Sebastiane

Sebastiane es aburrida, pesada, incongruente y pretenciosa. Y encima esta hablada en latín (es un decir por que el acento de latino tiene muy poco). ¿Entonces por que me sigue pareciendo un clásico incontestable del cine filogay de todos los tiempos? Decir que es la obra maestra de Derek Jarman tampoco es decir mucho (Eduardo II, The last of England o Caravaggio quizás fuese un poco más entretenidas pero tampoco demasiado mejores), aunque recomiendo fervorosamente la película a gays con tendencias misticomasoquistas, a modernos con tendencias al escepticismo cultural y a personas con problemas de insomnio.
Le pasa como a tantas películas de culto, todo el mundo las adora, disculpan sus defectos, ensalzan sus (en este caso escasas) virtudes y llevan a una peli como Sebastiane al olimpo de las obras malditas. Pues muy bien por que a pesar de todo a mi es una pelicula que me pone un montón (no tanto como el Querelle de Fassbinder) pero quizás es que tampoco soy yo un tio demasiado normalito, por que (entre otras muchas cosas) he conseguida vérmela sin desfallecer al menos tres veces...

Película de culto en su época y ahora. Clásica. En latín. El eremita se hizo carne. La canonización de la homoerótica. Indispensable en la historia de la cinematografía gay. ¿En algún lugar se juntan más las iconografías homosexual y cristiana?

Rodada en bases semi-profesionales, con actores improvisados que encima decían sus parlamentos en latín de los cuarteles, Derek Jarman -el avant garde director británico- quiso experimentar con el arte e hizo arte con la experimentación.

Entre el poder y la rebeldía, entre la sumisión y el martirio de la carne y de la fe se mueven emperadores, sátiros danzantes y soldados romanos para exhibirnos 86 minutos de imágenes inolvidables.

Una de esas pocas películas que una vez terminadas las deseas empezar a ver de nuevo.

Le di la máxima calificación, pero ¿quién califica a los clásicos?

Algún crítico calificó esta opera prima como gloriosamente gay y poderosamente universal.

Al hablar de la carrera cinematográfica de Derek Jarman se nos hace imposible omitir la homosexualidad. La militancia del cineasta británico impregna la mayor parte de obra, buscando para su género predilecto, el biopic, personajes históricos que además de esta condición encajaban perfectamente en los estereotipos de mártir o emérita social. Parece ser “Wittgenstein”, bajo el prisma jarmaniano, un retrato del pensador austriaco, donde la incomunicación con el resto del mundo, es debida a la gran abstracción de pensamiento y carencias emocionales y afectivas, efectivamente, pero aparece el comportamiento homosexual tan disociado del resto de las facetas de su vida, que resulta forzosa, finalmente un pegote el comentarlo en un personaje casi asexuado, y así confundirse las causas.

Tendremos que aferrarnos a la pintura y sus puntos en común con el cine para ver las bondades en el trabajo de Jarman; por supuesto, sin prejuicios contra la homosexualidad.

Esta ópera prima, “Sebastiane”, es bajo mi punto de vista su obra más conseguida. En ella laten, quizás por el vigor de juventud del artista, el afán creativo más potente, los sentimientos más profundos de nostalgia a su infancia en Italia, sus aciertos estéticos y también sus ocurrencias de locaza más extremas. Pero late, es obra viva,…a mi gusto, una película muchísimo más conseguida que su famosa “Caravaggio”, film con el que ganó el premio a la dirección en Berlín, pero que se nota domesticado, de recapitulaciones para un cierto público europeo, fingida, comercial y convencionalista para sus circuitos de distribución. En “Sebastiane” la adoración del artista hacía el mundo antiguo, sus artes y sus formas, palpita en cada plano y secuencia. La composición de la imagen, el rigor de la simetría, el cuidado en la luz mediterránea (¡Que maravillas hacen los directores nórdicos con la luz del mediterráneo!), los aciertos en la elección de las localizaciones italianas….En una ópera prima con pocos recursos conseguir sumergirnos en el caldo amniótico de la cultura occidental de esa manera, es uno de los mayores logros que haya visto, ni siquiera en grandes producciones de Hollywood. Estás ahí.
(sigo sin desvelar mucho)

Buen film más por lo que tiene de estética que de argumentación. Los sueños se mezclan en esta película con un gusto refinado recocó. Tiene algo de poesía anacreóntica, sensual o erótica de nota homosexual. La mezcla con la iconografía cristiana, la fantasía de ensueño y el recogimiento espiritual que Santa Teresa de Jesús calificaría de "arrobamiento", es lo más sobresaliente. Sale de la narración hilvanada abrumada por palabras y palabras. El silencio también tiene cabida, por lo que admiremos esta recreación mental de la lujuria. Nunca saciada y ahí está el secreto de este filme, presentarnos la imposibilidad y la incomunicación del cuerpo, al no corresponder los deseos del antagonista.

Se que esta es una película de culto en el mundo gay pero a mi me ha parecido una película fundamentalmente falsa. Y me parece falsa porque la historia no tiene nada que ver con la leyenda del santo, en este caso Derek Jarman se la ha inventado, a no ser su postura de cristiano ante las embestidas homosexuales de sus superiores. Y me parece absolutamente falsa porque una persona que se declara en contra de la violencia y de la lucha no pinta nada en un campamento romano donde se entrenan para la lucha. Y ya es el colmo de la falsedad cuando el cuerpo asaetado de Sebastiane (no es spoiler porque todo el mundo conoce la vida del santo) se mantiene en posturas más propias de revistas de modelos con una posición de brazos y piernas que no hay quien se lo crea. Eso sí, queda muy bien para ser admirado como cuerpo masculino. Cuando se pueden ver gran cantidad de películas con desnudos masculinos y con relaciones sexuales entre hombres, ver esto provoca risa. Vamos, es una de esas películas que no aguanta el paso del tiempo.