El habitante incierto

El debut de Guillem Morales fue este efectivo thriller con una excelente dirección con grandes actores pero con un extraño guión que sin llegar a ser malo que no lo es. Puede resultar extraño sobre todo ese giro argumental a la trama. Estructurada de manera brillante. La historia no decae. Y te mantiene en tensión sobre todo una sobresaliente Mónica López en un doble papel que fue premiado en Sitges. Un chico al que se le ha colado un desconocido se empieza a obsesionar de que el hombre sigue ahí dentro de la casa...

Interesante, atrevida, diferente, peculiar, confusa, compleja, irregular, pobre y complicada producción que juega con el suspense y el terror psicológico para ofrecer un producto que puede resultar complicado de asimilar y comprender. pero que no deja indiferente.
No cuenta con los elementos de una gran producción y se notan las limitaciones a las que tienen que hacer frente sus responsables, pero a pesar de eso, consigue hacer realidad una historia peculiar y diferente con la que descolocar los cimientos del pensamiento del público.
Puede poner a prueba la capacidad intelectual del personal, pero seguro que le deja con diversas cuestiones e ideas con las que intentar encajar todo.

Nadie se ha percatado de las similitudes entre la ganadora del Oscar 2020 y "el habitante incierto"?. Cuando vi la cinta Coreana recordé la ópera prima de Guillem, y al revisitarla confirmé mi teoría. Son películas distintas, está claro, las dos corren por si solas, pero hay muchos puntos en común.

Me ha gustado mucho, la verdad. Aunque el final te lo puedes imaginar bastante bien, hay un esbozo que no te esperas, así que sorprende aunque sea un poco.

Buena fotografía y desarrollo de la historia, la atmósfera angustiante y agobiante está bien creada.

Puedes pasar un buen rato viendo esta película.

Un arquitecto abandonado por su novia, recibe la llamada a la puerta de un desconocido, que quiere hacer una llamada telefónica, en un momento de descuido, el desconocido desaparece dentro de su casa sin dejar rastro.
Desde ese momento siente que hay alguien pero jamás lo ve.

Con una carga inquietante de ruidos reales o imaginarios pone al borde de la locura al protagonista, sin saber que es real y que no.

Buena opera prima de Guillem Morales abierta a interpretaciones y un guion acertado, donde el talento demuestra ser más importante que el dinero.

Lo mejor: Tiene ciertos momentos que juega muy bien con los sonidos.
Lo peor: Esa reconciliación que no aporta nada.