Wiñaypacha

wiñay pacha cuenta la dura vida de dos ancianos que viven aislados de toda civilidad, muestra sus costumbres, sus creencias y la larga espera de su hijo, filmada en planos simples nos regala una historia emotiva y bien hecha, quizas un poco lenta pero nunca decepcionante.

Una película que conmueve por la utilización de su minimalista propuesta(planos,luces ,actores) , pero que tiene una fuerza por la naturaleza y el sentimiento que demuestra.
El contraste de la debilidad que representa la vejez ante una naturaleza, quienes conviven bien hasta cualquier momento.
El director habla en las entrevistas sobre que la reflexión a estos ancianos que son olvidados. En cierta medida la película habla de esto y mucho mas , para mi el eje central es el amor de estos viejos que parecen los últimos vestigios de nuestros antepasados que los dioses, el tiempo van sepultando, olvidandolos.

Me pregunto por qué cada cierto tiempo se tiende a la necesidad imperante de repetir cierta fórmula que consiste en escoger cierta película venida de cierto país cuya industria cinematográfica es prácticamente nula con el fin de enmarcarla como la panacea del cine contemporáneo.

Son tantas las "obras maestras" que surgen como setas año tras año amparadas por la unánime opinión del crítico medio de turno, que está catalogación hace ya tiempo que pareciera haber perdido el significado. Por no hablar del nivel de pedantería que adquieren estas reseñas, dotando de una trascendentalidad absoluta todo aquel filme cuya duración media de cada plano sea superior a 4 o 5 minutos, independientemente de si lo que se nos muestra en pantalla es un grupito de cabras paseando por la cordillera andina o la novena sinfonía de Beethoven recitada a través de flatulencias.

No seré yo quién ahonde el estandarte en contra del slow cinema -del cual estoy más dentro que fuera-, pero si diré que no es oro todo lo que reluce. Porque sí, podría charlar largo y tendido sobre la sensibilidad con la cual cada uno es capaz de percibir una mayor cantidad de estimulos viendo durante 86 minutos las penurias de una pareja de octogenarios en el culo del mundo, pero como esto del arte es tan subjetivo como la comida, diré que hoy elegí equivocadamente comerme un steak tartar mientras mi cuerpo realmente me pedía unos cartílagos grasientos rebozados del KFC.



(Me reafirmo cuando veo como excepto 2 o 3 compañeros, de los cuales respeto su opinión, la mayoría de críticas consisten en un par de líneas remarcando una evidente profundidad del filme a partir de frases vacías y adjetivos superlativos sin el menor fundamento analítico. Chapó señores, de aquí al señor Boyero).

Instagram: @plano_subjetivo

Dónde está dios, cuánto dura nuestra existencia, el amor y la implacable naturaleza. Sobre todo la naturaleza humana.
En su propuesta intimista, Wiñaypacha se vuelve universal.
Obra maestra, que marca un hito en lo que se puede hacer en el cine peruano.
Todos los elogios para Catacora, quién revoluciona el cine hablándole al alma.

Una hermosa película con una temática tan peculiar. Sobre todo porque me hace revivir mis raíces y en cierta forma sentirme orgulloso de ellas.

Si bien es cierto que la película toma una historia en particular muy triste, las condiciones en las que se vive y el frío que hace en esas zonas mostradas en la película son reales, sin ser esto necesariamente merecedor de nuestra "compasión". En estas zonas AltoAndinas se vive así y así es como las personas conviven con la naturaleza pues llevan años acostumbrados a esto. Me da cierta incomodidad leer comentarios de personas que no tienen idea de la vida en el campo. Lo digo porque mis abuelos vivieron precisamente así y mis padres crecieron en el campo y puedo dar fe que esto fue real hasta hace muy poco. Afortunadamente la modernidad ha dado paso a que las condiciones mejoren mucho. Sin embargo el ande tiene muchas historias así de tristes, aunque también historias muy alegres. Hoy con Wiñaypacha nos toca ver un drama del ande que al igual que cualquier drama ubicado en la ciudad, es difícil de ver para las personas más sensibles.