El buscavidas
31.434
Drama
Eddie Felson (Newman) es un joven arrogante y amoral que frecuenta con éxito las salas de billar. Decidido a ser proclamado el mejor, busca al Gordo de Minnesota (Gleason), un legendario campeón de billar. Cuando, por fin, consigue enfrentarse con él, su falta de seguridad le hace fracasar. El amor de una solitaria mujer (Laurie) podría ayudarlo a abandonar esa clase de vida, pero Eddie no descansará hasta vencer al campeón sin ... [+]
13 de octubre de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El buscavidas de Robert Rossen, es un drama basado en el billar y en las apuestas muy efectivo y dramático. Dirigida con un ritmo alterno, entre pausado y vigoroso, realiza una obra personal y sensacional, con resultado impecable, portentoso, lúcido y arrollador.
La fotografía, en blanco y negro y digna ganadora del oscar, es espléndida y cuidada en detalles, que maravilla al verla por ser rica en matices y muy llamativa. Y la música, es alusiva e idónea a la historia, además de cualificada, agradable y sin florituras en su acompañamiento.
Las actuaciones, son soberbias y deslumbrantes. Con Paul Newman realizando un gran papel carismático y seductor, Jackie Gleason impecable y convincente, George C. Scott muy oportuno y remarcable y Piper Laurie emotiva y profunda.
El guion, escrito por el mismo director junto con Sidney Carroll de la novela de Walter Tevis, es sustancioso y atractivo para el espectador, con una historia creíble y verosímil, llena de búsqueda de éxito y dinero, y también de desesperanza, argumentada de modo admirable y pernicioso. Usando para ello, una narrativa clásica, correcta, sencilla y directa.
Y para concluir, destacar también los movimientos de cámara y planos originales, bien elaborados y estéticamente asombrosos y perspicaces, que sacan lo mejor de las partidas de billar. Por lo que la considero, una obra imperecedera y esencial, excelente y de gran talla, que gustará a todos los cinéfilos amantes del buen cine clásico, por ser arrolladora, cautivadora y con mucho gancho para el espectador.
La fotografía, en blanco y negro y digna ganadora del oscar, es espléndida y cuidada en detalles, que maravilla al verla por ser rica en matices y muy llamativa. Y la música, es alusiva e idónea a la historia, además de cualificada, agradable y sin florituras en su acompañamiento.
Las actuaciones, son soberbias y deslumbrantes. Con Paul Newman realizando un gran papel carismático y seductor, Jackie Gleason impecable y convincente, George C. Scott muy oportuno y remarcable y Piper Laurie emotiva y profunda.
El guion, escrito por el mismo director junto con Sidney Carroll de la novela de Walter Tevis, es sustancioso y atractivo para el espectador, con una historia creíble y verosímil, llena de búsqueda de éxito y dinero, y también de desesperanza, argumentada de modo admirable y pernicioso. Usando para ello, una narrativa clásica, correcta, sencilla y directa.
Y para concluir, destacar también los movimientos de cámara y planos originales, bien elaborados y estéticamente asombrosos y perspicaces, que sacan lo mejor de las partidas de billar. Por lo que la considero, una obra imperecedera y esencial, excelente y de gran talla, que gustará a todos los cinéfilos amantes del buen cine clásico, por ser arrolladora, cautivadora y con mucho gancho para el espectador.
29 de marzo de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bueno, quiero empezar diciendo que ésta ha sido mi primera peli en blanco y negro, y es que nunca he sentido interés por ellas, no porque pensara que no fueran buenas ni mucho menos, simplemente porque no me atraían. Y lo cierto es que ha sido una grata experiencia, menudo peliculón, lo tiene todo: interpretaciones soberbias, fotografía expléndida, y sobretodo una gran historia.
Eddie Felson es un triunfador y perdedor a partes iguales. Es un maestro del billar, lo que se denomina un "buscavidas", alguien que se gana la vida en los billares "timando" a los gualtrapillas. Pero pese a ser una máquina del billar también es un perdedor, un fracasado, o eso teme él. Y es que muchas veces, de la manera que sea, acaba perdiéndolo todo, como buen fracasado. Pero él no acepta ser un fracasado, por eso siempre va por los grandes, como el "Gordo de Minnesotta", otro maestro del billar que le hará ver cuán fracasado es. Es un rasgo inequívocamente humano. Tengas el don que tengas, y por mucho que lo domines sigues siendo un mísero humano, y te buscarás cualquier forma para echarlo todo a perder: alcohol, drogas, mujeres, orgullo...
Eddie Felson es un triunfador y perdedor a partes iguales. Es un maestro del billar, lo que se denomina un "buscavidas", alguien que se gana la vida en los billares "timando" a los gualtrapillas. Pero pese a ser una máquina del billar también es un perdedor, un fracasado, o eso teme él. Y es que muchas veces, de la manera que sea, acaba perdiéndolo todo, como buen fracasado. Pero él no acepta ser un fracasado, por eso siempre va por los grandes, como el "Gordo de Minnesotta", otro maestro del billar que le hará ver cuán fracasado es. Es un rasgo inequívocamente humano. Tengas el don que tengas, y por mucho que lo domines sigues siendo un mísero humano, y te buscarás cualquier forma para echarlo todo a perder: alcohol, drogas, mujeres, orgullo...
1 de mayo de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un reparto de excelentes actores protagoniza este aclamado drama en el que todos ellos fueron nominados al Oscar y que fue objeto de un remake dirigido veinticinco años después por Martin Scorsese y co-protagonizado también por Newman. George C. Scott realiza uno de sus primeros papeles de relevancia, Piper Laurie también es una actriz formidable que siempre destaca cuando le ofrecen buenos papeles. Cuesta trabajo reconocerla posteriormente en su rol de madre desquiciada y fanática en Carrie quince años después. Jackie Gleason desprende naturalidad y convicción con otra recordada actuación mientras que Paul Newman brilla con luz propia con su fotogenia y divina juventud.
La película cuenta una triste historia sobre perdedores ambientada en el mundo del billar y las apuestas clandestinas. Newman encarna a un joven arrogante muy ducho en esta disciplina que se dedica a desplumar a incautos a los que estafa junto a un cómplice a lo largo de todo el país. Un día se enfrenta con el mejor y tras perder conocerá a un tipo con cuya ayuda podrá llevarse la revancha. Al mismo tiempo trabará amistad con una mujer solitaria y alcohólica que le ayudará a limar su insolente carácter y a descubrir todo su potencial de ganador.
La banda sonora es otro de los platos fuertes del film, sobre todo para los amantes del jazz, mientras que la elegante fotografía en blanco y negro se llevó el oscar con todo merecimiento.
La película cuenta una triste historia sobre perdedores ambientada en el mundo del billar y las apuestas clandestinas. Newman encarna a un joven arrogante muy ducho en esta disciplina que se dedica a desplumar a incautos a los que estafa junto a un cómplice a lo largo de todo el país. Un día se enfrenta con el mejor y tras perder conocerá a un tipo con cuya ayuda podrá llevarse la revancha. Al mismo tiempo trabará amistad con una mujer solitaria y alcohólica que le ayudará a limar su insolente carácter y a descubrir todo su potencial de ganador.
La banda sonora es otro de los platos fuertes del film, sobre todo para los amantes del jazz, mientras que la elegante fotografía en blanco y negro se llevó el oscar con todo merecimiento.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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24 de marzo de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No va a pasar a mi historia de películas favoritas, pero “el buscavidas” es una buena película, una fenomenal adaptación de un libro (se nota en algunas citas literarias, pero no en el tempo de la narración visual, que resulta fenomenal). Por todo esto, y por algunos detalles que explico más tarde, esta película se merece un notable. Tengo que ser franco y objetivo, y allá van mis razones.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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13 de enero de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Cómo puedo perder? No es suficiente con tener talento. Hay que tener carácter también. Sí, ahora sé lo que es tener carácter. Lo adquirí en una habitación de hotel en Louisville.
Al terminar de ver “El Buscavidas”, te queda siempre esa impresión de pensar que has visto una gran película, aunque la hayas revisionado en multitud de ocasiones. No sólo de las sensacionales escenas entre Newman y Gleason jugando al billar vive el argumento, sino que detrás hay un profundo e intenso melodrama, que funciona de manera soberbia, con seguramente uno de los personajes más carismáticos de la historia del cine, Eddie “Relámpago” Nelson, maravillosamente interpretado por Paul Newman, justamente nominado al Oscar e incompresiblemente no premiado.
Newman tiene esa cara dulce e inocente que embelesa al espectador y nos oculta tras esa faz una profunda oscuridad de carácter y comportamiento, de alguien muy convencido de sus virtudes, creyéndose invencible con un aire de chulería que produce cierta compasión en sus adversarios, como el Gordo de Minnesota. Newman no sólo nos ofrece esas características interpretativas, además se mueve como pez en el agua por todo el metraje de la película haciendo que parezca sencilla su actuación. Eddie Nelson es un personaje complicado, su vida no ha sido fácil, va de ciudad en ciudad usando su talento innato para el billar para conseguir dinero, pero su soberbia no le permite hacer caso su debilidad, una carencia de autovaloración. No se enfrenta a sus demonios interiores mientras va ganando, ya que si lo va haciendo no tendrá que enfrentarse con su estigma de perdedor. En ese micro mundo que se va creando se encuentra a su alma gemela, Sarah, una mujer solitaria, refugiada en el alcohol, interpretada sensacionalmente por Piper Laurie. Tanto Sarah como Eddie se buscan consuelo mutuamente, siendo egoístas el uno con el otro con sus sentimientos en principio, pero se va iniciando una historia de amor con tintes dramáticos. A ellos se une Bert Gordon, un magnífico George C. Scott, un “hombre de negocios” que se ofrece a Eddie para hacerle ganar más dinero, con una dualidad de intenciones muy clara, siendo alguien ambicioso en todos lo sentidos, no tiene más amor que el dinero.
Del nivel actoral de “El Buscavidas” faltarían adjetivos para definirla. Se podría decir que todos están perfectos, aunque la perfección no exista, pero Newman es mucho Newman, de nuevo hace el personaje suyo, lo llena de matices y expresiones, faltan de nuevo calificativos para poder expresar lo que Newman nos ofrece en pantalla. Que decir de Piper Laurie, el mejor papel de su carrera, una alcohólica que se va hundiendo progresivamente y que en su corazón guarda mucho amor, pero se interfiere en su camino George C. Scott, que encaja perfectamente en un hombre sin escrúpulos, que sólo piensa en su propio beneficio. Jackie Gleason le da una templanza mayúscula a el Gordo de Minnesota y aún siendo el competidor de Newman, en ningún momento sientes animadversión por él, ya que ves que es alguien afable y poco egocéntrico.
Lejos ya de las actuaciones, una de las partes más brillantes de “El Buscavidas” es su fotografía, donde hay una interacción entre luz y oscuridad impresionante, creada por Eugene Schufftan, que ganó el Oscar por su labor. Aunque en 1961 ya existía el color, la película no hubiera funcionado igual, ya que esa sutileza en la utilización en blanco y negro define excelentemente a los personajes, lo envuelve todo en algo sombrío y lleno de sombras. La dirección de Robert Rossen es excelsa, magnífica en todo momento, manejando las elipsis temporales de las partidas de billar con un reloj que gira y gira, añadiendo un montaje sucesivo de escenas entre la disputa de Eddie y el Gordo de Minnesota. Rossen no desvía en ningún momento el eje central de argumento y a pesar de ser un drama, mantiene un ritmo que engancha al espectador, haciendo que los diálogos sean fluidos. Este fue su mejor trabajo y posteriormente fallecería 5 años después.
No se pueden expresar con más palabras lo que es “El Buscavidas” simplemente hay que verla, disfrutarla, ya que es una de los mejores dramas de la historia sin duda. Si quieres conocer el cine clásico, de actores, “The Hustler” es tu película.
Al terminar de ver “El Buscavidas”, te queda siempre esa impresión de pensar que has visto una gran película, aunque la hayas revisionado en multitud de ocasiones. No sólo de las sensacionales escenas entre Newman y Gleason jugando al billar vive el argumento, sino que detrás hay un profundo e intenso melodrama, que funciona de manera soberbia, con seguramente uno de los personajes más carismáticos de la historia del cine, Eddie “Relámpago” Nelson, maravillosamente interpretado por Paul Newman, justamente nominado al Oscar e incompresiblemente no premiado.
Newman tiene esa cara dulce e inocente que embelesa al espectador y nos oculta tras esa faz una profunda oscuridad de carácter y comportamiento, de alguien muy convencido de sus virtudes, creyéndose invencible con un aire de chulería que produce cierta compasión en sus adversarios, como el Gordo de Minnesota. Newman no sólo nos ofrece esas características interpretativas, además se mueve como pez en el agua por todo el metraje de la película haciendo que parezca sencilla su actuación. Eddie Nelson es un personaje complicado, su vida no ha sido fácil, va de ciudad en ciudad usando su talento innato para el billar para conseguir dinero, pero su soberbia no le permite hacer caso su debilidad, una carencia de autovaloración. No se enfrenta a sus demonios interiores mientras va ganando, ya que si lo va haciendo no tendrá que enfrentarse con su estigma de perdedor. En ese micro mundo que se va creando se encuentra a su alma gemela, Sarah, una mujer solitaria, refugiada en el alcohol, interpretada sensacionalmente por Piper Laurie. Tanto Sarah como Eddie se buscan consuelo mutuamente, siendo egoístas el uno con el otro con sus sentimientos en principio, pero se va iniciando una historia de amor con tintes dramáticos. A ellos se une Bert Gordon, un magnífico George C. Scott, un “hombre de negocios” que se ofrece a Eddie para hacerle ganar más dinero, con una dualidad de intenciones muy clara, siendo alguien ambicioso en todos lo sentidos, no tiene más amor que el dinero.
Del nivel actoral de “El Buscavidas” faltarían adjetivos para definirla. Se podría decir que todos están perfectos, aunque la perfección no exista, pero Newman es mucho Newman, de nuevo hace el personaje suyo, lo llena de matices y expresiones, faltan de nuevo calificativos para poder expresar lo que Newman nos ofrece en pantalla. Que decir de Piper Laurie, el mejor papel de su carrera, una alcohólica que se va hundiendo progresivamente y que en su corazón guarda mucho amor, pero se interfiere en su camino George C. Scott, que encaja perfectamente en un hombre sin escrúpulos, que sólo piensa en su propio beneficio. Jackie Gleason le da una templanza mayúscula a el Gordo de Minnesota y aún siendo el competidor de Newman, en ningún momento sientes animadversión por él, ya que ves que es alguien afable y poco egocéntrico.
Lejos ya de las actuaciones, una de las partes más brillantes de “El Buscavidas” es su fotografía, donde hay una interacción entre luz y oscuridad impresionante, creada por Eugene Schufftan, que ganó el Oscar por su labor. Aunque en 1961 ya existía el color, la película no hubiera funcionado igual, ya que esa sutileza en la utilización en blanco y negro define excelentemente a los personajes, lo envuelve todo en algo sombrío y lleno de sombras. La dirección de Robert Rossen es excelsa, magnífica en todo momento, manejando las elipsis temporales de las partidas de billar con un reloj que gira y gira, añadiendo un montaje sucesivo de escenas entre la disputa de Eddie y el Gordo de Minnesota. Rossen no desvía en ningún momento el eje central de argumento y a pesar de ser un drama, mantiene un ritmo que engancha al espectador, haciendo que los diálogos sean fluidos. Este fue su mejor trabajo y posteriormente fallecería 5 años después.
No se pueden expresar con más palabras lo que es “El Buscavidas” simplemente hay que verla, disfrutarla, ya que es una de los mejores dramas de la historia sin duda. Si quieres conocer el cine clásico, de actores, “The Hustler” es tu película.
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