El crimen del cine Oriente

Es muy injusta la poca repercusión comercial y crítica que ha tenido esta magnífica película del especialista en la crónica negra Pedro Costa (productor, director y coguionista). Se trata de la reconstrucción del famoso crimen del cine Oriente, acaecido en 1949, y se trata de una película que a partir de la realista historia de la que parte, introduce los justos elementos de ficción para lograr un film de impecable desarrollo (muy sólido y brillante guión), eficaz y lleno de aciertos, un notorio ejemplo de buen cine dónde aparte de la recreación de época (muy buena) hay un atractivo contexto dónde suceden los truculentos hechos (un cine) y una historia de descomposición de la relación de una pareja de descarriados (el encargado del cine y su acogida, y luego amante), de soñadores ingenuos protagonistas de una película infantil para toda la familia que luego acaba en cine sórdido y negro.
Magníficas interpretaciones de dos habituales secundarios como Rubianes y Anabel Alonso, quien logran trabajos estupendos cambiando su registro cómico por el dramático con no suficientemente valorados méritos.
Pedro Costa ha realizado hasta ésta otras cinco películas y surge de aquí un cineasta empeñado en revivir la crónica negra de nuestro país no por mera gratuidad sino como cable conductor y explicitador de la reciente historia de España. Y sino recuérdese a la memorable serie por él realizada "La huella del crimen" dónde en la cabecera se decía: "La historia de un país es la historia de sus crímenes". Pues puede ser (que un crimen diga más que mil vidas) y aquí acierta de pleno.

Dirigida por el creador de aquella excepcional serie de televisión: La huella del Crimen, (perfectamente, junto con Amantes de Vicente Aranda, podría pasar por los capítulos 13 y 14), nos narra con un estilo más que reconocible para los degustadores de aquellos 12 magníficos episodios, otro caso criminal, (Anabel Alonso, en plan femme fatal de extrarradio, manipulando a un inocente tullido, dueño de una sala de cine), en el trasfondo de la España tremebunda de la época.

Hay películas que las ves y aun sabiendo que no son grandes trabajos, les coges cariño, por algun motivo en especial. Esta concretamente fue la primera que vi en mi video VHS.

No sólo por eso es una película que me atrae, cuenta con una interpretación digna de alabar por parte de Anabel Alonso en un registro al que no nos tiene acostumbrados, una pena que su carrera haya ido por la vertiente cómica, ya que en esta película da muestra de unas dotes para el drama a la altura de una buena actriz.

En cuanto a la historia, basada en hechos reales, consigue mantenerte intrigado durante la duración de la historia y también mostrarte de forma fiel la sociedad española y la forma de vida de los años 50, una película aceptable y recomendable.

Lograda transición de la comedia costumbrista a la tragedia morbosa. Los actores están sensacionales. Llama la atención la espléndida actuación del ex "Dagoll Dagom" Pepe Rubianes, después archiconocido como carismático monologuista cómico. Su faceta dramática no es apenas conocida. Otro de los grandes méritos del film es la gran profusión de referencias cinematográficas que hacen las delicias de los amantes del cine. Una especie de "Cinema Paradiso" a la española, con derivación hacia una trama criminal, basada en hechos reales. La dinámica de la realización es impecable y convincente, al igual que la ambientación. La banda sonora, muy adecuada. En definitiva, buena película, de visión imprescindible para cinéfilos.

Con una estupenda ambientación, cuidada hasta en los menores detalles, aquí hay dos películas en una. La del crimen, que tarda en llegar y la de un homenaje al cine, por tantos y tan entrañables carteles de películas que enseña. Una época en la que ir al cine era lo más.
Muy buenas interpretaciones. De Anabel Alonso, mejor aquí que cuando hace comedia que, en mi opinión, a menudo sobreactúa. Rubianes lo borda.
Y todo está llevado con un guión muy bueno, que imprime un ritmo que atrapa y te hace esperar el final.
Aparte de eso. Aquí alguien ha dicho “la España tremebunda de entonces”. El tópico de siempre. La gente iba al cine y se emocionaba. Se tomaba una buena paella en la playa. Había casas de putas. Es decir, la gente vivía como podía, unos muy bien, otros regular, otros mal. ¿No sigue siendo así?
¿Que había una dictadura? Claro. Y hoy hay otra, la de los partidos que se reparten el pastel. ¿O no?