Apostando al límite

Si estás leyendo esto porque dudas entre ver o no ver esta película, me alegro: aún estás a tiempo de huir de un bodrio monumental.

Yo la sufrí en el cine, y sé de lo que hablo: patéticas actuaciones, una trama insustancial, un tema que no es precisamente apasionante... Pero lo que más fastidia de esta película son esos toques supuestamente dramáticos y de crisis existencial que vive el protagonista mientras hace pesas en su solitario apartamento. En esos momentos es cuando sientes que los minutos duran horas, y que las horas son como días enteros. Y total, para nada, porque la historia es un asco de principio a fin.

Esto no es una película: es un castigo.

Los síntomas del empacho (según la Wikipedia, que muy finamente lo llama "dispepsia") son: ardores, acidez, eructos, distensión gaseosa, flatulencia, sensación de plenitud o presión abdominal, náuseas y vómitos. Bueno, todo eso siento yo en un tren cuando veo que emiten una película ambientada en el apasionante mundo del fútbol americano y casi se me revientan los intestinos por los gases con esta "Apostando al límite" de mis pecados, que es un bodrio inconmensurable. Para que se sepa desde el principio su calidad bodriesca, contratan a Matthew McConejo (soy incapaz de escribir su apellido de memoria, me refiero al noviete efímero de Pe, quien no ha hecho -el McCoñin este- una película buena en su vida, o yo no la conozco) y a un Al Pacino -éste sí sé escribirlo- hiperexcitado que parece el conejo de Duracell pasado de rosca. Los dos compiten en actuar peor y creo que gana Al Pacino por goleada. Es una película muy americana, entiéndase esto en el peor de los sentidos.

Tras la penosa "Vidas ajenas", D.J. Caruso sigue sin levantar el vuelo con "Apostando al límite", una irreal historia sobre el mundo de las apuestas profesionales en Estados Unidos. El guión nos ofrece un relato de lo más previsible, con la clásica historia de chico bueno se enfrenta a la tentación del dinero y la correspondiente enseñanza moral de turno que tanto gusta a los norteamericanos. Así pues, una historia que comienza bastante bien, narrando la vida de un quarterback de talento que debe abandonar el football por una fuerte lesión, se va diluyendo poco a poco en el mundo de los topicazos hasta llegar al paroxismo. De entrada lo más atractivo es el elenco seleccionado, pero McConaughey se limita a poner cara de guapito y poco más, un secundario de la solvencia de Armand Assante está desaprovechado por completo y el gran Al Pacino se excede con una sobreactuación que no viene a cuento. La única que se salva es Rene Russo, con una buena interpretación de la infeliz esposa de Pacino, reflejando convincentemente el sufrimiento de alguien que nunca puede confiar en su pareja. En definitiva un film menor, algo totalmente esperable de su director, que o bien cambia radicalmente su registro o veo difícil que vuelva a tener actores de primera línea en sus próximos proyectos.

Para quienes no quieran leer toda mi crítica, les hago un resumen de un renglón.
Una película para ver el Domingo a la tarde.

Sí, no hay mucho innovador ni de espectacular en esta película, pero tampoco vale menospreciarla.
Se podría decir que lo más importante de esta película es una supuesta moraleja para los apostadores compulsivos, y la gran problemática que puede traer aparejada la costumbre de la apuesta y el juego.

La primera mitad de película me resultó aburrida y predicible. Pero en la segunda mitad el argumento se pone más dinámico e interezante. Cuando parecía que el final iba a ser el peor posible, algunas cosas cambian y queda una gran "enseñanza".

Destaco particularmente la actuación de Al Pacino, que encarna un personaje muy fluído y entretenido, quien se roba toda la película.

Si están aburridos y buscan ver algo "promedio", cuando no hay más nada mejor para ver, esta película puede salvarlos de ver algo peor.
No busquen cosas nuevas en esto porque sigue la cotidiana estructura norteamericana hollywoodense.

... hacer buena una película mala?
La respuesta es obviamente sí, aunque si me pidieran desarrollarla seguiría Al Pacino, nacio en East Harlem el 25 de Abril de 1940... El papel que hace en esta película es realmente espeluznante, los que conocemos algunas cosas del juego sabemos de las sensaciones de las que habla, de los sentimientos que refleja, de las ssituaciones por las que pasa.
Muy recomendada para la gente que crea que tiene algún problema relacionado con el juego en fase incipiente. ADVERTENCIA: no esperen un peliculón.