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Los Tudor (Serie de TV)

Serie de TV. Drama Serie de TV (2007-2010). 4 temporadas. 38 capítulos. Drama ambientado en el reinado de Enrique VIII (1509-1547), que trata sobre los numerosos matrimonios del monarca inglés. Ansioso de poder y muy aficionado a las aventuras amorosas, el joven monarca gobernaba su reino igual que vivía su vida: sin piedad y sin control. Una historia sobre los más ocultos excesos del tirano, cuyo reinado estuvo marcado por la traición y las intrigas. (FILMAFFINITY) [+]
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Críticas 58
Críticas ordenadas por utilidad
29 de diciembre de 2010
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
No soy muy amigo de dejar mis opiniones sobre nada; pero esta serie lo merece. He visto las cuatro temporadas y, sencillamente, me ha encantado la serie; buenos actores, la puesta en escena es inmejorable, el vestuario te mete de lleno en aquella convulsa época y la fotografía excelente. Qué pena que en España no se hagan estas cosas!. Nuestra historia nos ha dado magníficos guiones. ¿Para cuando series como: los Trastámaras, los Habsburgo, etc?
RAFAUCEDA
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9 de junio de 2015
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Espléndida y radiante serie televisiva que dramatiza y noveliza 28 años del reinado de Enrique VIII de Inglaterra (desde 1525 y su alocado enamoramiento de Ana Bolena, hasta el año 1547 que describe la muerte del monarca)... 28 años en los que el afamado (y no por buenos motivos. En su época se le consideraba un dios, pero actualmente es conocido por ser el padre de la monarca del "Siglo de Oro inglés" Elizabeth y por haber sido un asesino en serie).

Admito que la vida de Enrique VIII no es lo que más me despierta interés a nivel histórico (tal vez por ello disfruté mucho más de "Isabel" sobre el reinado de los reyes católicos... o del film "Elizabeth" que relata el reinado de la hija de Enrique VIII), pero eso no quita para que "Los Tudor" sea una serie de gran calidad que, en mi opinión, marcó la dirección y encauzó el rumbo de las series actuales sobre medievales linajes, conspiraciones, amoríos y erotismos ("Los Borgía", "Juego de Tronos", "Isabel", "Los pilares de la Tierra", etc.). Todas ellas no han evitado tomar como patrón lo que "Los Tudor" en 2007 transformó en virtudes: adaptación astuta de su material de base... seriedad, delicadeza y cuidado en los diálogos y momentos del libreto, fotografía a nivel cinematográfico, diseño de producción de pompa y suntuosidad, realización significativa y singular, banda sonora esmerada, y reparto ostentoso e imponente.

Todo ese cuidado con el se llevan a escena los imprudentes avatares de Enrique VIII por la corte... no hace que "Los Tudor" sea una serie perfecta y de matrícula de honor que vaya a cambiar la vida a nadie... ni es la mejor en su género (pues muchas llegaron después que, aunque tomaron como ejemplo las virtudes de esmero y meticulosidad de "Los Tudor", presentaron historias y desarrollos más fascinantes y completos), pero desde luego sus virtudes la convierten en una buena serie de lo más gustosa.

"Los Tudor" cuenta con una envoltura perfecta y maravillosa que se apodera del espectador con deleite. Con un diseño de producción soberbio y prodigioso, con una exquisita fotografía y deliciosa iluminación, con una banda sonora propia notable y pertinente (que presume de un tema principal brillante y memorable), con una realización distinguida y habilidosa (que aprovecha con maestría y pericia los planos cerrados), y con un reparto oportuno y natural (a destacar Peter O'Toole, un multidimensional Sam Neill o Jonathan Rhys Meyers en el papel de su vida), "Los Tudor" nos presenta con atracción e interés a un monarca voluble, excéntrico, egoísta, caprichoso, inmaduro, mujeriego y tremendamente amoral con el que no se empatiza... pero que despierta curiosidad y sugestión gracias a otros matices (su vitalidad y su nervio) y gracias a la majestuosa interpretación de Rhys Meyers. Este rey inglés, con su egocentrismo e inestabilidad, hace imposible su propia vida como monarca... vida que sortea de problemas como un malabarista mientras va haciendo daño a extraños y amigos.

Así pues "Los Tudor" nos va describiendo a lo largo de sus 4 dramáticas temporadas las pasiones, amores y desamores del Rey y su corte... sin dejar de lado (pues tienen el mismo peso y, en ocasiones están intrínsecamente relacionadas) las tramas de invasiones bélicas, pactos políticos, negociaciones reptilianas, conspiraciones palaciegas o eclesiásticas, tretas de poder, sometimientos de autoridad, epidemias mortales, y juicios y ejecuciones medievales de escalofrío (pues Enrique VIII y sus validos ejecutaban como quien se toma un café. Y por ello apenas hay capítulos en "Los Tudor" que no acaben con una cruda, impactante y conseguida decapitación).

Todo ello se lleva a la pantalla por medio del libreto con madurez, fineza, distinción, integridad y plenitud. Los diálogos presumen de mesura e inteligencia, y los personajes son todos ellos tremendamente edificados y refinadamente desarrollados (por lo que muchas secuencias de crueles asesinatos que abandonan al hombre y la mujer de dignidad, transmiten un drama y tristeza, una turbación y angustia potente y gigantesca (ya que el espectador se había implicado tremendamente con esos personajes)).

Pero sucede que la temática de base genera algunos episodios dignos de llamarse obras maestras... mientras otros son más blandos y alongados con algo de paja folletinesca. "Los Tudor" es pues una serie un tanto irregular que no siempre da un episodio de trama soberbia y de acabado de magnificencia (aunque esos episodios más indolentes y decaídos por culpa del desarrollo de la trama, no dejan de ser aceptables y elegantes). "Los Tudor" por desgracia tiene algunos capítulos en los que sobra redundancia y hojarasca y se echa en falta más profundidad e ingenio tanto en las maquinaciones y complots políticos como en los romances reales.

Ese pequeño defecto y alguna inacurancia histórica (más en spoilers) que incluso afecta a la elección del casting (Rhys Meyers se parece al rey Enrique VIII lo que un huevo a una castaña), son los únicos "peros" que le puedo poner a "Los Tudor". Unos defectos que apenas empañan a un conjunto que brinda en lineas generales siempre distinción y enjundia disfrutable (y cuando tan solo ofrece distinción y abandona la profundidad argumental... no deja por ello de entretener).

En fin, Una serie muy recomendable (con las temporadas 2 y 4 siendo casi obligadas de visionar por su gran calidad)... como todas las series del canal de pago estadounidense Showtime (admito que las series de Showtime ("Queer as Folk", "The L Word", "Homeland", "Penny Dreadful", "Dexter", "Nurse Jackie") siempre me han encandilado y convencido mucho más en cuanto a calidad y cuidado que las de la propia HBO, pero es cuestión de gustos).

Lo mejor: Los créditos iniciales. El cuidado del libreto y de la puesta en escena. La interpretaciones Rhys Meyers, O'Toole, Neill, Von Sydow y Doyle Kennedy.
Lo peor: Algún episodio tiene demasiada hojarasca reiterativa y vacua de folletin (pero no es la tónica habitual).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Spark
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7 de noviembre de 2016
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es esta la primera serie de su estilo, pero sí la más destacable de los últimos años, pues ha creado cierta escuela y ha sido muy imitada por otras producciones. Durante mucho tiempo será el referente de la serie histórica de calidad, pues es sin duda un gran modelo a seguir.
En “Los Tudor”, podemos descubrir a dos buenos jóvenes actores, como son Jonathan Rhys-Meyers y Natalie Dormer, (la cual ha tenido un poco más de éxito que su compañero en su carrera, al menos hasta ahora).
Se trata de una genial producción histórica, en las que no falta la buena ambientación y los fastuosos decorados y vestuarios propios del género de época.
Tenemos los elementos habituales como son las intrigas de palacio, luchas de poder, búsqueda desesperada de herederos, matrimonios pactados por política, etcétera.
Jonathan Rhys-Meyers dibuja un Enrique VIII odioso, egoísta y ambicioso, que antepuso la satisfacción de su inagotable lujuria ante todo lo demás, reino de Inglaterra incluido. Físicamente no se parece ni en el blanco de los ojos, pero da igual porque su interpretación es tan buena, que estoy seguro de que siempre vamos a conocer a este actor como “el de los Tudor”.
La bellísima Natalie Dormer encarna a la perfección a esa aparentemente dulce Ana Bolena, que en su empecinamiento de no dejarse dominar por el rey sin estar casados, provocó indirectamente todo un cisma religioso con grandes consecuencias políticas. Es la típica mujer de la Historia que hacía uso de sus armas de mujer como una fuerte herramienta de poder.
Sam Neill hace de cardenal avaricioso, con gran acierto. Parece que en todas las historias de la Edad Media, el clero siempre es malo, pero es fácil creer que el que la Iglesia estuviera tan relacionada con el poder, probablemente daría lugar a muchos cardenales corruptos, como es el caso de Wolsey. Neill lo hace muy bien. Al igual que Ana Bolena, parece que no ha roto un plato en su vida, y sin embargo es tan ladino como casi todos los personajes de la serie.
Lo único malo que se le puede achacar a esta buena producción es que con tanto diálogo y política, por momentos puede llegar a cansar. Un poquito más de guerra o si tan solo los episodios fueran un poquito más cortos, la mejorarían. Desde luego no es apta para darse un gran maratón de episodios como pasa con otras series actuales.
Curioso dato: se llama “Los Tudor” pero apenas vemos a nadie más de la dinastía. Se debería haber llamado mejor “Henry”, a secas.
i42poloj
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16 de julio de 2010
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La verdad es que, al reverla, me planteo si el siete otorgado no es acaso demasiado generoso, y me explico.
La calidad de los actores huelga decir que es fantástica, así como el empeño puesto en los decorados y en el uso de los mismos, pero todo este velo de beldad se ve empañado con las coces que se les da a la Historia sin ton ni son, ya no sólo en el físico de algunos personajes, que son completamente antagónicos respecto a lo que nos muestran algunos retratos de la época -caso de Catalina de Aragón, reina de Inglaterra, una belleza pelirroja heredera de los rasgos ingleses de su antepasada Felipa de Lancaster y de su madre, la reina Isabel I, que se la pinta como una bruja endogámica, un tanto mal parecida y morena al hilo de lo que SÍ sería su hija, María Tudor; y al hilo de esto, diré que no sé qué empeño se pone en pintarla de castaña en las reproducciones fílmicas cuando los retratos muestran justamente lo contrario-, sino también en algunos hechos que, personalmente, me dolieron casi más que algunos gazapos.
De todas maneras, haciendo balance, la serie es más que visible, y para desconectar y disfrutar, así como trasladarse al medievo inglés, es una respetable opción.
Manjo ExLibris
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14 de julio de 2010
3 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es muy buena, si te gustan las pelis/series históricas.
Hoy terminé de ver la 4ª y última temporada, y me gustaría que no acabara nunca, que siguieran contando la vida de sus hijas, nietos, etc...
Por cierto, a diferencia de otras series, me gustó más verla doblada, que en inglés (4ª temporada)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Bathorybora
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