Quemado por el sol 2: Éxodo

Con un intencionado retraso de seis años, para que los actores tuvieran la edad acorde con la nueva historia, después de ese gran logro que fuera “Quemado por el sol”, y aunque los hechos parecían estar definitivamente cerrados con los intertítulos que al final se insertan, el director Nikita Mikhalkov, decide retomar la trama y de manera impactante, “QUEMADO POR EL SOL 2: ÉXODO”, arranca con el “alegre y entusiasta” coronel, Sergei Petrovich Kotov, vestido de civil y dispuesto a celebrar junto a su esposa Marussia, el cumpleaños del secretario general del Comité Central del Partido Comunista Soviético, Iósif Stalin… y tras una terrible pesadilla, sabremos que Kotov está vivo, que por una orden desde lo alto su condena por delito político se modificó a hurto común, y ahora va a hacer parte del llamado Batallón Penal, conformado por presidiarios para hacer frente a los alemanes durante la II Guerra Mundial. Entre tanto, el también coronel Dmitri (Mitia) Arsentiev -quien ¡también sobrevivió! -, está haciendo las veces de padre adoptivo de Nadia, la hija de Kotov, cuando es llamado por el propio Stalin a responder por el caso y se le envía a buscar a Kotov a fin de comprobar si es cierto que sigue vivo.

La historia transcurrirá durante la brutal invasión alemana a Rusia y, Nikita Mikhalkov, aprovechará para lucirse con sus habitualmente brillantes escenas de masas y con una recreación dramática de los campos de batalla que, en muchos momentos, es arte por excelencia. Con un holgado presupuesto que convirtió la película en una de las más costosas que se hayan realizado en la federación rusa, el director se da el lujo de hacer una producción de cinco horas y media que dividiría en dos partes para su exhibición y distribución comercial.

La que ahora nos ocupa, se subtituló “Éxodo”, pues, en parte, se ocupa de la salida de Moscú que hicieron sus habitantes, tras la llegada de las fuerzas nazi-fascistas; y como en la historia anterior, Mikhalkov no tiene reserva alguna para mostrar las censurables improcedencias de ciertos oficiales del régimen, ni el reverenciado temor que muchos sentían por su líder y sus oficiales.

El tango, “To ostatnia niedziela”, compuesto, en 1935, por Jerzy Petersburski y Zenon Fredwald, vuelve a ser ese grato leitmotiv con el que, Kotov, rememorará su pasado al lado de Nadia, la hija adorada que ahora ejerce como enfermera y quien tendrá las experiencias más apasionantes y memorables de la película, mientras ambos añoran un reencuentro que les parece imposible.

Creo que la secuencia del caserío al que llega Nadia donde, mientras es seguida por un psicópata nazi, los moradores le deniegan refugio, puede sumarse a cualquier antología de drama por excelencia, sobre todo con la manera con que la secuencia se desenvuelve. A nivel de hechos y reflexión moral, la sacudida nos llega hasta las entrañas.

Considero -como los organizadores del Festival de Cannes en el que estuvo nominada a la Palma de Oro-, que, "Éxodo", bien pudo abreviarse a dos horas y media, pero, hecha esta salvedad, en definitiva, estamos ante una reluciente obra cinematográfica, cuyo estreno, Mikhalkov se dio el lujo de realizar en el palacio del Kremlin, en Moscú, ante una audiencia de seis mil personas, incluida la plana mayor.

Nikita Mikhalkov (Kotov), Oleg Menshikov (Arsentiev), Nadezhda Mikhalkova (Nadia) y Maksim Sukhanov (Stalin), entre otros, consolidan con sus actuaciones esta memorable película.

Título para Latinoamérica: SOL ARDIENTE 2: ÉXODO

Muy buena película, por momentos muy conmovedora. Digna secuela de Quemado por el sol de 1994. Presenta con realismo el inmenso padecimiento del pueblo ruso en la segunda guerra mundial. Aunque no tiene la claridad argumental de la de 1994, su hilo conductor es la búsqueda del General Kotov y su hija por parte de quien lo entregó. Lo cual no es otra cosa que un motivo para mostrar las vicisitudes del pueblo ruso frente a la invasión alemana de 1941 y su posterior desarrollo.