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Quédate conmigo

Drama Una pareja de ancianos se enfrenta a las autoridades locales de New Brunswick para que les permitan construir la casa en la que pasarán sus últimos dias. (FILMAFFINITY)
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Críticas 13
Críticas ordenadas por utilidad
10 de enero de 2015
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quédate conmigo es un drama sin extravagancias, con personajes realistas dibujados sobre una estructura clásica, rodada con la suficiente inteligencia como para no perder de vista que lo importante es la historia y concediendo protagonismo a un gran James Cromwell, quien sostiene con vigor su presencia en casi cada plano de la cinta.

La discreta carrera de Michael McGowan (director y guionista) podría hacer intuir un producto más pensado para televisión que una obra cinematográfica de peso. Sin embargo, esa discreción es lo que convierte esta película en un ejercicio de realismo y emotividad sólido y efectivo. La cercanía con la que los personajes han sido planificados, tanto en acciones como en diálogos, mantienen ese difícil equilibrio entre verosimilitud e interés, sin despegarse de los problemas cotidianos con los que cualquier espectador puede identificarse.

De esta manera el guion es capaz de preservar momentos de ternura y contrariedad que, a pesar de lo previsible, son disfrutados en cada escena. Muchas líneas de diálogo sabias, pero no por ello pedantes, dan cuerpo a las interpretaciones de una sutil Geneviève Bujold y un fabuloso James Cromwell, rodeados de unos secundarios que, gracias de nuevo a la discreción, son las herramientas perfectas para dotar de efectividad al film.

Lo mejor, sin duda, es la reivindicación de la edad. De esos días llenos de vida por muchos años que se tengan encima. De esa tranquila, paciente y sin embargo empecinada sabiduría que no confunde vivir con vivir al límite, para enseñarnos la elegancia de quien asume la vejez pero no deja que la vejez venza.

Publicado en blog www.fascinoscopio.com
Fascinoscopio
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11 de enero de 2015
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre es gratificante que te cuenten una historia de amor y esta es entrañable.
Un argumento simple sirve para contar la vida de una pareja que se quiere de verdad y de paso reivindicar la autonomia y libertad de las personas independientemente de su edad.
Va de menos a mas girando en torno a la pareja de ancianos, el resto de personajes son el atrezo.
Dejando a un lado que el protagonista esté con ochenta y pico años con un aspecto envidiable y una capacidad para trabajar dignos de un chaval y que la imagen de ella mas que de granjera parece que se vaya arrancar a cantar por Yanis Yoplin, los actores están estupendos, y si resulta conmovedor ver llorar a Geneviève Bujold, ver llorar a James Cromwell te rome el corazón.
Maria de las Mercedes
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21 de junio de 2014
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Craig Morrison (James Cromwell), es un hombre mayor que decide construir en su terreno bastante extenso una nueva casa, ya que en la que habita con su esposa Irene (Geneviève Bujold) se les complica a causa de una caída sufrida por su esposa, y por el cada vez más deteriorado estado de salud en que se encuentra la esposa.

Craig deberá enfrentarse entonces a una burocracia insólita, que le exige trámites y papelería que complican algo que para él es una solución a un problema vital, lo que hará que desafíe y haga frente al Estado.

A pesar de tratar temas como la enfermedad que padece Irene, el alzheimer, el relato prefiere alejarse del golpe bajo y se centra en la relación entre el matrimonio, una relación que se va intrincando a consecuencia de las complicaciones de la edad, y es ahí donde ellos deben buscar sostenerse juntos donde crece la película.

Pero cuando se hace foco en el problema legal y todos sus bemoles y además empiezan a desfilar de diversos personajes más allá de los dos protagónicos, el filme pierde considerable fuerza.

Lejos de apelar al sentimentalismo, Still Mine es una sincera mirada a esa última etapa de la vida, a la vida en pareja, y el amor que trasciende cualquier complicación más allá de los impedimientos físicos y de la edad.
Quique Mex
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12 de enero de 2015
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las principales circunstancias que marcan a las personas durante su vida hace referencia a la muerte. Y no hablamos sólo de la pérdida de seres queridos, capítulo que por desgracia es recurrente en la vida de un humano, sino también a cómo afronta éste su recta final en este mundo. Dicho de otra forma, el transcurso de la vejez. Muchos lo llevan con cierta alegría, predicando aquello del Carpe diem que motiva a aprovechar cada segundo de vida. Algunos lo atraviesan con más pesadumbre ante la pérdida del cónyuge, vivir en una residencia o simplemente por su propio carácter. En cambio, hay gente como Craig Morrison que prefiere dedicar los últimos coletazos de su vida a cumplir el sueño de su mujer: construir una casita con vistas a la playa.

Esta es la historia que se narra en Quédate conmigo (Still Mine), película canadiense dirigida y escrita por Michael McGowan a partir de una historia real. En efecto, Craig Morrison había dedicado su vida a construir casas, algunas de ellas realizadas con sus propias manos. Con 87 años, y viendo que su mujer Irene padecía un Alzheimer que cada vez se iba agravando más, decidió cumplir ese sueño en forma de hogar que ella siempre había querido. Por supuesto, Craig rechazó cualquier ayuda profesional y empezó a construir la casa de manera autosuficiente, tal y como le enseñó su padre. Sin embargo, y como los caminos de la burocracia son inescrutables, Craig tendrá que hacer frente a un inspector de viviendas que le reclama de manera continua que acate todo lo que dictan las leyes sobre el tema. Ahí empezará un pulso que en el flash-forward de la primera escena ya nos da pistas sobre adónde conducirá.

Buen acierto de casting a la hora de otorgar el papel protagonista a James Cromwell. Los que hemos visto (y disfrutado) A dos metros bajo tierra, sabemos lo que puede dar de sí este actor en el tema de las relaciones matrimoniales y la vejez. El altísimo californiano (2,01 metros de estatura) construye un magnífico personaje, seguro que muy trabajado desde la perspectiva que otorga el dar vida a una persona que existe en la realidad. Satisfactorio comprobar cómo siendo septuagenario, Cromwell sigue recibiendo papeles relevantes para acabar de moldear una carrera bastante productiva, en la que ha caracterizado a personajes muy dispares. Su compañera de reparto protagonista es Geneviève Bujold, a la que muchos recordarán de Inseparables o de Ana de los mil días. Muy buena actuación la que nos deja también la quebequesa, manteniendo siempre ese gesto a caballo entre despistado y confiado característico de una persona que atraviesa una enfermedad tan tristemente degenerativa.

Por lo demás, Quédate conmigo trata algún otro tema secundario como es el de la relación paternofilial, las amistades que se mantienen con los ciudadanos de la localidad, los límites de la libertad (clásico debate al otro lado del charco) o la nostalgia alrededor del béisbol, pero obviamente es todo lo que rodea a la vejez lo que adquiere más protagonismo en la cinta. Se echa en falta algo más de ritmo en algunos momentos, sobre todo porque la falta de éste no es achacable a una mayor profundización en lo que se refiere al tema del Alzheimer, del que sólo se nos ofrecen varias pinceladas (eso sí, muy bien adornadas por los dos protagonistas).

En cualquier caso, la película de Michael McGowan consigue enganchar y resultarnos importante, hasta tal punto que al llegar al final y comprender que está basada en hechos reales, uno quiere leer algo más sobre el tema en Internet. La realidad se acaba imponiendo y es fácil encontrar en la red una noticia sobre el fallecimiento del Craig Morrison real que data del 11 de febrero de 2013. Al menos tuvo la impagable ocasión de que su historia fuera difundida por una película que, aunque modesta en forma y fondo, no deja de narrar una bella acción llevada a cabo por un hombre que jamás abandonará este mundo en lo que se refiere al séptimo arte.


Álvaro Casanova - @Alvcasanova
Crítica para www.cinemaldito.com (@CineMaldito)
Kasanovic
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12 de enero de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Craig (James Cromwell) vive retirado en la casa donde ha vivido toda su vida junto con su esposa Irene (Geneviève Bujold), la casa con bastantes años a cuestas no está en su mejor estado, por lo que el anciano decide construirse una nueva.

La burocracia, el papeleo, los arquitectos, la calidad de los materiales y demás problemas son los que van atañendo la labor de Craig, las autoridades locales hacen presión para que deje de construir hasta que le den los permisos correspondientes.

Paralelo a esta situación de la casa, Craig deberá hacer frente a los problemas de salud de su esposa, la cual empieza a sufrir de alzhéimer, la forma de comportarse la hace sufrir algunas otras dolencias.

Still Mine es una película muy bonita, con una historia agradable bastante sencilla, no pretende ser más de lo que desea mostrar, donde el dueto actoral se comporta realmente a la altura y en términos generales es una obra muy bien hecha.
10P24H
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