La chica del tren

La decisión de adaptar un “best seller” conlleva algunas ventajas, pero también acarrea ciertos inconvenientes. Queda garantizado el interés de buena parte de los espectadores que disfrutaron con el libro, al tomar prestada la correspondiente cuota de aciertos (aunque, también, de errores y trampas) que sirvieron para enganchar a los lectores. Sin embargo, al haber leído ya la obra y conocer a los protagonistas y su final, han realizado su propia interpretación mental sobre las características y las motivaciones de los mismos, por lo que tal vez no se vean reflejados en esa concreta visión del cineasta que traslada a imágenes la historia. Además, la posibilidad de sorprender (imprescindible en un género como el del thriller) por fuerza mengua considerablemente. Sea como fuere, “La chica del tren”, con más de cinco millones de ejemplares vendidos, desembarca en las salas de proyección exhibiendo virtudes y heredando defectos.
Película de intriga correcta y que, como vehículo de entretenimiento ocasional logra su objetivo, despliega una destacada recreación visual y explota convenientemente una trama de suspense muy apta para dejarse llevar. Quizás el mayor reparo achacable sea que su realizador, Tate Taylor, no haya arriesgado un ápice en el ejercicio de la creación artística, limitándose a rentabilizar el éxito literario a través de una efectiva puesta en escena y permitiendo ser arrastrado por el contenido del relato, sin oponerse ni aportar nada por su parte. No ha contemplado la posibilidad de profundizar en los personajes ni de dar cabida a reflexión alguna. La experiencia, como si de un tiovivo se tratase, consiste en montarse y abandonarse al movimiento. En ese sentido, puede resultar divertida, pero nunca inolvidable.
Este cineasta saltó a la fama con el melodrama racial “Criadas y señoras” y, tras rodar el biopic del popular cantante James Brown “I Feel Good”, se ha introducido de lleno en un género que tal vez no le sea propicio. “La chica del tren” requiere un mayor nivel de garra, emoción e intensidad para calificarla de buena propuesta cinematográfica, aunque pueda servir a un segmento de espectadores pasivos en busca de un mero pasatiempo de dos horas.
Una mujer recién divorciada y con problemas de alcoholismo toma todos los días el mismo tren para acudir al trabajo. En su rutina se instala la costumbre de observar a una pareja que vive en una de las casas cercanas a las vías. Pero, lo que comienza siendo una inocente práctica de voyeurismo, se va trasformando en una pesadilla generada por su interpretación, no sólo de lo que ve, sino también de lo que imagina.
Probablemente la cinta se proyectará dentro de unos años en la franja matinal de alguna cadena televisiva, para deleite de ese público propenso a acurrucarse en el sofá con el mando a distancia en la mano y reclamando un grado de suspense capaz de engancharlo. Por lo visto, ejercitar el arraigado vicio de espiar a la gente produce cierta fascinación, y parece que la mezcla de alcohol, degradación, paranoia y caos es un caldo de cultivo muy propicio realizar para dicha actividad.
Dentro del apartado interpretativo destacan las actrices Emily Blunt, Haley Bennett y Rebecca Ferguson. La primera es una popular y consolidada intérprete que ha intervenido en títulos tan interesantes como “Sicario”, “La pesca del salmón en Yemen”, “La reina Victoria” o “El diablo viste de Prada”. A la segunda, más desconocida, podemos verla actualmente en cartelera con “Los siete magníficos”, además de contar con otras participaciones más breves en “El protector (The Equalizer)” o “Pareja de tres”. La tercera ha estrenado recientemente “Florence Foster Jenkins” y ha integrado el reparto de una de las entregas de “Misión imposible” (Nación secreta). Entre las tres sostienen el film sobre sus espaldas, dado que la participación masculina queda bastante difuminada.
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@gerardo_perez_s

Mi primera conclusión tras conocer la historia, es que parece fácilmente explicable el éxito de la novela. Mi lectura (en cuanto la chica se pone a enfrentar su problema de alcoholismo empieza el punto de inflexión ) saca el positivo mensaje de que, casi siempre y casi todos, somos mejores y más capaces de lo que pensamos y que cuando se hace frente a las malas influencias nos hacemos fuertes con facilidad.
El tema de el reparto de roles por sexos es ya más discutible por maniqueo, pero aquí (y en el mercado del best-seller) funciona.
En cuanto a la peli en sí, la buena factura técnica y visual y las excelentes interpretaciones (singularmente de Emily Blunt) apenas se ven empañadas por algunas torpezas narrativas pero el conjunto funciona para mí.

No he leído el best sellar homónimo en el que se basa La Chica del Tren, pero considero que el principal problema de esta historia es que es bastante banal, aunque maneje conceptos, situaciones y personajes que podrían (¿y deberían?) ser trascendentes, aunque no desde luego como aquí se enfocan. Es decir, puede parecer que en La Chica del Tren se habla de problemas tan terribles como el alcoholismo, los traumas infantiles, la insoportable rutina de esa clase media americana tan condicionada por la imagen, y sobre todo, de la violencia de género o machista (da igual como se diga). Pero La chica del tren sólo utiliza todas esas tragedias como excusas para contar una rocambolesca intriga doméstica con ecos de Durmiendo con su enemigo o los momentos más oscuros de las Mujeres Desesperadas.

En La chica del tren no hay la ironía ni la mala leche que había en Perdida, una historia con la que se ha comparado repetidamente, no acabo de entender por qué. Y Tate Taylor no es capaz de hacer, ni de lejos, las filigranas narrativas y visuales de las que hacía gala David Fincher. Pero La chica del tren sí es una cinta entretenida y que es capaz de engañar sin demasiada sutileza a los espectadores. Como decía, el principal problema de esta película es su banalidad, pero una vez abrazas esa banalidad, como asumiste en su día que Durmiendo con su enemigo NO es cine social, es fácil entretenerse con ella.

Y de su llamativo reparto, los hombres hacen lo que pueden por mantener a flote sus personajes (gracias al carisma de Luke Evans, Edgar Ramirez y Justin Theroux) aunque el género masculino es prácticamente definido por ser unos capullos que sólo piensan con la polla. Hay apariciones sorpresa, de las que se echan en falta más minutos en pantalla (Allison Janney, Lisa Kudrow), un revelador descubrimiento (la belleza y la intensidad de Haley Bennett va a traer cola), la confirmación de lo bien que trabaja Rebecca Ferguson, y sobre todo y ante todo, está Emily Blunt.

Aunque parecía que sería La chica del tren (y no va a ser así) la cinta que le daría a Blunt los premios y el reconocimiento total como actriz, su trabajo es excepcional. Después de memorables personajes en películas de géneros tan variados como El diablo viste de Prada, La Reina Victoria, La pesca del salmón en Yemen, Looper, Into the Woods, Al filo del mañana o Sicario; Blunt se eleva por encima de toda la película y hace un retrato de personaje tan profundo como doloroso, tan irónico como fuerte, y suyos son los momentos de mayor emotividad, tensión y garra, nueva prueba del excepcional talento de esta genial actriz.

En esta película hay que estar muy atentos con las fechas, personajes y cosas que suceden por que llega el punto donde te confundes y ya no sabes quien hizo que.

Los actores hacen muy bien su papel, se ven muy realistas y encajan perfectamente con su personaje, creo que es una película donde te quedas clavada un buen rato, ya que es como un rompecabezas, piensas que algunas cosas encajan con otras pero no es así, y es donde tienes que tener algo de curiosidad para que te logre impresionar cada momento que va pasando.

Creo que es una magnifica película con un gran suspenso, ya que te dan ganas de saber que fue lo que paso en realidad. y pienso en que esta película es un ejemplo de lo que quisiera estudiar ya que se basa en métodos de investigación para dar con el asesino como en la criminología.

Deja como un mensaje a través de esta película donde explica que nadie en el mundo tiene o lleva una vida perfecta, todos estamos llenos de broncas pero a veces las apariencias engañan.Y pues en cierta forma tiene razón.

Una excelente Emily Blunt casi salva esta película de Tate Taylor con una buenísima actuación como mujer divorciada y alcohólica. La inglesa hace un papel de esos que si fuera una película estrenada un poco más tarde y con más presupuesto y publicidad quien sabe si podría ser nominada a los premios de la academia

Vaya por delante que no me he leído la novela así que voy a pasar a analizar brévemente la película que vi ayer mismo en el cine. Durante la misma pensé que el argumento tenía mucho de telefilm de domingo a las cuatro pero con buenos actores (a lo Match Point, pero sin tan buen guion como la cinta londinense de Woody Allen, ya que los diálogos son tan brillantes y a mitad de metraje La Chica del Tren el ritmo cae un poco). También me vinieron a la cabeza elementos hitchkonianos y briandepalmianos, así como de Perdida (Gone Girl) de David Fincher en ciertos aspectos del lenguaje cinematográfico.

La verdad es que todo el equipo artístico hace un gran trabajo en la película y yo destaco a Justin Theroux, que no ha sido nombrado por otros compañeros de Filmaffinity.

Le doy un aprobado a la película. Quizás no es para todos los públicos.