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Lone Wolf and Cub: Baby Cart at the River Styx

Acción Segunda en una serie de adaptaciones al cine de imagen real del famoso manga escrito por Kazuo Koike y dibujado por Goseki Kojima. Narra las aventuras de un samurai que trabaja con su hijo, el cual siempre le acompaña en sus viajes. En esta ocasión deberá enfrentarse a un grupo de ninjas femeninas al servicio del Clan Yagyu. También deberá asesinar a un traidor que planea vender los secretos de su clan al Shogunate. (FILMAFFINITY)
Críticas 3
Críticas ordenadas por utilidad
29 de septiembre de 2011
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
La serie de películas sobre el manga “Lone Wolf and Cub”, conocido en España como “El Lobo Solitario y su Cachorro”, comenzó en 1972 con el estreno de 4 películas. Parece raro que un nuevo producto se inicie con el rodaje de cuatro películas pero la explicación es sencilla. Lone Wolf and Cub ya era una conocida serie de manga en Japón y una de las que mayor distribución mundial. En España la edición se ha publicado con un comentario de Frank Miller (autor del comic Sin City) que indicaba: "Te transporta a otro tiempo y a un país extraño, terrorífico, devastado y gris. Koike y Kojima narran e ilustran con maestría el retrato de un hombre, un niño y un país en su camino al infierno."

Esta, como el resto de las películas de la serie, es una especie de western en la que las pistolas son sustituidas por las espadas y lanzas. Aunque la acción total de la historia es la venganza particular del protagonista contra el clan Yagyu por la muerte de su esposa y la pérdida de su estatus como Albacea Oficial del Shogun (una especie de verdugo para clases altas) las acciones particulares del comic y las películas son de tres tipos:

- Luchas contra los Yagyu o sus secuaces, (en esta película contra unas ninjas)
- Contratos de asesinato que siempre tratan de reparar alguna desviación en el sistema feudal japonés y que son necesarias para que “las aguas vuelvan a su cauce”, (en esta película el asesinato de un traidor a su clan)
- Encuentros fortuitos con otras personas a las que decide ayudar

Para no alargarme diré que si te gustan las películas de samuráis estas reúnen todas sus características tradicionales de acción rápida y puntual con momentos de introspección que para la cultura occidental son un poco extraños. Pero, bueno, por lo menos en esta serie la acción suele predominar sobre los momentos filosóficos que lejos nos quedan.
kaliyuga
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16 de abril de 2011
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Superado el primer capítulo introductorio, la acción ya no se demora más. Itto pretende vengar su caída en desgracia y los Yagyu acabar definitivamente con él. Mientras tanto, nunca viene mal unos cientos de ryus, e Itto vende su talento sin demasiados escrúpulos a gente que no parece merecer confianza. Todo esto se traduce en una orgía desenfrenada de miembros amputados y luchas por doquier.

Daigoro, esta vez, no se contenta con su rol de lastre simpático, y llega a protagonizar incluso escenas de acción. Sus apariciones son los mejores momentos de la película. Tradicionalmente considerada la mejor entrega de la serie, no creo que existan argumentos de peso para justificar tal afirmación más allá del proceso mitificador del pastiche del 1980 y su posterior recuperación por Tarantino.

Lo mejor:
- Daigoro.
- Por momentos, parece que Itto es humano.

Lo peor:
- Algo más rara que la primera.
- El constante aluvión de enemigos llega a agobiar.
parapo
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15 de junio de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
197/15(12/06/22) Refrescante y muy divertido este descubrimiento de esta saga chambara/manga, que he comenzado (mea culpa) por la segunda parte de las seis que se rodaron, por ser esta la que considera la mejor (intentaré ver el resto y juzgaré). En 1970, se publicó en Japón la primera de un total de 114 historias de "Kozure Okami", también conocido como " Lobo solitario y su cachorro". La historia fue creación de Koike Zazuo, quien también escribió "Crying Freeman", y pintó con impresionantes técnicas de pincel de acuarela por Kojima Goseki. En 14 volúmenes, el Manga cuenta la historia de Ogami Ito, el ex Keishakunin del Shogun, quien fue incriminado por el clan Yagyu por traición contra el Shogun, y posteriormente se convirtió en un asesino a sueldo (ronin), con el fin de obtener un millón de Ryo para sobornar a los funcionarios, para que se le permitiera llevar a sus cargos frente al shogun y vengarse. Junto a su hijo, Daigoro, ahora recorre Japón. La serie de películas sobre el manga “Lone Wolf and Cub”, conocida en España como “El Lobo Solitario y su Cachorro”, comenzó en 1972 con el estreno de 4 películas.

Dirigida por Kenji Misumi y con guión de Kazuo Koike, con ritmo feroz, escenas de acción muy imaginativas en su hiperrealismo, de una violencia inusitada, con geiseres de sangre, con decapitaciones, mutilaciones, aperturas de cabeza en vertical, y más secuencias creativas, como esas mujeres ninjas con una saliendo de su traje de un salto imposible, con algo tan transgresor como ver a un niño matar a gente, con gadgets muy jocosos (esas cuchillas que hace salir Daigoro de las ruedas de su carrito contra un ejército de samuráis), pero si hasta hay una cercenación de punta de nariz (hay que verlo!), con acrobacias que desafían a la gravedad, todo tan pasado de vueltas como un comic, un festín visual para gente (como yo) que disfrute del humor negro que emana por todos los fotogramas.

Todo ello enarbolado por un carismático protagonista en la figura del estoico Tomisaburô Wakayama como Itto Ogami, con la mirada cansada, dejando entrever el pesado mundo interior que soporta, sensacional el realismo y fluidez que imprime a sus escenas de lucha, es el ejemplo de la nobleza, de la integridad, y sobre todo guardián del Bushido. En esta ocasión incluso se le humaniza, pues lo vemos herido y desamparado, teniendo que se cuidado por hijito; y a su lado el roba escenas Akihiro Tomikawa como el hijito Daigoro, con escenas tan enternecedoras como cuando va a por agua para su padre, intentan llevársela entre sus manos y se le cae, la solución que da es conmovedora. Como lo es el tramo en que va a tomar comida de una ofrenda a un icono de Buda, y como siente que no está bien, deja en prenda su chaqueta como pago.

Un relato que discurre de modo dual, pues por un lado debe escapar este Lobo (no tan solitario, pues va con su niño) de los sicarios de su enemigo Sayaka Yagyu (Kayo Matsuo) que le persiguen, y por otro debe cumplir los contratos de ‘mercenario’, en este caso tiene que ver con Chuzaemon Makuya (Seishirô Hara) alguien que ha robado la fórmula de un tinte, que tiene la protección de los sanguinarios Hnos. Hidari (Cada uno de ellos domina una técnica de combate específica: Uno el puño de hierro, el otro usa una porra con pinchos y el tercero una garra metálica). Todo para desembocar en un rush final vigoroso, ya desde el tramo del barco, la pelea de los Hnos. Hidari (con sus peculiares sombreros de paja, y sus garras cuasi-oseznas), el fuego, la huida del navío, la pelea con la ‘sirena’, el desconcertante tramo en la cabaña (podemos pensar en una violación, pero...), el desierto con los Hidari y su batalla contra los ‘subterráneos’, y por último el esperado duelo entre Ogami y el temible trio Hidari en las dunas, vibrante.

Es un film notable en como sabe presentar a los rivales de Ogami, otorgándoles alma en su definición a través de sus actos, como por ejemplo el grupo de sicarias que contratan los Kurokawa, Sayaka (buena Kayo Matsuo) es la líder de estas asesinas brutales, que para demostrar los fieras que son hacen una demostración brutal frente al jefe de los Kurokawa, contra el mejor de sus hombres, que intenta huir trepando por el techo, pero las sicarias lo cogen y descuartizan cual enjambre de pirañas dejan el tronco (cortan sus orejas, dedos brazos, piernas, ya la final la cabeza), todo ello sembrando de sangre toda la habitación; Luego esto se encadena a cuando estas se enfrenta a Ogami en un camino disfrazadas de granjeras, descacharrante la coreografía creada por Eichi Kusumoto (También en la saga ‘Zatoichi’), en estilo ancestral de pelea Suiō-ryū Iai Kenpō (SXVII).

La cinta es una sucesión constante de enfrentamientos, la mayoría con el protagonista de por medio, donde no hay reflexiones morales, o remordimientos por estar por medio un niño de tres años, es la acción pura y dura. Ello con hábiles remansos que sirven para definir caracteres. Hay algunas ingeniosas escenas donde la tensión se masca pero no llega a explotar, como el baño en el barreño al inicio9, se espera algo ocurra violento; el encuentro en la bodega del barco de los Hidari y Ogami, donde el respeto entre rivales es la nota predominante; o la escena en la cabaña con Sayaka a la que Ogami desnuda a la fuerza. La creatividad es brillante durante todo el metraje, con aparte de lo mencionado, secuencias tan impresionantes estéticamente como el duelo de Ogami contra un grupo de enemigos en el rio junto a unas cascadas, o el enfrentamiento en el bosque con Daigoro colgando de una cuerda sobre un pozo. Llamando la atención el gran gusto visual para llevarnos por diferentes escenarios de batallas, desde viviendas japonesas, bosques, cascadas, un barco, el mar, o el desierto. Y todo esto solo es el aperitivo del formidable tramo final.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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