Bienvenidos al fin del mundo

Era una noche más sin nada que ver en la televisión, y caí en La Sexta. Una película británica, bien, pensé al menos no será una burda comedia norteamericana. El humor británico siempre me ha llamado la atención. La película es trepidante, no vi los diez primeros minutos pero no me hizo falta. Me ubiqué perfectamente en la trama.Un tipo evidentemente chalado que reune a sus cuatro amigos de la infancia para irse de cañas por los pub del pueblo en el que crecieron. Aunque alguno intenta resistirse, al final ceden y allí que se van los cinco. Todo parece suceder con normalidad hasta que... en el baño de uno de los pub aparece un joven con ganas de pelea.
No diré nada más. Consiguió sorprenderme y a partir de ahí es una locura de imágenes surrealistas a cual más encantadora. Ni siquiera puedo ponerle un "pero" en condiciones (excepto que había anuncios, no es culpa de la película)
Sin estereotipos, sin historia romántica...
Y con un final genial.

No voy a ponerme académico. Simplemente decir que la disfruté muchísimo viéndola con un buen amigo y unos cuantos tarros fríos de cerveza en casa. Una comedia con la que no pararás de reir con un humor inglés con efectos digitales hollywoodienses. Buenas interpretaciones, buenos efectos, una historia no menos creíble que Star Wars pero diez veces más divertida.

Apta incluso para adolescentes mayores, fueron los que más rieron.
No me importará verla de nuevo dentro de un tiempo. Hice bien en comprarla en DVD :)

En mi ciudad hay muchos bares. Muchos. Y cuando yo era joven había muchos más aún. Y en aquellos tiempos mozos unos amigos y yo pergeñamos la peregrina idea de pasarnos 24 horas seguidas sin parar de beber, en 24 bares cuidadosamente seleccionados porque nos gustaban, porque eran baratos, porque estaban en el barrio o porque como nos conocían era menos probable que nos echaran a ostias si desfasábamos demasiado. Pasamos semanas ahorrando para la ocasión, reclutando a los más valerosos borrachos de entre el grupo de colegas, diseñando minuciosamente el plan ("a las 7 y media la mañana unos carajillos donde el Pumi, a las 8 y media empezamos a orujos donde Mari Jose, a las 9 y media..."). Cuando llegó el día estábamos pletóricos, a las 7 y media de la mañana trasegando carajillos como si se fuese a acabar el mundo. Como si fuésemos a realizar una hazaña importante o algo. Las 24 horas, los 24 bares. Ni que decir tiene que no completamos nuestra epopeya. Hacia las 5 de la tarde no quedaba ninguno en pie, y por hacer más corta la historia solo diré que nuestra salud tanto física como mental y nuestra ya de por sí no muy brillante reputación se vieron dañadas seriamente.

Y sin embargo, recuerdo aquel día como uno de los más memorables de mi vida.

Cómo no simpatizar entonces con esta película, protagonizada por personajes tan descerebrados como yo mismo. Cómo no sonreír al ver en el arranque de este filme plasmado un planteamiento tan demencial como nuestra idea de entonces. Cómo no identificarme, un poco al menos, con ese grupo de amigos que ya no lo son tanto y cuyas hazañas fueron en realidad desastrosas cogorzas. "No estoy solo en el mundo", pensaba. "Hay gente igual de ida de la olla que yo". Qué emoción.

Después llega la parte de los extraterrestres, claro, la acción apocalíptica, el último tramo lleno de efectos especiales aparatosos y demás. Y aunque no me convenció tanto como la primera mitad de la película, qué queréis que os diga, me resultó divertida también. Y está técnicamente bien hecha. Y el reparto hace lo suyo bastante bien, encabezado por los amiguetes Simon Pegg (aquí el colgao que sigue empeñado en las hazañas borrachiles de antaño) y Nick Frost (aquí el alcohólico reformado y serio) que como siempre se compenetran a la perfección.

Un cóctel abigarrado y de sabor peculiar pero refrescante que mezcla humor chorras, exaltación de la amistad, acción y ciencia ficción añadiéndole unas gotas de drama y un buen chorro de homenaje al borrachismo y la golfería.

¡Salud!

Con "Bienvenidos al fin del mundo" ("The World's End" en versión original), Edgar Wright cierra su trilogía del Cornetto con una película correcta, que resulta agradable de ver, pero que en general ya no sorprende tanto como las dos cintas anteriores.

Para el que no lo sepa, la Trilogía del Cornetto es esa trilogía de películas cómicas formada por "Shaun of the Dead" (2004), "Hot Fuzz" (2007) (que se llamaron "Zombies Party" y "Arma Fatal" en España respectivamente), y esta última que nos ocupa. Las tres producciones son independientes unas de otras, aunque guardan cierta relación por algunos de sus gags cómicos y referencias. Aun así, el gran nexo de unión siempre ha sido que están dirigidas por Edgar Wright, que están protagonizadas por el dúo cómico formado por Simon Pegg y Nick Frost (además de algunos otros actores que repiten en las tres películas), y que en las tres aparece el envoltorio de un helado Cornetto en algún momento.

Sobre "Bienvenidos al fin del mundo", esta tercera entrega no desentona en el conjunto, aunque probablemente es inferior a las precedentes. Volvemos a encontrar un estilo similar al de las otras veces, con una mezcla de humor y acción que funciona bien a la hora de construir una aventura entretenida y absurda (muy absurda), aunque en esta ocasión diría que se ha rebajado la dosis de humor, siendo una película un poco más de aventuras.

El resultado final es que, en mi opinión, dentro de la Trilogía del Cornetto, "Bienvenidos al fin del mundo" es la entrega más prescindible. A pesar de eso, es la última entrega de una trilogía de culto muy recomendable, y su conclusión en reglas generales no es una excepción. Un auténtico baño de acción y humor absurdo que resulta muy disfrutable, en especial para los amantes de las dos entregas precedentes.

Lo primero de todo, soy MUY, MUY, MUY FAN de los dos previos filmes de la trilogía cornetto. Arma Fatal me parece una AUTÉNTICA PASADA y Zombies Party la mejor parodia jamás parida.

Pero esta película...se me atraganta. Y no me entiendan mal, hay algunos puntazos, la idea de partida es notable y algunas de las escenas (además del clásico montaje) son acertadas.

Pero en conjunto...NO FUNCIONA. Y creo que es por una razón.

Zombies Party era cojonuda porque había una crítica fantástica, al hecho de que el personaje era un zombie previo a que hubiese una invasión. La rutina había zombificado a Shaun.

En Arma Fatal, los personajes eran cojonudos y esa trama rollo Wicker Man junto con una crítica social...funcionaba. MUCHO.

Y aquí tenemos un retrato acertado del paso del tiempo. Los personajes están bien, funcionan. Tenemos al clásico anclado en el pasado y el resto del grupo. Ahí BIEN.

Pero, la parte de los robots...no me funciona. No le veo la gracia (las peleas son entretenidas), pero toda la trama me resulta ridícula y soy incapaz de ver la supuesta metáfora. Conforme la película avanza se me derrumba, la parte final se me hace eternamente gracia...Rosamund PIke es víctima de un guión que no se toma en serio su personaje y unas cuántas cosas más.

Hecho de menos los pintorescos personajes de Arma Fatal o las metáforas de Zombies Party. En vez de eso tengo una especie de Invasión de los Ultracuerpos con más humor físico y mucha cerveza.

No es lo que esperaba. Esto está más cerca a Baby Driver que a sus trabajos previos.

Eso sí, pedazo de reparto.