La mujer de mi vida

Esta película queda como un reflejo de la mentalidad de la generación anterior, relativamente reciente, pero que a día de hoy, sin exponer nada pernicioso, es una visión social que se ha visto superada. Un sencillo ejemplo de lo que antes vendía y que hoy nadie se atrevería a meter en un guión.

Hablo de cuando José Sancho se rehabilita dice a Fabi, "si te vas sé que me derrumbaré". Hoy, por muchos eso sería interpretado como intento de posesión por parte del hombre a la mujer. Que luego Sancho se rehabilite por sí solo es otro tema, pero el detalle que acabo de mencionar es un sutil reflejo de por qué esta película es el retrato de una visión anacrónica.

Cinematográficamente hablando, aunque la película pierde por no centrarse exclusivamente en el triángulo Ramón-Angel-Fabi, es más amena y disfrutable que buena parte del celuloide con los clichés de la 'nueva era', con los que somos bombardeados hoy, que si metes otra cosa parece que ya eres cateto redomado. Independientemente de lo que apoyes o de lo que comas siempre tiene que haber menú para todos, tener donde elegir. Que aunque muchos de los principios que esta nueva sociedad defiende sean encomiables, son propensos de ser llevados al extremo, quedando por tanto banalizados, como una tergiversación esperpéntica de los loables ideales que la cimentaron. En el cine suele ocurrir mucho. Si comparamos el ámbito interpretativo, si antes hasta en las obras de naturaleza menor como la que nos ocupa los actores (grandes José y Emilio) se lucen sin aparente dificultad, hoy día muchas veces esa presencia actoral se echa en falta en un tipo de cine que incluso se está poniendo de moda: vacío y con ínfulas.