La vida era eso

Buen debut en el largometraje de David Martín de los Santos, que narra una dura historia, dramática, pero con la esperanza en el horizonte.
Tiene la película dos partes, por así decir, la primera, la mejor para mi gusto, donde las dos protagonistas se conocen, primero desde el desencuentro y más tarde desde una sincera amistad y compareñismo en medio de sus difíciles situaciones sanitarias.
En esos minutos existe drama pero también humor, con destacables diálogos y una evidente complicidad entre las dos protagonistas. Son momentos ágiles, siempre interesantes.
Más tarde tenemos una historia de búsqueda personal, íntima, donde la protagonista debe encontrarse a sí misma, recomponiendo una vida insatisfactoria.
Estos son minutos más lentos en su ritmo con, creo yo, algunos tiempos muertos, dándose alguna vuelta de más al argumento, que no le beneficia en su frescura narrativa hasta entonces alcanzada.
Con todo, se ve con gusto pues su simplicidad narrativa no oculta el volcán de sentimientos profundos de una mujer valiente, sencilla pero digna.
Brillante (como siempre, pero mejor) la gran Petra Martínez.

https://filmsencajatonta.blogspot.com/

Todos aquellos que hayan visto “La vida era eso”, comprenderán mejor el título de esta mini crónica. Se trata de una película pequeña (o grande, según se mire) que, pese a su enorme lentitud, los 109 minutos no se hacen excesivamente largos…
En la sala, donde yo vi la película, había un reducido grupo de espectadores (mayoritariamente, friquis, aficionados avisados y aficionados no avisados…). Al finalizar el último plano de la película, la mayoría de los espectadores quedamos completamente petrificados en nuestras butacas.

La gran Petra Martínez (digna de un Goya) hizo una maravillosa interpretación, con mucho poderío, sin apenas usar la palabra, a base de gestos, miradas y primeros planos, sembrando el filme de silencios, lagunas e interrogantes. A Petra le acompaña la solvencia y energía de Anna Castillo que, pese a la gran diferencia de edad (28 y 77 años), mezclan y se relacionan con total normalidad... La película tiene alma. Notable.

Puedes optar por ir un año más a la fiesta de Navidad o lo que se tercie, en una comida familiar o de trabajo, puedes acudir a la consulta de un médico y apechugar con los resultados, puedes confraternizar o no con una compañera de cuarto… pero no puedes nunca cerrarte a las sorpresas de la vida. Y si aprovechas un día cualquiera de sus recovecos descubrirás que vivir se nutre también del cambio y de decidirte a hacer cosas que antes no hacías aunque rompan tus esquemas -tan fáciles de romper por otro lado, porque lo estás deseando-... Y que dure lo que dure.

En este hilo de Ariadna que Ana le tiende a Petra con su encanto natural y de modo fortuito, se van ovillando fotos, sentimientos, sensaciones que nos llevan hasta el mar y a descubrir sus salinas, tan ignotas como extrañas si tú vienes de León, pero no habrá ya vuelta atrás, aunque la haya... Y como le explicas luego, lo que no 'puede' explicarse, a un marido perplejo que también Ramón Barea clava con sólo mirarla.

(Mención especial también para el actor rumano Florin Piersic que, como dueño del bar, le da un puntazo a la historia)

Sí, Petra Martínez está bien, que no muy bien. Con tantos elogios por parte de crítica y público pensé que sería una actuación más sobresaliente, pero ya se sabe que las expectativas caen cuando son demasiado altas. Siempre me ha gustado esta actriz, que conste, pero creo que su actuación aquí no es nada del otro mundo. Pienso lo mismo de Anna Castillo (repite el mismo papel siempre, sin salirse de su línea).

Esas fueron mis primeras decepciones. Pensar que iba a ver algo desmedido. Un dramón que me enganchara, que ambas me transmitieran más emociones que las que me han hecho sentir. Solo hay una escena en un bar en el que Petra parece tener sangre en las venas. Una única secuencia.

La trama parece que no vaya a arrancar nunca, quizás porque el guion es muy irregular.

Tampoco veo química en los personajes, ni entre Petra y Anna, ni entre el personaje de Petra y su familia, ni los personajes que se va encontrando por el camino.

Podría decir que es una película sin alma, precisamente cuando se nos ha vendido como lo contrario. No por el mensaje o el trasfondo, que se entiende aunque sea subliminal, sino en lo comedido que está todo.

Excelente pelicula con dos actrices que estan soberbias, hasta el punto de que se hace imposible creer que se hubiera podido rodar sin ellas, porque son perfectas para los personajes que interpretan. Pelicula en que la lentitud es un plus, en lugar de un defecto, para poder disfrutarla. Entrañable.
Será una pelicula pequeña, pero merece mucho mas la pena que tantas calificadas de grandes. Y no entro en los detalles, porque lo importante no es qué tanto lo que cuenta, aunque también, sino cómo lo cuenta.