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La angustia de vivir

Drama Desde hace años, el actor de teatro Frank Elgin (Bing Crosby) atraviesa una grave crisis debido al alcoholismo y a un gran sentimiento de culpa por la muerte de su único hijo. Su esposa (Grace Kelly) y su director de escena (William Holden) intentarán por todos los medios sacarlo del triste estado en que se encuentra, aunque no será nada fácil. (FILMAFFINITY)
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Críticas 13
Críticas ordenadas por utilidad
5 de mayo de 2006
30 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Profundo estudio de caracteres el de esta contundente y apasionada historia ambientada en la trastienda del mundo teatral, que encuentra su apoyo más firme en la convicción que despliega el magnífico trío protagonista. Merecidísimo Oscar para Grace Kelly, envejecida por exigencias de guión, que realiza su interpretación más visceral, alejándose de los estereotipos edulcorados que solían endosarle los directores hollywoodienses, en una demostración incontestable de versatilidad y posibilidades. Muy buena.
Matacanes
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8 de diciembre de 2010
18 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de ver “La angustia de vivir” queda claro que es una de las grandes películas sobre alcoholismo, entre las que cabe incluir “Días sin huella”, “Días de vino y rosas” y “Leaving Las Vegas”. No se centra exclusivamente en este difícil tema, sino que su campo de actuación es más extenso, entrando en liza la autoestima, el espíritu de sacrificio en el matrimonio (el papel de la mujer) o la trastienda del mundo de la actuación, genialmente recreado.

La película es una adaptación de la obra de teatro de Cliford Odets, que el propio George Seaton convirtió en guión cinematográfico.
Todo comienza cuando el director de escena, un magnífico William Holden, contraviniendo los deseos de su productor, decide seleccionar para el papel principal de una importante obra a Frank Elgin, un Bing Crosby cercano y creíble, gran cantante y actor, pero con problemas en el pasado con el alcohol. Su esposa es Grace Kelly, menos atractiva que en otras ocasiones, sin duda por el peso que su papel sostiene, en una actuación bastante convincente.

El trío es envolvente, con el fabuloso tour de force entre Grace Kelly y William Holden, a los que se une un aplicado Bing Crosby, una de las mejores voces de la historia de la música, con números musicales insertados perfectamente dentro de la historia (genial es el de la barra de un bar, a dúo con la cabaretera). El proceso de cómo se construye una obra está magníficamente descrito, desde el principio, con la elección del protagonista, las adaptaciones para facilitarle la labor o sus manías (por ejemplo, echar al sustituto de las bambalinas porque le molesta).

Bing Crosby no es William Holden, pero le da a su personaje los matices de inestabilidad, fragilidad e inseguridad que necesita. Detrás de sus problemas con el alcohol, esconde miedos interiores inexplorados.

Lo mejor de la película es cómo está recreado el mundo de la actuación y sus inseguridades (plazos, ensayos, miedo escénico, etc), que, por si fuera poco, se une a la inseguridad de un tipo que no sabe si podrá responder a la confianza depositada en él.
Oscar para el guión y para Grace Kelly.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Gabriel Ufa
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26 de agosto de 2014
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La angustia de vivir presenta el drama de un veterano actor de teatro que atraviesa por una profunda crisis profesional, que tras la muerte de su hijo ha ido acrecentándose. A la que busca solución, ahogando sus penas en el alcohol. Su mujer y un director de escena intentarán ofrecer un espacio para la esperanza.

La película presenta y desarrolla todo un drama alrededor del alcoholismo, el sentimiento de culpa y la caída en el olvido de las estrellas, apoyándose en las interpretaciones de un reparto estelar, donde destacan con luz propia, el trío protagonista sobre el que recae todo el peso de la historia, Bing Crosby, William Holden y Grace Kelly.

Refleja el drama habitual de las grandes estrellas que alcanzada determinada edad, caen en el anonimato y se convierten en juguetes rotos, victimas de su propio éxito, ofreciendo un interesante y acertado desarrollo de los personajes, que gana fuerza gracias al excepcional trabajo del reparto.

Bing Crosby lleva gran parte del peso del relato, con un personaje apesadumbrado y atormentado por la culpa, demostrando su capacidad para los musicales y el drama, con una interpretación digna de mención y de haber obtenido algún premio de la academia. Algo que si consiguió Grace Kelly, la futura princesa de Mónaco, ganando el Oscar por este papel, dejando a un lado su belleza y volcándose en hacer creíble un personaje hastiado de la vida, apagado y sin luz, que a lo largo del desarrollo del argumento, retomará todo su esplendor, fantástica. William Holden, completa el trío protagonista y se convierte en un apoyo fundamental para la pareja protagonista.

El relato presenta y desarrolla con claridad unos personajes atormentados y perseguidos por la desdicha, logrando ofrecer espacio para su notoria evolución y redención, destapando progresivamente y de una forma eficaz, los fantasmas de culpa que les han hecho llegar a esa situación tan precaria.

El director logra dosificar y ofrecer paulatinamente los acontecimientos que han ido empujando a los protagonistas a la oscuridad del dolor y el olvido, empleando pequeños flashbacks, con los que recoge la vida de ensueño que compartían los protagonistas y como todo se derrumbó.

El relato logra emocionar y sorprender al espectador, dejando espacio para el romance, la fidelidad, la inseguridad y la lucha compartida, con unos diálogos contundentes y llenos de energía, ofreciendo una pequeña visión de la trastienda del teatro, donde muchos sonríen por fuera, mientras su corazón navega por los ríos del alcohol y la pena.
Jon
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19 de febrero de 2015
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando el ser humano, llevado por un estado de ira, por imprudencia, errada información u otras razones, hace daño a una o varias personas, un sentimiento de culpa le embargará luego, si llega a creer que lo que hizo fue incorrecto, exagerado o abominable. La culpa es un dolor interno y obsesivo de arrepentimiento por lo que se hizo o se cree haber hecho, en el que, además, la persona siente que ha tirado su dignidad por el piso y no se perdona -ni cree que tendrá perdón- el daño que posiblemente ha causado.

Un fuerte sentimiento de culpa puede motivar una actitud autodestructiva, sobre todo cuando el individuo no recibe el castigo que cree se merecería. En este caso, la terapia holística, que aborda integralmente al individuo (espíritu, mente, cuerpo) podría ser de gran eficacia, ya que en ella se reinterpreta lo vivido y se ayuda a comprender a la persona cómo funcionan las leyes existenciales. También, la culpa puede motivar una particular actitud de auto-compadecimiento, donde la persona comenzará a dejar de lado sus compromisos sociales y familiares, y buscará excusas (conscientes y maliciosas) como el exagerar una caída, asumir algún aparente intento de suicidio, mostrarse más enfermo de lo que realmente pueda estar, acudir exageradamente a fármacos, licor o psicoactivos… o atribuirle a sus más cercanos situaciones de maltrato para que, así, los que no saben le consideren y lo ayuden. En estos casos, un trabajo individual y con el grupo familiar, puede hacerse necesario a fin de buscar las verdaderas razones de tales actitudes y acordar nuevas pautas de comportamiento.

Una gran obra de Cliffort Odets, “The country girl” (1950), fue la que inspiró al director, George Seaton, para hacer él mismo la adaptación y dirigir este brillante estudio acerca de la culpa y otras manipulaciones. De paso, el filme hace un soberbio alegato contra el machismo -sus prejuicios y pretensiones- al tiempo que reinterpreta y reivindica a la mujer, en una época en la que, subvalorarla era un hábito común y por casi todos acogido, incluso entre ellas mismas. “Yo soy una boba”, “¡Cuánto diera por ser un hombre!”, “Las mujeres somos unas tontas”… ¿Llegó usted a oír frases de este estilo?

Lo que se nos brindará aquí, es un ejercicio de terapia vivencial, donde la abnegación y persistencia de una esposa -magníficamente interpretada por Grace Kelly, capaz de lucir sin una pizca de maquillaje, no obstante que venía de su glamuroso papel en “La ventana indiscreta”- y el serio compromiso de un director teatral–William Holden en un perfecto retrato del hombre que tiene más que aprender que lo que pareciera saber- en sacar del pozo a su viejo amigo, va a dar como resultado un magnífico estudio humano, en el que entrará a terciar, el cantante Bing Crosby, como el hombre marcado por un error cometido, quien habrá de convertirse en un singular jugador con los artilugios de la mente.

El filme es muy cuidado en todos sus detalles, los diálogos son de una lucidez y precisión absolutas, y la historia debería interesar a todo el mundo porque habla del consciente y del inconsciente, de las viejas costumbres a veces preservadas hasta los más nuevos tiempos y de personajes que poco se alejan de muchos entre nosotros, en sus sesgadas maneras de interpretar la vida.

“LA ANGUSTIA DE VIVIR”, es de ese cine que carga con valiosísimos elementos que nos ayudarán a movernos por el mundo. Imprescindible.

Título para Latinoamérica: “LA QUE VOLVIÓ POR SU AMOR”
Luis Guillermo Cardona
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19 de marzo de 2012
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película que trata en buena medida el drama que padecen las personas cuando caen en las redes del alcohol. En -La angustia de vivir- el alcoholismo comienza con un dramático suceso familiar que se agudiza con un gran sentimiento de culpa y falta de autoestima.
Bing Crosby en esta ocasión se sale un poco del personaje de comedia romántica o musical que tanto éxito le dieron e interpreta el papel dramático a la perfección y a la vez la otra versión musical, que acompaña en toda la película.
Grace Kelly es parte fundamental en la historia, con una interpretación dramática lejos del más puro estilo de comedia dulce, es la mujer que sacrifica su felicidad por ayudar a su marido a encontrarse otra vez a sí mismo. Fue premiada con el Oscar a la mejor actriz.
William Holden, paradojas del destino en la vida real ya tenía un problema debido a los excesos del alcohol.
Guión bien conducido por el director George Seaton. En la película Bernie director teatral piensa para el primer papel en un actor en horas bajas Frank en contra de todos, lo que no sabe todavía es que tendrá que luchar contra la adicción al alcohol de su actor, y necesitará la ayuda de Georgie la mujer de éste.
jrm
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