El diablo viste de Prada

En un mercado laboral cuyos puestos más cotizados se adjudican en función de una competencia directa de todos contra todos, lo más sensato es sopesar si merece la pena la recompensa al sacrificio exigido y en función de ahí, proceder.

"No seas ridícula, Andrea, todo el mundo querría esto. Todos querrían ser nosotras", le dice Meryl Streep a Anne Hathaway justo antes de que esta decida dimitir sin preaviso, arrojando el busca a una fuente pública. Como hoy puedes pegar el campanazo diciendo gilipolleces por YouTube y consiguiendo que la gente te regale dinero por entretenerles las tardes pues a lo mejor ya no es así; hemos pasado del servilismo bien remunerado con opciones a promocionar, a hordas que aspiran ganarse la vida dando la murga por los altavoces mediáticos. Así que lógico que esta película ya no se entienda igual que hace quince años.

Yo me esperaba la típica comedia americana; que es lo que, más o menos, sugiere el trailer; pero a mí personalmente no se me escapó ni una sonrisilla. Es más, me entró una mala leche ante el tostón que me acababa de tragar que me dieron ganas hasta de quemar el único "Burberry" que tengo en el armario.
No la recomendaría en absoluto, ni aunque Meryl Streep apareciera completamente desnuda. Me dió la impresión de que me habían colado un macro-anuncio publicitario de grandes marcas de moda, como si al vestido se le otorgase la categoría de Arte.
Resumiendo, es una película superficial, aburrida, pesada, sin drama, sin acción, sin romanticismo... En definitiva, sin nada. No sé cómo Meryl Streep accedió a este trabajo.
Sin tener en cuenta que parece un insulto a todos aquellos que no miramos una revista de moda para comprarnos unos pantalones. Y es que me pareció tan superficial que me entraron ganas de crear un movimiento revolucionario donde la gente humilde como yo luche contra el grotesco poder mediático que ejercen las grandes marcas.

Película kistch: visiones completamente tópicas del mundo de la moda para esta versión moderna de una Cenicienta sin encanto ni clase ni glamour. Meryl Streep, que es una gran actriz, en esta película tiene el glamour de Lopera en la Copa del Rey. Película tonta hasta la efervescencia.

Tonteria de película que no entiendo porqué vi. No es peor de lo que esperaba, simplemente es lo que esperaba. Película sin fondo, para niños y para chicas "moda". Sólo merece la pena mencionar el papel de Stanley Tucci. Meryl Streep es Cruela Devil, un personaje nada original. La Hathaway es mona y ya. Cuentecito con final previsible. Por cierto yo he tenido jefes peores, Streep no es tan mala, sólo está amargada.

A una película de estas características y con esa campaña mediática detrás, tienes que pedirle por lo menos que te haga pasar un buen rato, y no todo lo contrario, deseando que se acabara ya. No me esperaba un peliculón pero sí algo meramente entretenido, con un guión que mostrara cierta originalidad dentro de lo previsible que imaginaba que sería. Pero es que ni eso.
No hay casi nada salvable en ella, salvo la interpretación de Meryl Streep, la simpatía de Stanley Tucci, la moda y glamour de París y la espectacularidad de su puesta en escena.

Por lo demás, creo que tiene un mensaje ambigüo, no sabemos bien lo que nos quiere decir, y en cada momento de la trama parece que la moraleja del cuento varía: ¿Tenemos que triunfar por encima de todo? ¿Si no llevas la talla 36 estás gorda y es preciso hacer todo lo posible por conseguir esa imagen? ¿Es preferible dejar el trabajo para conservar a nuestra pareja/familia/amigos o mantenerlo y perderlos? ¿Tenemos que estar satisfechos con un trabajo basura sólo porque nuestro jefe/a es lo más de lo más en su entorno? ¿Hay que renunciar a nuestra personalidad, forma de ser o de vestir para conseguir un puesto de trabajo? ¿Es una crítica despiadada o un homenaje al mundo de la moda?
Y el personaje de Anne Hathaway empieza cayéndote bien pero luego no es más que una pija estirada como todos los demás, caprichosa e insegura.