacia el disparate tragicómico.
Jessica Chastain es Molly Bloom, un rol hecho a su medida que calza perfecto con su perfil como actriz. Mujer de carácter acostumbrada a actuar personajes fuertes. Sus roles: la Agente Maya de La Noche Más Oscura (2012), la Astronauta Melissa Lewis en Marte (2015), la Elizabeth Sloane de El Caso Sloane (2016) representan a la mujer moderna, integrada al mundo laboral, dentro de una sociedad de servicios. Kevin Costner, como su padre, se toma con solfa el papel y da al film el carácter tragicómico que Sorkin no se atreve a definir.
Película visceral del Sorkin (al igual que todos sus guiones), escarba hasta la medula del personaje, lo analiza, lo desarrolla, lo comprende, lo deja actuar y expresarse por sí mismo. Nunca lo condena. Eso, si corresponde, será tarea para el espectador, quien siempre tendrá la posibilidad de sacar sus propias conclusiones dado que el director le dá la oportunidad de conocerlo íntimamente aunque, como en éste caso, quede algo confundido por la vorágine que ha presenciado. Podríamos decir que Molly´s Game es una gran tragicomedia sobre una mujer del siglo 21 que pretendió tocar el cielo con las manos pero apenas logro deslizarse sobre el filo de la ley.
Charly Barny
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2 de mayo de 2018
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Espectacular debut como director del excelente guionista Aaron Sorkin, que nos narra las vivencias de Molly Bloom y el negocio que se monta gracias a la organización de Timbas de Póker en las que no participan precisamente individuos a los que les cuesta dios y ayuda llegar a fin de mes.
La forma en la que se nos presenta nos recuerda cien por cien a películas como Casino o El Lobo del Wall Street. Con el recurso tan a lo Scorsese de "Voz en off" y un electrizante y agilísimo guión, Sorkin nos da un "máster" en Texas Holdem, que teniendo como profesora a la siempre genial Jessica Chastain, y acompañada del cumplidor Idris Elba, y las cortitas pero siempre agradecidas apariciones de Kevin Costner, nos da como resultado una entretenidísima cinta con un ritmo frenético que hace que pensemos que el paso de guionista a Director\Guionista de este hombre ha sido un gran acierto. Recomendable no, lo siguiente.
Legaman
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2 de mayo de 2018
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Aaron Sorkin, guionista fetiche de David Fincher hace su primera película, siendo bien orquestada y con una buena interpretación de la protagonista
Si no te gusta el poker la película puede ser aburrida y muy larga, a mi me gusta el poker y la verdad que me ha parecido una buena película con sus vídeos y viajes en el tiempo para explicar muy de este guionista pero se me hizo muy larga.
Veremos si sigue siendo director el señor Aaron o vuelve a donde mejor está siendo el guionista de Fincher.
vaxus84
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