La acusada

La doctora Tuttle, profesora de psicología en las aulas universitarias, bella, recatada y, aunque con escasa justificación, con una cierta conciencia de solterona, resulta acosada por un alumno que precisamente destaca por todo lo contrario: seguro de sí mismo y de sus encantos físicos, osado, descarado y propenso a lanzar sus redes sobre cualquier mujer que se le ponga a tiro. La película, con un arranque excelente que ya capta y se gana la atención del espectador, narra las tremendas consecuencias que se derivan de una imprudente decisión de la doctora Tuttle: dejar que Bill Perry, su alumno, la lleve en su coche cuando, por su culpa, ella ha perdido el autobús que debía conducirla a casa; de lo que, vista esta excelente película, se deduce cuán conveniente resulta echar a correr cuando ves que se te va a escapar el autobús.

Loretta Young tenía el Oscar reciente a sus 35 años. De esta incursión en la Paramount se esperaba de nuevo un vehículo que permitiera su lucimiento.
Se trataba de un drama con suspense, en el que una profesora, la doctora Wilma Tuttle, mataba a un alumno en defensa propia tras sufrir un asalto sexual. Ante la situación creada, que era difícil de explicar, y pensando en un escándalo que sembraría dudas sobre sus actos, decidía fingir un accidente. Pero no contaba con la intervención de un detective meticuloso, que pronto de daba cuenta de que todo era un montaje.
El punto de partida era prometedor, al meternos de lleno en el dilema moral al que se enfrentaba la profesora y asistir a su creciente angustia a medida que avanzaban las investigaciones. Algunos testimonios y pruebas podrían comprometerla, como ese examen donde el alumno muerto calificaba a la profesora de ciclotímica o bipolar y demostraba su obsesión por ella.
Sin embargo la película no aprovechaba todo su potencial. Además, un pesadísimo Robert Cummings se dedicaba a lanzar piropos “ingeniosos” a la profesora hasta el hartazgo. Se echa en falta más metraje dedicado a la investigación policial y al posible drama procesal y menos dedicado a una historia de amor inoportuna.

Interesante premisa, adelantada a su época, donde se trata el tema de la violación, en una época en la que el vigente código Hays, prohibía hablar de ello.
Ello hace que, el director, tenga que esquivar muchos planteamientos y cuestiones que de otra manera podrían haberse tratado más abiertamente, pero a pesar de ello, no deja de poner en el tintero una cuestión que hasta entonces el mismo código de censura no había permitido tratar. El crimen en defensa propia y la justificación de él.
Loretta Young, es una profesora de psicología de la universidad. Uno de sus alumnos la viola y ella, intentando defenderse, le mata.
Ante el temor a que la policía no le crea y el escándalo que supondría en su vida, decide camuflar las pruebas del crimen y fingir un accidente.
Cuando descubren el cuerpo, la investigación no se hará esperar.
Aquí la película se convierte en un drama psicológico al uso, muy entretenido eso sí, en el que se torna en un duelo entre el gato ( el inspector de policía) y el ratón ( la víctima), que evita ser cazado. El espectador, inusualmente de parte de la asesina y víctima al mismo tiempo, mientras sigue las pesquisas del brillante detective, no puede evitar desear que la mujer sea mucho más lista que él para que así pueda zafarse de la condena por homicidio que pende sobre ella y de la que nosotros le sabemos inocente.
Un final que no revelaremos pero que, al menos,toma partido por cierta comprensión hacia la concienciación de las víctimas de la violencia sexista, hace que este film, a pesar de tratar muy superficialmente el tema, suponga una pequeña contribución hacia la defensa de la mujer, vuelvo a reiterar, en una época en la que tratar estos temas y defender a una persona que había matado a otra, estaba terminantemente prohibido.
Una pequeña historia de amor que no aporta nada al film, es el peaje obligatorio que había que pagar.
Película correcta y recomendable.

Me ha gustado mucho. Me parece una gran película. Todo un canon de cinta, un sub-género dentro del género.
Loretta Young está espléndida, muy propia en un papel que parece hecho para ella. Mujer algo madura, cuarentona diríamos ahora, profesora de universidad que se encariña, o se deja encariñar, de un alumno que es un tanto polémico. Éste la agrede de forma intensa y con propósito sexual, acoso sexual diríamos ahora, y ella le mata en el forcejeo, sin un propósito claro de ello... Luego limpia el coche, tira al chico por un barranco y oculta algunas pruebas.
Se enamora del tutor del muchacho, que es abogado... amigo del policía que sigue el caso...
Dieterle tiene cosas muy interesantes...