¡Esto es un atraco!

Una pandilla de gente variopinta y de pocas luces, todos ellos en dificultades económicas, reciben un misterioso encargo de robar una caja fuerte repleta de lingotes de oro.
La película no es nada del otro mundo como ya se figurará el amable lector de esta crítica, aunque siempre se ve con una eterna sonrisa en los labios. El film, típico y tópico del prolifero director Ozores, es delirante, hortera, esperpéntico, irónico y de un humor grueso subido. Cuenta con un guión y unos diálogos ingeniosos, pero también toscos y ridículos, pero cumple exactamente y con creces con la finalidad ideada por sus creadores, entretener al espectador con una comedia ligeramente subida de tono y con su correspondiente carga erótica.
Antonio Ozores borda su eterno papel de personaje inclasificable, interpretado con su maestría habitual. El resto de los intérpretes también cumplen su cometido dignamente.
Resumiendo: Película lisa y plana para morir de risa el público poco exigente.

Para que nos entendamos y resumíroslo, 'Atraco a las 3' (1962, José María Forqué) y 'Ocean's Eleven' (1960, Lewis Milestone) pueden mirarla por encima del hombro. '¡Todos al suelo!' (1981, Mariano Ozores) la mira de frente porque para eso son del mismo padre.
'¡Esto es un atraco!' (1987, Mariano Ozores) podría observar por encima del hombro al segundo segmento (bueno, y a los que no guardan paralelismos argumentales) con aquella cosa de zagalines futbolistas y atracadores jubiletas de residencia ('Fuera de Juego') con la que compartiría a un miembro del equipo asaltabancos, Alfonso del Real, bajo dirección de Fernando Fernan Gómez puesto en piloto automático.
Y finalmente, subiéndose a una escalera muy alta, o a un andamio ya puestos, puede situarse por encima de la infumable 'Atraco a las tres y media' (2003, Raúl Marchand).
A los "Ocean's" de Soderbergh directamente puede mandarlos a freír esparragos.
Fernando Conde, sin las ataduras paródicas da luz verde a su versatilidad teatral para la comedia de enredo y el chiste bufo, menos ceñido al chasis panderetero e imitador de sus ex socios de Martes y 13 para reincidir con Ozores, al transcurso de varios años desde 'La Loca Historia de los 3 Mosqueteros' y sus andaduras en solitario... como actor, vamos. Y en lo estrictamente superfluo, ahora mismo no caigo en si además de ésta habré tenido muchas más ocasiones de verlo tan lampiño -por si no había quedado claro que hace las veces de López Vázquez, le dejan el bigotito- y, de paso "corneando" a Eduardo Fajardo.
Los incondicionales de Ozores más cinéfilos verán cumplido su sueño más humedo: que regente un videoclub, explicando a sus clientes de qué van las películas (mayoritariamente de Warner por cosas del product placement, supongo).
Flavia Zarzo aporta dentro del equipo un encanto natural y cómico encomiable. Como leí decir a Manolo Zarzo en una ocasión, no puedo sino lamentar que dejase demasiado pronto la interpretación. Estoy convencido de que se habría convertido en una de las grandes de la que hoy podríamos recordar sus curiosos inicios en comedias desenfadadas.
Juanito Navarro completa el equipo como Indiana Jones (pronúnciese correctamente, con la jota inicial y la "e" del final).
Ozorismo para adeptos, sobre todo cuando Conde y Ozores son usados como hombres objeto con leit motiv fetichista para el segundo:
¡¡¡CALABROTEEE!!!