Shtisel (Serie de TV)

Efectivamente es una serie sobre la vida en una familia de judíos ultraortodoxos, , como se enfrentan a los mismos problemas e inquietudes que cualquier ser humano.... Pero tiene muchas cosas novedosas, por lo pronto no es made in USA, el hecho de que esté pensada y realizada en Israel le da una pátina de verdad. El hecho de que hablen en hebreo y esté subtitulada igualmente lo refuerza... La forma en que nos acerca a todas sus costumbres tan desconocidas para la mayoría de nosotros, La serie consigue que sigas con cariño a los personajes, el eje central es el protagonista (Akiva) y su padre, la relación que tienen entre ellos, los conflictos que sufren incluso manteniendose fieles a la ley judía, pero por otro lado desde la mentalidad occidental no puede uno evitar criticar esas costumbres ancladas en el pasado, el trato q se le da a la mujer, como se dirige a los hijos en lo que podrán optar o decidir sobres sus vidas, resulta escandaloso y visto con nuestros ojos cuesta mucho aceptar que esa forma de vida tan sectaria y llena de limitaciones pueda tener seguidores...
La serie en sus dos temporadas consigue una buena evolución de los personajes, algunos más q otros claro está pero cada capítulo consigue muchas veces sorprender, Todos los actores lo hacen realmente bien y se puede leer en sus caras la cantidad de conflictos a los que se ven expuestos y como ninguno es un personaje plano y simple, curiosamente tiene destellos de humor muy divertidos asociados sobretodo a algunos personajes como la abuela o el tío..
Sinceramente muy recomendable y todo un descubrimiento para abrir la mente y alejarnos un poco de la americanada continua a la que estamos acostumbrados

Logra retratar muy bien la vida de un sector de los judíos en Israel partiendo de situaciones completamente normales, frecuentes, humanas. Terminamos diciendo: “Es increíble cómo en el fondo todos los seres humanos tienen problemas parecidos”. Por supuesto, uno sabe que esa es solo una parte de la historia, y que después están la política, la guerra, el terrorismo y todo aquello de lo cual los diarios y la TV nos cuentan permanentemente. Pero no nos dicen nada de la vida de estos individuos, que se parece tanto a la nuestra en un contexto tan diferente.

La actuación de los dos Shtisel, padre e hijo, es brillante y me llevó a buscar otras series o películas en que pudiera verlos. Hay también varios personajes femeninos excelentes, como el de la secretaria de Shtisel padre que luego deja su puesto.

Como judío nunca practicante y alejadísimo tanto de la religión judaica como del sionismo, esta película logró llevarme a situaciones de estos lejanos “parientes” míos que, por ser universales, les llegan a todos.

Lo mejor de esta serie es su sensibilidad. Es cautivadora.

Fijaos en la importancia de los escenarios: el comedor, con padre e hijo a la mesa; el balcón, lugar mágico de encuentros y conversaciones preciosas; el despacho de Shulem, angustioso y siempre problemático…

Luego está lo onírico: sueños, visiones, espectros… Pero nada atemorizantes, al revés, todos tan consoladores.

En lo personal, el ambiente ultraotodoxo judío siempre me ha llamado la atención, y ha despertado mi curiosidad. He viajado muchas veces a Jerusalén, y siempre, desde la distancia, me ha infundido respeto esa cultura. Nunca he hablado con ninguno de ellos, son inaccesibles para mí en mis viajes, siempre me han despertado un interrogante, porque soy un curioso impenitente. Llegar a sus comedores y a sus balcones, aunque sea desde la ficción, ha sido gratificante para mí. Leo en IMDB que la serie no les ha disgustado; al revés, les ha gustado a muchos, y esto significa que es creíble, lo cual agradezco.

Pero, sobre todo, en medio de la «mugre» de esas calles llenas de papeles, y de esos trajes sucios (que así se ven en la pantalla), hay una sensibilidad para la belleza extraordinaria en todos los episodios. Logran mostrar lo mejor de la condición humana. Y eso vale para judíos ortodoxos, para cristianos, y para cualquier hombre que se precie de serlo.

Siento la poca difusión que ha tenido, y los pocos votos que tiene aquí. Cuando algo es hermoso, merece ser contemplado por muchos.

De lo mejor que he visto en mucho tiempo. Lejos de americanadas.
Muy buen reparto, con el guapo de Michael Aloni, dicho sea de paso, y con la gran Shira Haas, cuenta la vida de una familia ultraortodoxa en Jerusalén.
Los grandes detalles se encuentran como casi siempre en las pequeñas cosas.
Además de haberme encantadado por primera vez una serie con subtítulos, ya que me ha gustado oírlos en hebreo, me he llevado una sorpresa con cosas que creía que en el mundo ultraortodoxo no se permitía.
Por algún momento me habría hasta gustado estar viviendo en esa casa o hasta citarme en el Hotel.
Es una serie para no perder ninguno de los diálogos y desde luego me encantará recibir recomendaciones de otras parecidas por gente que la haya visto, así que espero más series que me gusten tanto como esta.
Le doy un 10 pero le daría mucho más.

Gran calidad y muy buena interpretación por parte de los actores. Retrata la cara más intima de los personajes anclados en las normas tan estrictas del ultraortodoxismo judio del siglo 21, pero a su vez la lucha de sus sentimientos más profundos que les gustaria expresar pero a la vez cumpliendo las severas normas comunitarias de esta comunidad judia. De momento estoy todavia en la parte final de la primera temporada pero aseguro que da a reflexionar mucho. Uno de los lugares que me gusta más de la serie es el balcón, este Akiva sólo o con su padre.La abuela de Akiva entrañable, recuerda a esas abuelas de cuento que muchos hemos tenido y que añoramos con todo el corazón. La busqueda de pareja de Akiva es todo un reto y argumento poderoso e interesante.