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El que debe morir

Drama En los años 20, estando Grecia bajo la ocupación turca, los habitantes de un pequeño pueblo se preparan para la representación anual de la Pasión. La llegada de unos refugiados, procedentes de una aldea saqueada por los turcos, altera la armonía del lugar. Los vecinos deciden expulsarlos, pues creen que si son amables con ellos podrían perder el favor de los invasores. Manolios, un pastor al que le han adjudicado el papel de Cristo en ... [+]
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
9 de febrero de 2017
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cada siete años, en Licovrisi -una aldea griega-, se celebra la pasión de Cristo, y aunque ahora se encuentran bajo dominio turco, el Agha (Gran hermano, líder, gobernante), no obstante ser un musulmán, concede el permiso para se lleve a cabo la celebración. El líder espiritual de la aldea, el cristiano Grigoris, teniendo en cuenta la personalidad de algunos miembros de la comunidad, elige quiénes y a qué personaje representarán, y así son nombrados: Jesús, Juan, Pedro, María Magdalena, Judas…, pero, cuando se hallan en esta preparación, un grupo de refugiados del Sarakina, despojados por los turcos, llega en busca de ayuda solicitando tierra para trabajarla y dispuestos a compartir la cosecha con el pueblo de Licovrisi.

¿Qué harán los habitantes de este pueblo “tan cristiano”? ¿Qué pensará el líder de su iglesia? y ¿Qué papel jugarán, los ahora representantes de Jesús y sus apóstoles, en esta aldea griega?

Estaremos ante una originalísima, innovadora y muy actual visión de la pasión de Cristo, al tiempo que se corre el velo al verdadero papel que, casi siempre, juega la iglesia católica en la actual historia del mundo. Se hace un curioso paralelo, intercalando situaciones muy semejantes a las de la historia del mesías, con lo que podría ocurrir, ahora, si Jesús estuviese de nuevo aquí en la tierra… y, todo esto, se presenta como una premonición que no es difícil compartir, y años después, Ricardo Arjona lo cantaría muy bien con “Jesús es verbo, no sustantivo”.

El punto de partida fue la novela, “Cristo de nuevo crucificado” (1948), del gran escritor griego, Nikos Kazantzakis, y el realizador, Jules Dassin, se ocuparía también del guion en compañía de Ben Barzman y André Obey. Como es habitual en su producción cinematográfica, el director estadounidense demuestra una profunda conexión con sus personajes y a cada uno le da la ocasión de servirse de sus mejores argumentos para sostener lo que hace, y así, toda decisión queda plenamente validada y, al final, los pueblos hacen lo que tienen que hacer.

A nivel argumental, en “EL QUE DEBE MORIR”, hay tantos logros sociológicos, espirituales y políticos, que, la historia luce, hoy día, de una actualidad absoluta ante el drama que vienen padeciendo los refugiados de todo el mundo. Con su peculiar puesta en escena casi neorrealista, el director se suma, como Kazantzakis, a la causa de los pueblos de cuyo sufrimiento nadie, o muy pocos, se compadecen; y con un puñado de grandes actores, cada personaje cobra vida y la pasión de Cristo vuelve a tener absoluta actualidad.

Jean Servais (inolvidable en “Rififí”), vuelve a lucirse como el padre Fotis, la suerte de sacerdote que tanta falta le hace a la iglesia. Melina Mercouri (cuyo encuentro con Jules Dassin, desde entonces, haría historia) es una fogosa María Magdalena cuya personalidad motivará tanta repulsa, como aprecio de quienes saben verla. Recreando a un peculiar Jesús que, en principio sufre de tartamudez, Pierre Vaneck será harto ejemplarizante ilustrando como, la toma de conciencia, produce el valor y la voluntad. Y, entre otros, Maurice Ronet es Juan, el joven que comprenderá que, la única riqueza que vale la pena obtener es la espiritual.

Y es cierto: Lo mejor de nosotros no puede morir, porque es intangible y eterno; porque es el único poder que puede preservarnos vivos; porque es el arma que todo lo puede y con la que venceremos a la oscuridad; y porque, cuando se irradia a los demás, es lo único que puede hacernos sentir paz, complacencia y felicidad… Sí, ya tú lo sabes, se llama AMOR.

Por esto, como dice en la tumba del escritor: “No espero nada, no temo nada, soy Libre”
Luis Guillermo Cardona
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22 de septiembre de 2015
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy interesante film de Jules Dassin, co-producida entre Italia y Francia, que guarda una memorable y emotiva historia de redención, moral y religioso.
A través de una narración que va in-crescendo, se nos muestran unos personajes perdedores, pecadores, con muchos defectos y no demasiadas virtudes que, gracias a su Fe y a su humanidad adquirida a través de los roles que deben desempeñar en la representación, logran su salvación eterna, alguno/as de ellas tras haber dado su vida por los demás.
Historia donde el deber hacia sus semejantes más necesitados y la lucha, incluso violenta si es necesaria, se manifiesta con hondo dramatismo gracias a unas conseguidas interpretaciones.
Gran fotografía en blanco y negro y espléndida dirección del, aquí más que nunca, director Jules Dassin, que mantiene su fuerza tras su huida de su país de origen, Los Estados Unidos de Norteamérica, por mor de la vergonzo Caza de Brujas.
La película tuvo varios premios internacionales, como el premio OCIC del Festival de Cannes de 1957, o la Espiga de Oro a la Mejor Película, en nuestro festival de cine internacional de la Seminci de Valladolid del año 1958.

http://filmsencajatonta.blogspot.com.es/
Constancio
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10 de abril de 2020
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
" Todo hombre es un hijo efímero que en sí contiene al Padre Eterno. El fin del arte es el poder encontrar y expresar por un cuerpo visible, por el hijo, el invisible soplo del Padre". Sí el hombre, solo consigue aprehender y expresar al hijo no crea mas que un obra de arte superficial; si solo expresa ideas abstractas, al Padre únicamente; cesa de hacer arte, hace metafísica. El esfuerzo de captar por medio del Verbo, la esencia inmortal que vive en nosotros, es magia. He aquí por qué el arte es una ciencia misteriosa y el cine ha sido la manifestación artística o mágica del Siglo XX.
Un extraordinario encuentro de tres artistas se produce en esta película basada en la novela " Cristo nuevamente Crucificado" de Nikos Kazantzaki (18-02-1883 Heraklión Isla de Creta- 26-10-1957 Friburgo. Alemania). Note se que cuando nació Nikos, la Isla estaba bajo el dominio del Imperio Otomano. La Palabra, el Verbo y la creación literaria fue para el una preocupación constante vinculada con la propia vida, con su experiencia existencial y obedeciendo a una idea mística. " El pobre de Asís", " La Última tentación de Cristo" y " TODA-RABA son otras de sus novelas que expresan la esencia inmortal que vive en nosotros. La Llama que devora al hombre.
Falleció el mismo año que se realizo la película. No le otorgaron el premio Nobel que mereció. Un año Albert Camus, otro Juan Ramón Jiménez, el caso es que por un voto no se lo concedieron y fue un constante candidato
La materia, la película dirigida por Jules Dassin ( 18-12-1911 Middletown Connecticut USA-31-03-2008 Atenas) quién tras comprobar que su nombre estaba en la lista negra de McCharty y pasarse un tiempo sin trabajo, decidió emigrar a Francia." La Ciudad Desnuda" ,"Fuerza Bruta y "La Noche y la Ciudad" son una buena muestra de su talento siendo uno de los jóvenes directores americanos más prometedores.
Tras un lustro en blanco, ya en Europa realiza Rififi (1955) y conoce a Melina Mercuri (18-10-1920 Atenas-6-3-1994) en el Festival de Cine de Cannes. La Actriz y cantante cautiva a Julius. Ambos estaban casados pero la chispa había saltado. La palabra y el soplo invisible les unirían profesional e intima mente. Se casaron y formaron una solida pareja. Ya en los años 80 Melina Mercuri fue miembro del PASOK y del parlamento Helénico siendo Ministra de Cultura y Deportes entre 1981 y 1989. Su padre ex- oficial de caballería, también fue un importante político anteriormente.
Hasta Camilo Sesto la dedico una canción. "Melina" posiblemente una de sus mejores canciones.
Nikos,Julius y Melina un amoroso y venerable encuentro artístico y cultural en la Isla de Creta.Un lugar donde la muerte tenia sentido bajo el sol y el rumor del mar Mediterráneo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Tirso
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5 de noviembre de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jules Dassin situa en la Grecia ocupada por turcos una historia más metafórica que realista sobre el conflicto entre el orden y la justicia, en la que se adivinan sin dificultad referencias al macartismo que le había expulsado de Estados Unidos. En un pueblo que prepara una procesión religiosa, repartiendo los papeles de los personajes evangélicos entre los lugareños, se presentan buscando refugio, bajo la dirección de un pope, los habitantes de un pueblo que ha sido destruido por los turcos. Temiendo que recogerles esquilme sus recursos y les haga caer en desgracia ante los invasores, el cacique y el pope local se unen para hacer creer que traen el cólera y no se les debe acoger. El pastor que hacía de Jesucristo, el hijo del cacique, que hacía de Juan, y la mujer con fama de puta que hacía de Magdalena (Melina Mercouri) comandan una rebelión contra los poderes locales que desemboca en lucha armada entre civiles y en la muerte en sacrificio del Jesucristo a favor de la opción rebelde. A ambos bandos los comanda un pope y la película está llena de referencias a si la religión debe servir al orden o a la justicia (dando por hecho, claro, que lo uno y lo otro no suelen ir unidos). Estupenda secuencia entre el cacique local moribundo y el gobernador turco en el que queda relativizado con humor y filosofía mundana el mal que representan ambos personajes.
Capitan Ahab
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