The Act of Killing

The Act of Killing está ya en los anales de la historia del cine desde la semana en que salió a la luz. Y ya se codea con las creaciones más importantes de lo que va de siglo. Una Naranja Mecánica moderna.

Se trata del documento filmado más impactante, complejo, dolorosamente honesto y surrealista que jamás se haya hecho acerca de la maldad del hombre.

Joshua coge al hombre asesino, despiadado, y con una frialdad Kubrickiana, lo viste de traje de ser humano con emociones muy corrientes. El trasfondo es real (el genocidio en Indonesia), solo que Joshua juega con las máscaras de realidad, pone y quita capas buscando una redención final, que finalmente llega con la escena final de Anwar Congo y, en ese momento, el cine toca una de sus cumbres.

Los dos principales señores asesinos son como nosotros, y Joshua se acuerda de recordarlo constantemente aunque sea politicamente incorrecto, el final es bestial, arrollador. Lo de "inhumano" es un cliché, somos NOSOTROS, nuestra especie. Y con esa jugarreta constante, dialoga con el espectador de una forma única, mostrando que sí, esta gente podríamos ser nosotros, lo único que hace falta es una manipulación mental, un lavado de cerebro para que el odio penetre en la mente y el alma, pero somos eso mismo, humanos con capacidad de lo peor, el puro horror, citando al coronel Kurtz. Pero es siempre nuestra decisión dejarnos manipular, dejar que el odio irracional penetre.

Por eso esta obra muestra eso y nos obliga a pensar, nos fuerza a sentir asco, nos fuerza a buscar un cambio, a ser conscientes de lo que hace el odio puro, para que nunca lo queramos en nosotros. A sentir que nunca queramos que ni nosotros ni nadie de nuestro alrededor se convierta en un Anwar Congo...

¿Qué hace Joshua? Se limita a grabar y preguntar a los asesinos del genocidio de Indonesia en los años 60, ahora tratados como heroes honorables viviendo de cine, sobre cómo mataban y qué sentían en aquel momento y en el presente. Pero también, y aquí la parte innovadora del filme, les hace reconstruir escenas en forma de ficción sobre varios asesinatos, torturas y masacres que perpetraron en el genocidio. Todo esto unido a escenas surrealistas, en campo abierto y también con los propios asesinos vestidos o disfrazados. El resultado es una bomba surrealista, terrorifica, extraña y honesta, que hace pedazos nuestro interior.

Acaso el objetivo final del cine no es buscar un cambio? El arte en ultima instancia quiere cambiar al hombre, es un movimiento interno para despertar nuestras consciencias. The Act of Killing es una de esas pocas obras extremas y puras en ese cometido final del arte.

Me enfrento al primer documental de Joshua Oppenheimer, Christine Cynn y un creador indonesio. El primero y artífice principal, responsable de varios cortometrajes y de este genocidio documentado con elementos ficticios (que juega también un papel psicológico importantísimo) del año 2012 que sitúa su historia en 1965 en Indonesia, bajo el gobierno de Suharto donde el ejército llevó a cabo el exterminio de más de un millón de -supuestos- comunistas (según algunas fuentes, se dice que hasta los dos millones y medio), una carnicería ejecutada en gran medida por milicia paramilitar que incluía a todo aquel que fuera del bando rival, ya fueran gente de a pie, agricultores, chinos o intelectuales, con la aprobación de Occidente que se encontraba en plena Guerra Fría.

Desde mi posición, puedo decir que es uno de los pocos documentales más salvajes que haya podido ver, un relato estremecedor y también vergonzoso el de sus episodios de maltrato y tortura característico por mostrar, sin ningún pudor, el cinismo y hasta el disfrute de los genocidas indonesios en esta matanza, y la forma en que razonan el porqué de lo que hicieron, sintiendo orgullo de sus actos y dejando la crueldad humana como algo normal de ver, aunque también tiene pequeños pasajes donde claramente florece el sentimiento de culpa y responsabilidad del acto.
Tal y como yo lo veo, es ante todo una galería de momentos y relatos narrados de forma tan apática y abrupta, tan escandalosamente negra en su humor, que se te pasa por la cabeza pensar si podría tratarse todo esto de un enorme fake, pues la desviación (porque eso es lo que) que sufren estos individuos, bestias sin capacidad de razonamiento y con apariencia humana, no son en absoluto rasgos de una persona cuerda y sana. Todo lo contrario. Incluso es jodido pensar que estos elementos venidos de otro mundo -¡Ajam! los nazis- tengan capacidad y poder para cambiar el transcurso de las cosas en este.

En conclusión, creo que ha quedado muy claro el rechazo y la inmundicia que me ha producido ver esto, una pieza insólita y con un valor en las imágenes altamente dañino en su tratado, pero necesaria y con gran valentía en mostrar las "azañas" de esos monstruos sin un atisbo de vergüenza (casi todos ellos) y humanidad. Un documental rodado con un par de huevos, sí señor. Y de ahí mi puntuación sobretodo.

Espeluznante documental de la masacre que sucedió en Indonesia entre los años 1965-66. Se estima en más de 500.000 asesinatos de comunistas, izquierdista, maoístas y demás. Algo muy parecido a lo que pasó en España pero, mucho más rápido. Además de los soldados se utilizó a unas bandas de gansgter de la calle que más o menos mataban a tanto por cabeza. De eso es de lo que se ufana este documental interpretado por los propios carniceros porque ya ha proscrito.