Los últimos hombres en Aleppo

Desde los textos en los créditos iniciales puedes encontrarte el punto de vista extremo en el que se posicionarán durante el metraje. En él se destaca que todo lo que han sufrido los civiles es por culpa de Bashar al-Ásad, y Rusia. Se resalta a Turquía como punto de fuga de esta guerra que ya dura 7 largos años. Y ahí queda todo en lo que respecta a ofrecernos datos. Ni entrevistas, ni tirar de hemeroteca, ni otros apartados que enriquecerían esta "obra". Todo gira en torno a cómo viven los Cascos Blancos (organización "humanitaria" fundada por un ex militar británico), y cómo rescatan a miles de críos de entre los escombros (nunca se muestran cómo sacan a personas adultas o ancianas, quizás por propaganda o quizás porque si te meten a ti entre los escombros para intentar grabar un vídeo se lo pensarían dos veces antes). Ni se menciona a los que absorbieron las pocas protestas del país allá por el 2011, mercenarios que ocasionaron los primeros asesinatos por diferentes provincias, ahorcando incluso a civiles y policías. Tampoco se nombran a sus amos, a los estados miembros de la OTAN (USA, Gran Bretaña, Francia), ni a Arabia Saudí, Qatar, Jordania o Israel. Países que siguen a día de hoy intentando por diferentes motivos convertir a Siria en otra Libia. Tampoco se nombra en ningún momento al Estado Islámico ni al Frente Al-Nusra. Ya sólo esto, deslegitiman el documental .

Seguimos. Aparecen en una manifestación (ver imagen ofrecida con este texto) de un centenar de personas con las banderas no oficiales sirias que llevan los "rebeldes sirios" (más bien terroristas). Encima, a todas las mujeres que se observan con ellos se encuentran vestidas (obligadas, of course) como las mujeres reprimidas en Arabia Saudí por el wahabismo. O cuando van a realizar un rescate aparece en un plano (se le olvidaron cortarlo en el montaje) la bandera negra idolatrada por los salafistas, colocada desde la puerta de la sede de los Cascos Blancos. Blanco y en botella.

Tampoco se destaca que son los terroristas (los coleguis de los cascos blancos, pues estos últimos trabajan únicamente en las zonas de los terroristas) quienes tienen sitiados a estos civiles, pretendiendo controlar una capital para los occidentales y resto de alienados. Todo es echarle la responsabilidad a un pueblo soberano. O a unos militares sirios y rusos que buscan liberar el país, y que en la mayoría de ocasiones les han pedido a los terroristas que dejaran salir a los civiles y llegar a un acuerdo, y que hasta día de hoy sólo se ha conseguido en un par de ocasiones.

No, me parece que "organización humanitaria" le viene muuuy alto a estos mercenarios que trabajan por la propaganda occidental y dan apoyo a terroristas para acabar y controlar a su antojo a los civiles de un pueblo soberano, que se encontraba lejos de las manos de imperialistas que les controlaran (primero, liberándose de Francia y Gran Bretaña, y luego de Estados Unidos a lo largo del siglo XX), y que esperemos, ganen esta batalla para seguir siéndolo.

La muerte de Khaled es el final trágico de este documental, el pobre gato sin poder caminar con las patitas traseras, la imagen del anciano recogiendo sus enseres de un cajón de una cómoda de su habitación, de la cuál el edificio está parcialmente derruído y se puede ver desde fuera todas los pisos del immueble... insoportable vivir en una ciudad atacada constantemente, en ruinas, un drama que a día de hoy sigue sucediendo y no hay perspectivas de un final próximo.