Rémi: Una aventura extraordinaria

Remi: una vida extraordinaria está basada en la novela Sans famille de Héctor Malot, un autor francés del XIX en la línea de Johanna Spyri, Edmondo de Amicis o, engrandeciéndolo un poco, Charles Dickens.

El relato de Remi, un niño huérfano y desfavorecido, en una época de grandes diferencias sociales y escasos recursos contra el frío o el hambre, ofrece una atractiva combinación de aventuras y drama regadas con grandes dosis de ternura y de sentimientos positivos.

El joven realizador Antoine Blossier culmina un proyecto sólido y bello, agradable de ver y que, de todos modos, no oculta la maldad o la dureza que tiene que sufrir el protagonista y que, indudablemente, está presente en el mundo pasado y actual. El guion en el que asienta su trabajo fílmico avanza con firmeza y buen paso, aunque es posible que su ritmo, perfectamente adecuado y coherente con el contexto de la novela, resulte demasiado lento en nuestros acelerados tiempos.

Blossier ha sabido orquestar un estupendo trabajo coral, en el que destacan, por fondo y forma, la interpretación de los actores y la banda sonora. Auteuil, Perrin y el joven Paquin están soberbios y el resto del elenco acompaña con solvencia. Y la banda sonora, que enmarca todas las escenas y se introduce sutilmente en el entramado de la narración, resulta un bálsamo audiovisual para el espectador.

Esta historia nos es más desconocida que otras del género como Heidi o Marco. En los años 70 tuvo también su versión anime y reconozco que tengo curiosidad por ver cómo fue dicha adaptación. Pero mientras, seguiré disfrutando de esta bella historia, aunque sea por la nostalgia de unos relatos infantiles que parecen haberse perdido en el recuerdo del ya anciano siglo XX.

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Que se era la historia de un niño que no era hijo de nadie, tampoco amigo, salvo de una vaca, y que no sabía leer ni escribir.

Daniel Auteuvil protagoniza esta maravillosa cinta de un niño que encuentra en un viejo maestro de música y saltimbanqui un gran potencial en su voz melodiosa por los caminos, encontrándose tan solo como Pinocho podría estarlo cuando vagaba sin rumbo fijo de un lado al otro.
Pero tiene Remi también el dolor de no tener unos padres fijos, ya que su madre adoptiva no era quien él había pensado por más que la quiera, aquí el estilo del niño huérfano abusado y vendido por su padrastro rememora a David Copperfield.

Y es que el guión maravilloso de este cuento realista estriba en la mezcla de tantos elementos de otras obras, como las citadas, y esos caminos de un pueblecito de Italia, el encanto de Collodi, la luz de los Grimm, la sombra de Dickens planea sobre el niño Remi, bueno, dulce, pero con mala suerte hasta que Vitali se cruza en su camino.

Es en clave adulta que el niño finalmente decide contar su historia, lo que fue su infancia y lo extraordinario de su cuento. La sorpresa se abre paso en la película revelando un guión precioso y rico en matices más que perfecto, con unas interpretaciones destacables como en el caso de Zoe Boyle, injustamente relegada al olvido en el último acto pero estupendos Maleaume Paqun y Virginie Ledoyen.

Esta película hará las delicias de los que tengáis la lagrimilla fácil, ideada para ver en familia y para echar de menos tiempos anteriores.
Los personajes sin escrúpulos que se encontrará el niño serán igual que de importanes y destacables que los buenos, los clichés se van perdiendo en las dos horas en que el maestro y su no hijo de sangre pero sí espiritual, enseñarán lo que es el amor, el arte verdadero y la distancia.
Remi es la historia de un niño con voz de ángel pero con el corazón roto por no encontrar aquello que busca, una familia. El perro y el mono de Vitali le harán pensar de nuevo el lugar en que los amigos y las mascotas nos ocupa.

Un anciano mantiene la atención de un grupo de niños, sentados a su alrededor, mientras les narra, con una voz pausada que apenas es capaz de esconder una mezcla de emoción y orgullo, la historia de su infancia. Así arranca ‘Rémi: Una vida extraordinaria’, película dirigida por Antoine Blossier, que adapta una novela de Hector Malot.

Se acerca al cine de aventuras siguiendo el periplo del joven Rémi (Maleaume Paquin). Vendido por sus padres adoptivos a Signor Vitalis (Daniel Auteuil), un artista callejero al que acompañan un perro y un pequeño mono, va a emprender un viaje iniciático, de autodescubrimiento. El vínculo que se establece entre ambos personajes se puede calificar con un simple sustantivo: maestro. Esa palabra, tan denostada en muchos ámbitos en los que puede sonar a hueco o vacío, adquiere pleno significado al salir de los labios de este niño.

Por su temática, inevitablemente viene a la memoria el personaje de Oliver Twist, que inmortalizara Charles Dickens. Roman Polanski llevo en 2005 a la pantalla una adaptación del personaje. Mostró la vigencia de un relato universal, a partir de un estilismo formal impecable. Las tortuosas penalidades por las que atravesaba el chico, sin desmarcarse del convencionalismo, eran mostradas con brío.

La obra de Blossier comparte con la anterior una puesta en escena de indudable belleza, pero patina al acercarse a los elementos dramáticos. Busca emocionar, que la travesía de Rémi roce el ámbito de lo afectivo. En cierto modo el guión lo precisa, pero lo penaliza el buscar atajos sensibleros que vienen acompañados de una música en ocasiones estridente.

La presencia de ese monstruo de la interpretación llamado Daniel Auteuil, es una de las bazas de la cinta. Logra que ese viejo artista, con un pasado que intenta borrar de su memoria a modo de expiación, adquiera un lado enigmático, intrigante.

A diferencia de otras películas, que teniendo como protagonistas a niños, van claramente dirigidas a un público adulto, ‘Rémi: Una vida extraordinaria’ puede verse perfectamente por el público infantil. Puede que esa sea la intención de su creador. La tara radica en sustentar el propósito en un rancio buenismo, coqueteando con la comedia involuntaria.

Basada en la novela Sin familia del escritor francés Hector Malot, Remi: La película; es un filme familiar del genero dramático que sin duda alguna te robara el corazónclaro no es tan conmovedor como el anime pero tiene su merito, es una película muy bien hecha y con demasiado corazón que tiene muchos aciertos: como la ambientación, el vestuario, la escenografía ect. El guion es solido y bien desarrollado y aunque es una historia algo cliché cumple perfectamente con el objetivo de entretener al espectador y hacerlo pasar un buen rato recordando su infancia.

La tercera película dirigida por Antoine Blossier, con guion propio, es la adaptación de una novela escrita en el siglo XIX, que mezcla diferentes géneros, como el de aventuras y el drama familiar. La historia se inicia en el interior de una casa en una noche tormentosa, cuando un niño asustado acude a la nevera para comer algo, y entonces aparece un anciano llamado Rémi (interpretado por el veterano director y actor Jacques Perrin) que acaba contando su propia historia personal desde que era un niño, que por lo tanto no se desarrolla en el presente, y esa narración del pasado es lo que vemos en la película.
La propuesta reúne todos los elementos del cine francés que hacen que sus películas triunfen en la taquilla española dentro del público de mediana edad y los más mayores, por tener ritmo, una buena recreación de la época, muchas trampas y unas actuaciones correctas.

Una vez más no conecté con una película gala y que, sin aburrirme, me costó entrar en ese universo tan infantil, con unas situaciones tristes y otras alegres, pero con un guion al que en muchos momentos le falta centrarse y se pierde con subtramas intrascendentes.
Hay que reconocer que el niño lo hace bastante bien, y que es un acierto la elección de Maleaume Paquin en el papel del protagonista en edad infantil. Junto a este joven actor lo más destacado a nivel interpretativo es Daniel Auteuil, con el que el joven Rémi pasa los mejores momentos, ya que es una persona que se preocupa de él, a diferencia de sus padres u otros adultos que se va encontrando en su vida diaria.

Pero si la película destaca por algo es por sus aspectos técnicos, en especial la dirección artística, el diseño de vestuario y la recreación de la época. La banda sonora compuesta por Romaric Laurence es ideal para acompañar al protagonista en sus aventuras, con unos temas más dramáticos y otros más alegres según lo que suceda en ese momento en el desarrollo la trama.
Es fácil de recomendar, tanto al público medio mayores de 50 años como a las familias con hijos entre 10 y 12 años porque se pueden identificar con muchas situaciones que tienen lugar en esta propuesta francesa.

LO MEJOR: La dirección artística y el diseño de vestuario.
LO PEOR: Es demasiado infantil, pese a la dureza de algunas situaciones.

Pueden leer esta crítica con imágenes y contenidos adicionales en: http://www.filmdreams.net y http://habladecine.com/