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Doctor Zhivago

Drama. Romance. Aventuras Rusia, revolución bolchevique (1917). La guerra civil que sigue a la revolución mantiene al país profundamente dividido. En medio del conflicto, asistimos al drama íntimo de un hombre que lucha por sobrevivir. Este hombre es Zhivago, poeta y cirujano, marido y amante, cuya vida trastornada por la guerra afecta a las vidas de otros, incluida Tonya, su esposa, y Lara, la mujer de la que se enamora apasionadamente. (FILMAFFINITY)
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Críticas 117
Críticas ordenadas por utilidad
10 de enero de 2009
241 de 263 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando era una niña (hace muchos años), en un album de piano de título tan impreciso como “Piezas célebres”, que de alguna manera había ido a parar a mi casa, encontré una obra llamada “Tema de Lara”. Yo no sabía qué era “Lara” ni había oido jamás hablar de Zhivago. Empecé a tocarla de forma titubeante e inmediatamente mi madre acudió junto al piano. Por su expresión sólo le falto decirme lo de “tócala otra vez”. Me explicó el origen de esa pieza y en mi mente se quedaron grabadas dos imágenes que asocié a aquella música desde ese momento: un doctor (al que suponía idealista y entregado a los demás) y una estepa cubierta de nieve.

Años más tarde, en una tienda que ya no existe, encontré una colección de mecanismos para cajas de música, que se accionaban por medio de una manivela. Todos reproducían la música de alguna película. Compré dos: El padrino y Doctor Zhivago. Esta última se la regalé a mi madre y me dije que había llegado la hora de leer el libro. Nunca quise ver la película. A priori, con ese halo de superproducción, no me interesaba demasiado. Sin embargo disfruté mucho con Pasternak.

El día de Reyes, por fin Yuri tuvo ojos y voz, tras tantos años vagando sin forma por mi pensamiento. Le ví cabalgar por la estepa nevada en busca de Lara, luchar en silencio contra la vida con las mejores armas que un hombre de esa categoría puede tener. Por fin entendí la emoción contenida de aquella música, la promesa de felicidad que anuncian sus notas.

Poco puedo añadir sobre Doctor Zhivago tras leer la critica de Servadac. Después de tantos años evitándola (¿cuántas veces hemos tenido la cinta en la mano y la hemos vuelto a dejar en la estantería de la tienda?) al final, desprevenidos ante su belleza, nos encontró ella a nosotros.

Un hallazgo, un regalo. Eso es Doctor Zhivago.
Hermione Granger
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9 de enero de 2009
157 de 175 usuarios han encontrado esta crítica útil
Zhivago es médico y poeta. Sus manos son el instrumento sanador. Con ellas cura cuerpos, restaña las heridas materiales producidas en el hombre por el hombre. Con ellas, cuando escribe, procura dar alivio a las heridas sin costura del espíritu, acaso más profundas. ¿Quién duda de que la cicatriz de Striélnikov sea más interna que exterior?

Más allá de las imágenes excepcionales, fascinantes, grandiosas, sobrecogedoras y perfectas; más allá de la precisa metáfora de la balalaica, desbordante de colores vivos entre paisajes grises; más allá del mecanismo visual hermosamente matemático; más allá de la exactitud milimétrica en el diseño del vestuario, en el trazado de los personajes, en la puesta en escena, en el uso de la luz, en los encuadres, en la composición de cada plano. Más allá de la maestría narrativa, de la belleza de Christie y de Sharif. Más allá, digo, de los aspectos técnicos de la película, Doctor Zhivago es el retrato milagroso del alma de un poeta.

Yuri Zhivago busca sin descanso una ventana, una abertura, un pasadizo, que le permita escapar de la cárcel más inmensa que pueda concebirse. Una cárcel tan grande como el mundo. A Yuri le basta con un mínimo cuadrado que le deje ver el cielo, con su hijo, en un vagón repleto de personas; le basta con un cerco de luz en un cristal cubierto por la escarcha. Le basta con el sol, el aire, la luna o las estrellas.

Pero en la cinta no encontramos sólo campanitas del lugar y atardeceres. La narración es inmisericorde con sus habitantes. Komarovski (un espléndido Rod Steiger) hubiera situado con cinismo socarrón el agujero de escape para Yuri entre las piernas de Larisa.

Nunca sabemos si las separaciones serán irrevocables: los individuos no son quienes hacen la Historia; la Historia les pasa por encima.

“Si encienden las estrellas / es porque alguien las necesita, ¿verdad? / alguien desea que estén, / alguien llama perlas a aquellos salivazos”, nos dice Mayakovski, el gran poeta de la Revolución.

David Lean convierte el salivazo que es la vida de sus personajes en perlas para los sentidos. Nos enseña, sin palabras, los versos de Zhivago.
Servadac
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15 de junio de 2011
121 de 129 usuarios han encontrado esta crítica útil
A los occidentales se nos hace difícil comprender el alma rusa, para ello es preciso, ante todo, darse cuenta del medio social, moral y físico donde nace y se desenvuelve esta alma. A través de la música de sus grandes compositores, se puede percibir la sensibilidad que se desprende de sus músicas, y los que hayan leído ó visto representado en cine a sus grandes autores, seguro que también les habrá llegado la profunda tristeza y melancolía que emanan sus obras, no importa de que autor se trate ya que en todos ellos siempre habrá personajes que nos lleguen a conmover. El pueblo ruso de siempre ha sido el más desgraciado, el más oprimido y el más avasallado de la tierra. Sus más grandes escritores han sido maltratados, sus obras han sido tachadas y corregidas, si no prohibidas y han tenido que soportar los más duros silencios, las purgas y deportaciones más degradantes.

Boris Pasternak, premio Nobel de literatura, y autor la de épico-romántica novela “El Doctor Zhivago”, no podía ser la excepción, y ante el temor de perder a su familia, renunció al galardón de la academia sueca. Pero todo ello en vez de acallar su obra, la encumbró hacia las más altas cotas que jamás se hubiera esperado. El argumento de “El doctor Zhivago” es un inmenso retrato de la historia y el alma rusas (de la que antes ya he mencionado), y que pone a prueba los límites de la literatura para hablar de todo aquello que convulsiona el alma humana: amor y pasión, ideología, historia, religión, naturaleza, y que apela a la poesía como uno de los últimos y más dignos de los refugios.

David Lean con su habitual maestría y a pesar de aquellos que le consideraban acabado, consiguió plasmar en la pantalla “Doctor Zhivago”, con la colaboración del guionista Robert Bolt, y entre los dos consiguieron la hazaña de condensar una de las obras literarias más complejas y quizás de las menos adaptables. Con un reparto sobresaliente (todos los interpretes rozan la perfección), una música genial de Maurice Jarre y unos escenarios soberbios y magistralmente fotografiados por Freddie Young, sin cuyo trabajo la película no sería lo que es.

David Lean nos legó una de las más hermosas películas de la historia del cine.
Vfoul
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5 de diciembre de 2008
95 de 116 usuarios han encontrado esta crítica útil
No debería hacer esto, pero si la carne es débil, la pluma es promiscua y vanidosa. Lo siento. Esta es una crítica provocada por las que he leído.
Quizás Pasternak ganó el Nobel gracias a la CIA. Lo que importa es que no fue la CIA quien escribió su novela. Unos años después, ante la amenaza de boicot, los suecos se vieron obligados a premiar a Sholojov para compensar y ese sí que fue un premio producto de presiones políticas.
Repito, qué importará todo. “El Doctor Zhivago” es una buena novela, en mi opinión mucho mejor como testimonio de una época que como obra literaria (la poesía de Pasternak, incluidos los versos sobre Lara que se anexan al final del relato, me parece esclerótica y de una religiosidad rancia: compara a Lara nada menos que con María Magdalena), y “El Don Apacible” también es un excelente libro. Y nunca me preocupó el Nobel lo suficiente, como tampoco el Oscar.
Protesto por varias cosas. Ni la novela ni el libro son panfletos y puedo demostrarlo. No se critica al comunismo en ningún momento, ni siquiera al ideal de izquierdas, se censura la maquinaria del partido que destrozó el sueño revolucionario de muchos, incluido el protagonista, que es lo que hoy llamaríamos un intelectual progresista.
Se presenta al zarismo como un régimen de brutalidad incomparable. En el personaje de Tom Courtney se refleja la reacción que la violencia gratuita suele producir en muchos hombres de ideas elevadas, reacción provocada por la represión imperial. El partido utilizó en beneficio propio este desencanto y se apropió de los ideales revolucionarios para conquistar el poder y establecer un régimen de burócratas y militares.
¿Y saben lo más curioso de todo? Que esta visión de los hechos tanto en 1957, fecha de la novela, como en 1965, fecha de la película, es…, la visión oficial de la izquierda occidental. Piénsenlo, ¿hay algo de incierto en lo que se narra? No, es bastante obvio y lo era en los años sesenta, cuando los partidos comunistas occidentales ya se habían “independizado” del PCUS y revisaban a su manera, y más o menos como se narra en la película, la propia Revolución Rusa.

Y ahora hablemos de Cine, ¿no?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Talibán
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12 de febrero de 2009
73 de 85 usuarios han encontrado esta crítica útil
Probablemente dudaría entre varias, pero si tuviera que escoger una peli para mandarla al espacio exterior como indiscutible paradigma del cine terráqueo “Doctor Zhivago” sería, sin lugar a dudas, una candidata ideal.

Decía que sería una candidata ideal porque reúne dos premisas básicas e indispensables: “Doctor Zhivago” es buena y es popular. Ambos condicionantes, pues, sintetizan ese valor paradigmático tan difícil de encontrar no tan sólo en el cine actual sino en toda la historia del séptimo arte. Y si no, paraos a pensar: ¿existen muchas pelis con un nivel de calidad considerable concebidas para gustar a todos los públicos?. Descartado el cine comercial de bajo rango, el cine independiente, el experimental, el de género, el gafapastero... ¿qué nos queda? El cine de Lean... y poco más.

Por eso mismo, y mucho más, me gusta “Doctor Zhivago”. Por eso mismo, y mucho más, me gusta David Lean. Porque el cine es un lenguaje y Lean, un excelente narrador. Porque el cine es entretenimiento y “Doctor Zhivago” recrea sentido y sensibilidad durante casi tres horas. Porque cuando una peli -y por ende, un director- es capaz de satisfacer a mi abuela y al gafapasta más recalcitrante, esa peli –y por ende, ese director- tienen un don.

El don de la universalidad.
Taylor
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