Pastorela

Con antelación a la época navideña se hace el lanzamiento de la cinta Pastorela, representación histriónica tradicional mexicana que anualmente es montada para foros o teatros. Dicho relato narra las peripecias por las cuales atraviesa un grupo de pastores devotos de Jesús quienes se dirigen hacia donde se encuentra y ofrecerle adoración. En tono de comedia uno de los mayores retos a vencer de este grupo, será omitir la tentación que el demonio ponga en su camino y continuar hacia su destino.

Emilio Portes retoma como mero pretexto la Pastorela para filmar una película con una trama totalmente ajena a los relatos religiosos y sí ajustada a ciertas realidades del México actual, del que poco se puede decir, debido a su nula contundencia.
Pastorela es un ejercicio sin mayor fortuna, garantizado por la simpleza de su sinopsis: un sujeto aferrado a uno de los protagonicos de la Pastorela tradicional del barrio. El argumento es insuficiente, aburrido, sin giros, simple, redundante, de pobreza infinita, el hecho no da ni para 30 minutos. Como bien se puede leer, el lema “La tradición se va ir al Diablo”, es tan literal que resulta irritante saber que se destinen recursos económicos gubernamentales y vayan directamente a este tipo de películas que tienen absolutamente nada.

Después de “Conozca la cabeza de Juan…”, Portes regresa con esta película añeja que en tono de comedia trata de atarnos a la butaca para reiterar la inexistencia del dominio sobre el género y ahogo en la palabrería, el chiste burdo y poco creativo. No se supera como director ni guionista y se va estigmatizando como un director que trata de llenar salas y no de los destacables.

El reparto es fuerte, sobre todo por la aparición de Cosío, quien después de consagrarse con otros cineastas hoy ha sido carta fuerte para la presentación en salas, sin embargo se diluye con el resto del elenco en el absurdo irrelevante.

La irreverencia es un acto que no todos logran… hace falta talento para no darse un frentazo con lo burdo.

En vísperas de Navidad llega éste nuevo film de Portes, esperando que pudiese aprender del pasado y ofrecernos un trabajo de mucha más calidad que "Juan Pérez", pero el optimismo se va al diablo pasados los primeros treinta minutos de la película, cuando te das cuenta que la trama no da para más y que para colmo, será repetitiva y llendose cada vez más y más para abajo.
Esperando que al menos después de tantas vueltas te puedan ofrecer un buen final, llegas a lo esperado... no... ¡PEOR! La conclusión es simplemente ridículo, con ganas de ni siquiera haberla comprado en "pirata"; Cosío no puede salvar el día esta vez. ¿La tercera es la vencida, Portes?