Dhogs

Acto seguido, y después de que el equipo técnico y artístico del corto y sus hordas de amigos con las que habían llenado la sala tuvieran el lamentable gesto de abandonar la sala a oscuras una vez hubo finalizado el corto, se proyectó la gallega Dhogs, debut en la dirección de Andrés Goteira que también se vio en Sitges. Un veterano taxista trabaja en la noche. Un hombre de negocios flirtea con una chica en el bar de un hotel. Una señora ajada y su callado hijo regentan una gasolinera de carretera. Y en un desierto, un anciano resguarda su cabaña con un perro que no quiere comer. Un hombre joven mira un televisor mientras espera la visita de su hijo, y la audiencia de un teatro observa expectante. Todos estos escenarios se verán conectados en una impredecible espiral de violencia y un ambiguo juego entre realidad y la ficción, con formas cambiantes. Un thriller que busca inquietar, y que plantea mil preguntas y no da casi respuestas. Un galimatías confuso de sugerentes atmósferas narrativas. Un galimatías inconsistente, por cambiante, en su mediano look visual y su tono, cuya trama es pobre, aleatoria y confusa. Pero que adquiere interés y valía por la manera en que se presenta el relato, cuyos tres capítulos (Taxi, Canes y Dhogs, anagrama de los sumisos Dogs y los perversos Hogs) son maleable espacio-tiempo, que nunca sabemos si son realidad, obra de teatro o hiperrealista videojuego en primera persona. Una película curiosa no por lo que dice sino por sus envolventes silencios (de nuevo, un gran diseño sonoro). Una entrañable anomalía.

Tras ver una película, me gusta leer las críticas de otras personas, que por norma general me suelen parecer interesantes o correctas. Estupefacta me quedé tras leer que a esta película se la cubre de halagos, porque no creo haber visto la misma película de la que se habla en estas páginas.
Esta película ni tiene nada fresco que aportar, ni tiene nada interesante que contar. Ni hacerse el alternativo bohemio para encontrarle significado merece la pena. Un desfile de planos soporíferos (con una fotografía muy cuidada, eso sí, quizá sea lo único que me haya gustado), diálogos inconexos, personajes aburridos y sin trasfondo alguno, y en general un ritmo absurdo e innecesariamente lento (que si todavía lo que estuviera contando fuese interesante, el ritmo lento no me molestaría, pero es que aquí es insoportable). Podría haber durado 10 minutos y sería infinitamente mejor. Lo único que he disfrutado de los 80 minutos son los ratos en los que me he quedado dormida. Una pena que haya querido prestarle un mínimo de atención para al menos poder juzgarla con propiedad, porque estos 80 minutos los podría haber invertido infinitamente mejor haciendo literalmente cualquier otra cosa.

Puedo comparar el visionado de Dhogs con disfrutar de un gran concierto de jazz en un pequeño club. Una película admirable que no verás en los grandes cines. Es una película para los amantes del cine, no del cine comercial, si no del cine de calidad, ese cine que te hace pensar, que te estimula, que te crea ansiedad... Un cine que si eres amante de películas de culto, thrillers o thrillers psicológicos no te dejará indiferente. Pude disfrutar de este film en un pequeño cine, donde proyectan películas de menor presupuesto, menor publicidad y menos mediáticas. Es una película que hay que buscar, y una vez la encuentras, la recompensa será aún más grande.

En la película se observan influencias de muchas otras, he visto influencias de Tarantino, de Lynch, de Clint Eastwood, de los Coen... El ritmo es pausado, toma su tiempo para que digieras poco a poco cada una de las brillantes escenas. La fotografía está muy cuidada. Pasa por diferentes géneros, cómico, road movie, thriller, teatro... Busca siempre que el espectador forme parte de la película. La interpretación de los actores en su mayoría es impecable, muestran un carácter frío y vacío que resalta la magia de Dhogs.

Es de lo mejor que ha hecho el audiovisual gallego. Dhogs será una de esas películas que pasará de boca a boca entre los amantes del cine, llegará lejos y perdurará en el tiempo. Seguiré de cerca los nuevos proyectos de este director que acaba de empezar y me da la sensación que aún tiene mucho que contar. MUY RECOMENDABLE

A comienzos de siglo un conejo antropomorfo anunciaba el fin del mundo en la excelente “DONNIE DARKO”. Todo acabaría en cuestión de días, según aquel roedor que se notaba, intencionadamente, que era alguien disfrazado.
Y hablaba con una voz sobrecogedora, gutural, como aspirada hacía adentro pero con Dolby Surround hacia fuera, y te dejaba clavado en la butaca...

17 años más tarde, en Galicia, otro conejo ha llegado para anunciar algo distinto. Y lo hace desde fuera de la propia película, desde el cartel, y no augura el fin del mundo: señoras y señores, esto marca un punto de inflexión. Sí, y ahora sí, el cine gallego y filmado en gallego (valga la redundancia) puede traspasar fronteras y ganarse el respeto de cualquier aficionado, aquí o en la China Popular. ¡Bravo!

Porque esto es cine de autor del bueno, con ecos de “HOLY MOTORS”, de “INLAND EMPIRE”, de “IRREVERSIBLE” o de “LAS COLINAS TIENEN OJOS”, aparte de la ya mencionada “DONNIE DARKO”. Y, paradójicamente, el resultado no se parece a nada.

Esto es cine digno, honesto e importante.

Haber estado en el preestreno del film el pasado martes 15 de mayo en el CGAI (la Filmoteca de Galicia), presentado por parte del equipo del film, ha sido todo un placer. ¡Larga vida a sus futuros proyectos!

Si tu cine es para todos los públicos, DHOGS no es para ti.
Si tu cine es comedia y entretenimiento, DHOGS no es para ti.
Si tu cine es inicio, nudo y desenlace, todo bien atado, DHOGS no es para ti.
Si tu cine es para inmensas mayorías, DHOGS no es para ti.
DHOGS es para quien analiza, fragmenta y diagnostica. DHOGS se tritura, se MASTICA y se cuece a fuego lento, a días vista, seas dócil, perverso o ambas cosas a la vez... DHOGS, para una inmensa minoría...
Desde "Animales nocturnos" que la caña post-cine no generaba tanta controversia y debate cinéfilo y eso amigo mío es bueno, muy bueno...
Andresiño! ahí hay talento!!