La legión del águila

En mi opinión, La legión del águila es una película que, sin ser brillante, consigue desmarcarse del resto de peplums modernos por su afán realista y sus pocas pretensiones, además de su factura limpia de efectos especiales y demás rollos tecnológicos. No es un film que pretenda ser espectacular ni marcar un antes y un después. Es simplemente un producto de entretenimiento.
Pero, repito, esta película tiene un sabor a película clásica de romanos, aunque con un matiz crepuscular, diría yo. Si hay westerns crepusculares, ¿por qué no puede haber peplums crepusculares?
La legión del águila es una película donde el guion no tiene mucho que contar, pero McDonald sabe darle vida y mantener el interés, a pesar de que el espectador sea consciente en todo momento que no está viendo una película memorable.
Lo pasé bien con esta película, igual que se me hizo corto su visionado se me hizo corto su recuerdo. No perdura, pero sirve muy bien para pasar el rato. Quien solo busque eso, adelante.

Ya lo había dicho el filósofo Cassirer, "el hombre es un animal simbólico", y aquí en este filme peplum todo queda subyugado al valor de los símbolos de la realidad romana, entre ellos, el águila como emblema principal de la gran ciudad de principio de calendario.
Lo mejor de esta película es su trepidante comienzo, la lucha entre romanos y bárbaros detrás de los muros que defienden las zonas defendidas por el imperio. Sin embargo, a medida que avanza el filme se vuelve un relato menor de amistad y lucha cuando pudo ser un magnífico cuadro de la realidad del viajero romano en busca de sus propios tesoros y su pasado.

Aventura épica muy bien llevada con un guión no precisamente original pero sí al menos libre de clichés y quizá solo con algunos convencionalismos y situaciones algo forzadas hacia el final, enarbolando los clásicos valores y virtudes de este tipo de historias de una forma algo cursi. El ritmo es ágil y sin partes sobre-extendidas a pesar de su duración, con buena dirección en escenas de acción aunque sin uso de grandes escenarios ni extraordinaria producción, que por lo tanto no ofrecen nada visualmente sobresaliente como las películas de este género suelen hacer. El desarrollo en la relación de los personajes está bien logrado y es el aspecto dramático más interesante. En general muy entretenida, con buenos giros y un final efectivo. Recomendable sin demasiadas expectativas.

Esta película del escocés Kevin Macdonald, presenta una muy meritoria escenografía y puesta en escena, pero acaba pecando de previsible y ñoña a mediada que avanza el filme.

Con unos muy prometedores primeros 40 minutos, la película va sufriendo un decrecimiento preocupante de interés por minuto, hasta llegar a un desenlace que parece más propio de películas de consumo fácil, que de una obra con tanta exquisitez en los detalles históricos y escenográficos.

Si bien es cierto que al final el espectador no sabe ni qué pueblo británico es el que acaba luchando contra Marco y Eska, si te interesa la historia concluyes que son los Pictos, ya que, por lo que parece, fueron ellos los que obligaron a construir "la muralla de Adriano" en lo que hoy conocemos como Escocia. Es lo más lógico viendo sus cuerpos tintados de colores azulados para ir a la batalla. Eso me ha parecido muy logrado y se nota la mano escocesa en la escenografía.

En cuanto a las interpretaciones, el que fue protagonista de "Billy Elliot", Jamie Bell, está correcto sin más al igual que Channing Tatum. No es una trama que dé pie a grandes lucimientos interpretativos.

Lo mejor: la escenografía y que aprendes historia, cultura y costumbres romanas y prerromanas de Gran Bretaña. La aparición de los Brigantes, pueblo celta fascinante, que dominó buena parte del centro y sur de Gran Bretaña, tan olvidados en la cinematografía desgraciadamente, incluida la española, pese a ser un pueblo que posiblemente acabó llegando a la península ibérica (entre otros pueblos celtas) y que fue contemporáneo de los iberos, formando la maravillosa civilización celtíbera.

Lo peor: la caída de calidad de la trama según avanza la misma y los momentos épicos y ñoños tan innecesarios como, por momentos, ridículos.

Honesto "peplum" sin más pretensiones que entretener al respetable. Y ojo, que no es poco.
Más próximo a los códigos del western que a los de su propio género, "The Eagle"- parece el nombre de un luchador de la WWF, por una vez la versión castellana mejora el original- da lo que promete sin meterse en jardines innecesarios. A saber: acción. Nada de enardecidas filípicas reciclables en ulteriores montajes motivacionales, por ejemplo. Ni hablar. Acción pura, desenfadada y saludable. De hecho, suceden tantas cosas en sus poco más de cien minutos que incluso transmite cierta sensación de amontonamiento. Lo prefiero con mucho, no obstante, a esos trileros, de cuyo nombre no quiero acordarme, que con la mitad de argumento se sacan una trilogía de la manga- ¿verdad, Peter Jackson?... ¡Ups!
Kevin Macdonald- "The Last King of Scotland" (El último rey de Escocia, 2006)- firma una película evidentemente alimenticia. Su “Legión del águila” dimana el encantador tufillo de la serie B cuando está hecha con mimo. Y, no cabe duda, hay mucho cariño puesto en esta cinta, cuya factura artesanal, tan humilde como bien trabajada, remite a un tipo de cine abandonado hace ya demasiado.
Cabe reprocharle algunas incongruencias históricas, como la facilidad con que los romanos rompen su propia línea para enfrascarse en duelos individuales. Fueron precisamente el rigor táctico y una disciplina férrea- es decir, todo lo contrario- aquello que permitió a Roma dominar el orbe.
También parece discutible la elección del dúo protagónico. Porque el mastuerzo de Channing Tatum tiene de romano lo que yo de obispo. Y, para qué engañarnos, es un actor pésimo. Porque Jamie Bell- “Billy Elliot”, 2000-, en fin, no sé si seguirá queriendo bailar, pero resulta un temible guerrero britano tan decididamente inverosímil como el centurión de carrera encarnado por Channing Tatum.
En cualquier caso, “peccata minuta”- valga el latinajo- para una película que no defraudará a aquellos que, como yo, procuramos no pedirle peras al olmo.