La cocinera de Castamar (Serie de TV)

Irregular, como mi título, resulta esta serie.

Estoy de acuerdo con las críticas negativas en que el primer capítulo no engancha. Qué importante es para una serie acertar en ese primer capítulo y ésta no lo consigue. Te quedas con el regusto de que se ha invertido mucho dinero en ambientación y actores, pero la historia no atrae y además están esas escenas subidas de tono que no encajan y con las que parece que pretenden engancharnos.

A pesar de ese primer visionado decidimos darle una 2ª oportunidad y aunque el siguiente capítulo tampoco es una maravilla, la cosa ya empieza a rodar un poco. A partir de ahí y casi hasta el final he de decir que la serie va creciendo y la seguimos con mucho interés.

Hugo Silva acaba haciendo el mejor papel que recuerdo de él, un marqués villano capaz de lo peor por cumplir su venganza. María Hervás, como la futura duquesa Amelia Castro, también. No conocía a esta actriz y, a pesar de algún comentario negativo, creo que está genial. Su personaje apocado es para darle de tortas, pero es el que le toca y lo clava. La relación entre el resto de criados y sus actores está muy bien conseguida, muy al estilo Gosford Park o cualquier otra producción británica. De lo mejor también.

En el otro lado de la balanza Roberto Enríquez como duque de Castamar no nos acabó de encajar. Es un gran actor pero no le encontramos la química en ningún momento con la cocinera Michelle Jenner. Creemos que ahí se debería haber buscado a otro partener, quizá más jóven.

El resto lo dejo para el spoiler...

Serie basada en la novela homónima de Fernando J. Múñez, donde una joven cocinera dotada de agorafobia a la muerte de su padre, intenta abrirse camino con sus poderosas artes culinarias en casa de un duque, Diego de Castamar.

La serie sigue los pasos del libro.
Comienza realmente bien, con una lentitud preciosa para poder apreciar todos los detalles de la perfecta recreación del siglo XVIII, con el vestuario, los escenarios, la fotografía, el sonido con el eco del crujir de los faldones, el chocar de los platos en la cocina, el puchero, los diálogos dichos en voz baja sobre todo de parte de los villanos, los miedos de Clara y la reticencia de Diego al pensar en su esposa difunta sobre dejar el luto y seguir las órdenes del rey.

De igual modo los platos que resultan de la cocina de Clara, al mejor estilo de "El festín de Babette" y cuyos postres secretamente esconden la placentera culpa de dejar en el paladar de los comensales más ganas de dulce, como "Chocolat", tienen un papel importante en la serie.

Lo fácil sería abordar la crítica a esta serie solo desde un punto de vista dramático, actoral o aludiendo a la historia. Es fácil hacerlo sin hablar de los platos y lo que crean dentro de todos los comensales, pero incompletas serían todas las críticas hechas así.
Y si lo hacen es que no tienen ni idea y no han leído el libro.

Michelle Jenner interpreta de forma magistral a Clara, me ha hecho olvidarme de su Isabel durante casi hora y media, y eso es una muy buena señal. Sus miedos no quedarán reflejados en su mágica cocina, que se volverá más y más hasta anodadar a Diego, y ser su mejor escudo contra la pérfida ama de llaves, Úrsula Berenguer.

Ese aire de superioridad de Úrsula, a lo Sra .Danvers de "Rebeca", de Daphne du Maurier será el detonante de muchas situaciones que traerán suspense, dolor, rabia al espectador.

Los personajes son fuertes, severos en un sentido rotundo e intersante, y más aún cuando el ritmo lento como creo que va a seguir teniendo se apodere del todo. Yo personalmente adoro la dramatización a fuego muy lento, nunca mejor dicho en términos culinarios, pero es que es la novela quien la pide.


De las interpretaciones, Jenner y quien fue el rey moro trabajando con ella en "Isabel", Roberto Enríquez, son con las que me quedo. Maria Hervás hace lo que puede con el personaje más lineal y flojo de la novela, pero Hugo Silva trae la oscuridad necesaria para establecer los cánones en los que las intrigas palaciegas podríamos decir a pesar de no ocurrir en la Corte se irán produciendo en el castillo del duque.

La presencia del hermano mulato, y el romance entre los jóvenes sirvientes serán realmente un ornamento necesario para amenizar el tránsito del castillo.

Es una gran historia, la de amor es sorprendente, el plan de los malos muy malos parece lo más tontorrón, no digo que lo vaya a ser, para saberlo a leer el libro o ver la serie entera, no quiero destripar nada, pero sin duda, esas tostadas con miel, esas codornices con las salsas que le pone Clara, la nata, el cocido, los sabores con los que se comunica ante un mundo que no entiende ni puede pisar aún serán los verdaderos protagonistas.

Gran serie, mejor incluso que "Gran Hotel".

Una de las apuestas fuertes de Atresmedia Televisión de este último año del que tan poquito queda ya ha sido "La cocinera de Castamar", una serie de época, ambientada en el Madrid de principios de la década de 1720, todo con un aire entre las páginas de Jane Austen y sobre todo la de "Las amistades peligrosas" (1988). La misma se inspira en la novela homónima de Fernando J. Múñez publicada en 2019, que esta vez sí he leído. Y aquí empezamos con los problemas de las comparaciones. Admito que hay algunos aspectos que me han gustado más en la serie pero no puedo dejar de penalizar que los cambios no sólo son muchos sino políticamente correctos (SPOILER). Se ha comentado lo subido de algunas escenas eróticas, que aunque tampoco son tantas ni tan intensas, sí es verdad que chirrían. Pero es que en el texto original hay también unas cuantas.

Dicho lo cual, sin ser brillante, la serie si es entretenida con su mezcla de drama, romance y aventura. La trama no es nada del otro mundo y de hecho la novela es demasiado extensa para lo que cuenta. Además, lo que es la intriga me resulta exageradamente rocambolesca. Con todo, el romance está llevado con una delicadeza impropia de nuestros tiempos, los personajes son atrayentes, más aún en el libro, y visualmente la serie es bonita de ver. Sin embargo, lo mejor es Elisa (Paula Usero), uno de los personajes femeninos más atractivos que recuerdo de los últimos años, a la que Múñez describe como "de aire alegre", "sencilla", "a la que gustaba hablar demasiado" y "cuyo mayor deseo en el mundo es encontrar un marido". Tiene un gran encanto aunque ayuda también que sea una criada, y este rol gusta lo suyo, y el traje que lleva sea muy mono.

La ambientación, las cocinas, los platos de los que solo nos faltan sus aromas, siempre elaborados con delicadeza. Nos encontramos ante una serie lenta en su ejecución, tal vez en exceso.

La parte dramática, absolutamente necesaria, es lo que no liga con el resto de ingredientes. Michelle Jenner conjuga perfectamente con el espacio visual de su protagonista. Me sorprendió descubrir a Fiorella Faltoyano, a la que hacía muchos años no veía, en un papel que se ofrece bien trenzado.

La valoración de "La cocinera de Castamar" resulta complicada, algunas de sus partes son magistrales, mientras que la dramatización de la intriga carece de fluidez y escasamente acompaña al resto.

...

La novela homónima de Fernando J. Múñez me parece muy bien narrada, no conozco los motivos por los que la serie no sigue los pasos de la misma y toma caminos diferentes más acordes al culebrón y a la novela latinoamericana, la verdad que es una pena.

Yendo a la cuestión fílmica la parte de producción me parece lograda, las actuaciones destaco las de Michelle Jenner por supuesto, lo cual no es sorpresa para nadie con todo lo bueno que ha hecho hasta ahora, obviamente lo mismo hay que decir de Hugo Silva.

Roberto Enriquez me parece que da el fisic du rol para un duque de 1720, mezcla de nobleza y valentía, en cuanto a María Hervas me pareció insoportable en su personaje.

Creo que LA COCINERA DE CASTAMAR tiene cosas interesantes como producto televisivo, con un abrupto final que en el libro me parece más logrado, hay que decir es interesante, pero podría ser mejor. Si creen que es igual al libro, les han mentido.