Raíces profundas

Western modélico que sentó cátedra, toma su tiempo para narrar lo que acontece. No va de tiros, venganzas por dinero o por muerte. Va de la lucha por ganarse el pan dignamente y su tono contemplativo le otorga un aliento que en ocasiones me despista. Por mucho que reconozca sus méritos no ocupa un lugar entre mis western favoritos.

Interesante es el uso de la fotografía y el encuadre, muy pictórico cuando se trata de naturaleza, y sombría en duelos, cantinas y la noche asi como el sonido de los tiros, que rompen la tranquilidad del entorno y de las vidas. Y simbólicos el pistolero al que presta su pedazo figura Jack Palance, escueta interpretación que se deja notar o la expresión del final de ese niño que grita "Shane. Shane. Come back!"

También me gusta cuando entra en barrena o trance, a puro delirio, a partir de que el chaval se pone como loco a decir bang bang, la madre llora descompuesta, los hombres se pegan y las bestias pierden el juicio y el sentido, todo ese aquelarre abismal simultáneo y/o consecutivo.
Pero bueno, vamos a ver:
- Se queda Shane solo en el bar o garito de mala muerte contra tropecientos malhechores y la madre que los parió a todos y el chaval con buen criterio le comenta que mucho mejor salir por patas, pitando, como alma que lleva el diablo, que no es nada conveniente quedarse allí, y el tipo se niega porque dice que huir es de cobardes, ¿cómo? ¿No pelear contra una marea infinita de maleantes, gente tramposa que no te respeta y que te quiere suprimir de buenas a primeras utilizando todas las peores artes es de cobardes?
- El tipo sureño fanfarrón y bastante tonto va con el amigo o colega al pueblo y allí le espera o recibe el gran Jack Wilson que le dice que se acerque con la muy descarada intención, nada disimulada ni escondida, de asesinarle, descerrajarle cuatro tiros, y el otro allá que va porque dice siempre, millones de veces todos los días, que él no es un cobarde, ¿cómo? ¿Ir a que te maten más que muy probablemente por/para nada, porque te han dicho dos o tres chorradas? ¿Eso es de valientes o no cobardes?
- Le preparan una penosa encerrona chusca al padre de familia y allá que va el tipo todo decidido, es mi deber, porque, algo ya me suena, asegura, muy convencido, que él no es un cobarde, ¿cómo, a una emboscada tan poco elaborada, canta la traviata, que se daría cuenta hasta el más necio de todos de que no es trigo limpio, vas a ir a dejarte matar como un conejo, tan ricamente? Bueno, lo intentan medio explicar a través de las palabras del marido que se ha dado perfecta cuenta de que ella está derretida por sus huesos, los ajenos, los del forastero y que, por lo tanto, si él faltase, sería mejor el remedio que la enfermedad, con lo que peor me lo pones ya que te dejas matar para darle gusto a tu mujer con tu mejor y querido amigo, puta y pones la cama.
- O ya que van a ir los dos a toda costa, o eso se proponen, a mí, Sabino, que los arrollo, ¿no sería tal vez algo mejor ir casualmente juntos o acompañados el uno del otro? No sé, digo yo (como en las películas de miedo más cutres en las que los asesinables, la mano de obra barata del muere, están de acuerdo en que la mejor táctica es separarse para que así el verdugo los ejecute más fácilmente si cabe, de hecho, Shane habría muerto... si el chavalín, deus ex machina mediante, no hubiera aparecido o el malo no fuera un discapacitado visual; solo no hubiera podido de ninguna de las maneras con el enemigo).
Está llena de simplezas e inverosimilitudes, de escenas increíbles y reacciones imposibles, ortopédicas, y cinematográficamente es en general más bien funcional. En fin... Ah, y él es un enano y yo no soy enanófobo, tengo muchos amigos discapacitados métricos.
Buen doblaje.
Ella tenía cincuenta y tres y nos dan a entender, supongo, que andaba por los treinta y tantos, y así todo, Jean Arthur, que murió en Carmel a una edad provecta, ciudad de donde fue alcalde el jinete pálido republicano Eastwood, la realidad, más que la película o el cine, sí que de veras rima.