2013: Rescate en L.A.

Por eso es "el Serpiente", por no tener pies... ni cabeza.
Y eso también es aplicable a la película. Acción absurda, diálogos horrorosos, personajes patéticos (¡¿qué hace aquí Buscemi!?), en fin, sólo para los amantes (y mucho) de Plissken y Carpenter.
Y con lo mucho que me gustó en mi juventud el primer rescate.

Soy escritor y un amante del Fantástico, en especial del cine de Ciencia Ficción. Nací el año que estrenaron la primera "Guerra de los mundos", así que no me dejo llevar por los juicios rápidos e insensatos; y al igual que Harryhausen o Bradbury sigo siendo un joven lleno de sueños y con mucha imaginación; aunque algo más listo. Me he decidido a realizar una revisión de todos los títulos del género, y comprobar a fecha de hoy su frescura. Ésta merece el calificativo de: FLOJA.
Ver de nuevo esta película tras varios años desde su edición en formato Dvd me ha producido una cierta comezón. Esto ha sido posible porque al contemplar el mismo producto con una ventana de tiempo tan considerable, el efecto anímico es todo un interrogante. En ese caso, lo cutre se abre paso en el trabajo de un realizador que atesora logros y falacias por igual. Siempre he tenido a Carpenter por alguien importante en el Fantástico, pero revisando en la madurez su trabajo tengo que decantarme por una realidad aplastante: no es oro todo lo que reluce. La presente se suma a mi colección de desechos temporales. El filme pierde todo el carisma de su predecesora y solo queda en un esperpéntico carrousel; una feria trasnochada y casposa a golpe de gags banales, chistes malos y las tópicas frases machistas, si no fascistas. Todo ello aderezado con unos efectos muy flojos y escenas imposibles como las de las alas delta. Resumiendo: una película que nunca debería haberse realizado.

Yo la he visto como una especie de remake/secuela, que mantiene el toque de la original, aunque no llega ni a los talones, de todas formas es agradable ver de nuevo a un gran anti-héroe como Snake Plissken, aventuras y acción, todo lo que uno puede desear del buen cine de entretenimiento y bajo la dirección del eficaz y maestro John Carpenter.

Pues sí, esta "2013: rescate en L. A." es una especie de continuación o remake de "1997: Rescate en Nueva York" (1981), extremo que no puedo precisar del todo porque no he visto la original, como tampoco juzgar si es peor, igual o mejor, pero esto lo dudo. En cualquier caso, nos situamos en un futuro distópico en el año 2013, quiere decir que hace muy poco que lo hemos pasado, en el que no sabemos muy bien por qué el caos reina en los Estados Unidos, que han acabado eligiendo a un ultraliberal, es lo que es, como presidente de los Estados Unidos, que impone lo que se supone que es un régimen totalitario, donde está todo prohibido, desde el tabaco a la carne roja, las drogas, las mujeres "al no ser que estés casado" o el lenguaje soez. Sobre este punto es curioso que acusen a la película de fascistoide, algo de por sí absurdo, el fascismo ni existe ni ha existido en los Estados Unidos, cuando los malos serían precisamente los fascistas, no sé cómo la ven. Pero lo que nos interesa es que deportan a los "indeseables", desde ateos a prostitutas pasando por delincuentes de cualquier pelaje a una isla, que son Los Ángeles, que se han separado de los Estados Unidos merced a un terremoto, que es a donde mandarán al protagonista, el megaduro Serpiente Plissken (Kurt Russell), para recuperar cierto maletín presidencial que contiene algo altamente valioso. Es decir, que aunque sea un poquito exagerado como punto de partida nos vale.

Pero a partir de esta introducción John Carpenter nos arroja a un delirio completamente inverosímil que no sé si se supone que es una parodia del cine de acción pero lo que está claro es que no tiene ni pies de cabeza. Para empezar, que un régimen brutal y militarizado no tenga a nadie para realizar una porquería de misión es que no se lo cree nadie. Pero sigue con una isla que se supone que es un "vertedero" pero que, por ejemplo, está repleta de armas, ¿de dónde las sacarán?, coches o locales nocturnos. Y no os hablo de los deplorables efectos especiales o las ridículas escenas de acción. En realidad, la única virtud de esta obra es un Kurt Russell que mantiene bien el tipo y algún destello crítico, como contra la cirugía estética. Bueno, también he de alabar el look de A. J. Langer en la parte más o menos del final, en concreto por esas botas altas y negras que son la leche, pero vaya personaje el de ella, una petarda y además feílla, nada que ver con Valeria Golino (SPOILER) y hasta con Michelle Forbes o Pam Grier, aunque haga de hombre. Es curioso que aunque nos digan periódicamente que se ponen de moda este tipo de botas altas o incluso de las normales, por debajo de la rodilla, rara vez se ven en el cine (y en la vida real igual) y cuando lo hacen es para recrear espacios fantásticos (cómics, steampunk, distopías...) o para personajes hipersexualizados (prostitutas, stripers...), pero nunca como algo normal, como sí en los años 70.

Película muy limitada desde el argumento, el mismo es demasiado simple y tosco en algunas partes. Posee dejos de improvisación, lo cual hace que indefectiblemente la película caiga en un simple reduccionismo de vertiginosa acción sin más.

John Carpenter en la dirección, en el guión y en la música del filme, convirtiéndose en el "dueño" de la cinta y demostrando una vez más que no tiene la suficiente capacidad para mostrar algo distinto. La cinta posee el sello indiscutido de este director de culto, típica cinta clase B pero que nos sorprende con conseguidos efectos visuales, lo cual no ayuda demasiado al concepto general del filme, aunque algo es algo.
Tenemos una apenas conseguida ambientación, por lo que está asegurado al menos que la atmósfera del filme sugiere una caótica Los Ángeles, con escenarios donde las ruinas están a la orden del día.
Poseemos por ende un argumento vacío, lleno de acción por la acción misma que llega a ser irrisoria en ciertos pasajes del filme donde todo se torna muy redundante.

Lo demás, actuaciones mediocres, el característico tipo duro interpretado por Kurt Russell, quien no demuestra nada más que poses características del "macho" intocable. A ello hay que agregarle un personaje simpático pero vulgar que interpreta Steve Buscemi, lo que resta es para el olvido.

Si bien la cinta puede llegar a agradar al público poco exigente que busca una aventurilla futurista, en planos generales no recomiendo para nada esta secuela que nada nuevo viene a aportar al género. Olvidable, propuesta regular y vulgar, una más que nos ofrece Carpenter y que no vale la pena verla.