La bella del Pacífico

Puedo decirlo de esta manera: Aquello a lo que sueles hacerle más ascos es, casi seguro, que también está en ti. Hace poco, me encontraba a la entrada de un auditorio con tres amigas que laboraban juntas. La más joven entre ellas, les decía a las otras (versión abreviada): -“No soporto a las chismosas de la oficina. Todo el tiempo hablan de las demás como si no tuvieran oficio”. -“¡Cierto que sí! -Exclamó la morena- ¡Qué groserías, hablan hasta de la mamá!”, -“¡Ay sí, qué jartera! –Remató la pelirroja- ¡Son repugnantes!”. Entonces, la morena se acordó de que yo estaba a su lado, y me preguntó: “¿Qué piensas tú de ésto, Guille?” Yo las miré a los ojos, una a una, y enseguida pregunté con la mayor delicadeza que pude: “¿Y no están ustedes haciendo lo mismo?”... Al no hallar respuesta, me alejé en busca de un vaso de agua.

“Los fanáticos se obsesionan con aquello que combaten”, dirá uno de los más lúcidos personajes del filme, agregando enseguida: “Todos tenemos deseos ocultos que disfrazamos de una u otra manera”. Palabras con las que el escritor, W. Somerset Maugham, deja bien claro el propósito de su historia. Un mal común, y una manera de muy triste gente, para aflorar la soberbia. Gente así, la encuentras en todas las clases sociales, pero sobre todo, entre aquellos que, revestidos de poder, se asumen como implacables salvadores del mundo para tratar de acallar su propia conciencia.

<<MISS SADIE THOMPSON”, es un título que me encanta -y que debió conservarse-, pues da cuenta de una mujer con un sombrío pasado, empeñada en volverse respetable sobreponiéndose al asedio de los hombres, pero, sin renunciar al canto y al baile que, bien lo sabe, siempre despierta alegría y entusiasmo donde quiera que ella se encuentre... y así sucede cuando llega a aquella isla volcánica del pacífico donde un resguardo militar vive de manera harto aburrida, hasta que, Sadie, llega para iluminar el ambiente. Está apenas de paso, pues planea irse a Nueva Caledonia donde la espera una nueva oportunidad... pero, al tiempo que atrae poderosamente al amable sargento, Phil O´Hara, no tarda en ganarse la animadversión del poderoso “guía espiritual” de aquellas islas, Mr. Alfred Davidson.

Fuerte pugna entre quien trata de ser y vencer las tentaciones, y aquel que trata de arrasar el mal del mundo sin acordarse de que primero tiene que domarlo dentro. Espacio para mandar al infierno a algunos de los más brillantes innovadores del pensamiento moderno y civilizado como, Freud, Jung y Adler, y lugar para repetir poéticamente la biblia de memoria, mientras el alma se carcome con deseos de estallar.

Curtis Bernhardt, logra un interesante remake de un magnífico cuento que ya había sido llevado al cine, en 1928, con Gloria Swanson, y más libremente, en 1932, con Joan Crawford... y no hay duda de que queda plasmada esa infame hipocresía que ha hundido a tanta gente buena sin afanes de parecerlo, por gente secretamente perversa, desesperada por parecer intachable.

Título para Latinoamérica: LA MUJER DE SATANÁS

"Margarita se llama mi amor..." cantaba desfilando la soldadesca española de los 50. Esto, en versión USA es "Miss Sadie Thompson" (La bella del pacífico) con la Rita rompecorazones por excelencia del cine mundial aterrizando en una "aburrida" isla del Pacífico donde, por obra y arte de las curvas y rojos atuendos de la Hayworth, los marines cambian su relajado y soñoliento estilo de vida por "living con Sadie la vida loca", ante estupor de nativos e intolerancia de extraños.

Esto es una breve sinopsis de una película realizada a "mayor gloria" de Margarita Cansino, actriz (según su declaración de la renta) pero sobre todo símbolo erótico donde los haya y capaz de enardecer el ánimo de las tropas, sean de la bandera que sean, en el trópico o aquí. Rita lo es todo, el fin y el medio, la chicha y la limoná, el centro y si me apuran la periferia. ¿Y el guión? acaso se pregunten. ¿Para que se necesita guión? les pregunto yo a mi vez. Un bluff. Una sucesión de hechos paranormales encaminados a la redención milagrosa de miss Sadie Thompson en las aguas bautismales del Jordán a "manos" (nunca mejor dicho) de un José Ferrer claro exponente y prueba irrefutable de las teorías freudianas sobre la intolerancia y los deseos reprimidos.

Y entre Ritas, Ritas y más Ritas, un huequecito para el amor... ¡Qué bonito!

La verdad es que no podemos negar que la traducción hispana del título en cuestion le viene al pelo a la película, y es que Rita Hayworth, al igual que Marilyn o Audrey Hepburn, es de esas actrices que trascienden lo meramente lógico en su profesión para convertirse en verdaderos iconos para muchas generaciones, que vivieron, viven y vivirán ese desparpajo natural ante las cámaras que a todos nos parece hipnotizar. Fuera de todo esto la película no es que valga mucho y a buen seguro que caería en el olvido sino fuera por el acierto de contar con Rita Hayworth.

Rita Hayworth siempre ha sido todo un icono sexual en el mundo del cine. Desde que protagonizara la genial "Gilda", su fama creció hasta límites insospechados; y en esta ocasión se expone como este sex symbol frente a unos militares en una isla del Pacífico tras la II Guerra Mundial.
La película resulta entretenida y distrae, aunque no llega ser una gran obra. Pienso que de su historia se le podría haber sacado mucho más jugo, pero seguramente la censura de la época no permitiera ahondar en ciertos detalles más concretos.
La historia nos narra la vida de unos militares en una isla del Pacífico en la que no ocurre nada. Un día llega un barco y desembarcan un grupo de misioneros y un guapa joven, para pasar unas horas y luego volver y así retomar su viaje. Pero al poner en barco en cuarentena las personas que lo han dejado deben permanecer en la isla durante una semana. Ahí habrá un choque de culturas, y sobre todo entre las ganas de fiesta y diversión de la joven y la vida recatada de los misioneros.
El guion engancha bien al principio al exponer ese conflicto entre religión y diversión. Un choque que se expone intenso en muchos aspectos. El problema realmente que cuenta la historia es como se va desarrollando ese conflicto. Un desarrollo que no convence y que se posiciona en un aspecto que resulta en cierto modo bastante machista, y por consiguiente no cuadra con la visión actual.
Por este motivo pienso que la película ha perdido mucha calidad, ya que la trama aunque se plantea muy interesante, se va desarrollando hacia una dirección un poco desacertada.
Rita Hayworth está brillante y sensual como siempre. Esta película fue su último éxito de la pantalla después de unas pocas películas mal valoradas por la crítica de la época. Pero en esta ocasión volvió a ganar titulares por su gran actuación de esa mujer que quiere huir de su pasado y que solo piensa en vivir el momento; ya que mañana no se sabe que pasará. La diversión y un futuro nuevo y distinto es lo único que motivan a esta mujer para seguir hacia delante con su vida.
En fin, "La bella del Pacífico" es una película que nos plantea es conflicto que ha existido siempre entre la iglesia y la diversión. Entre la religión y el sexo. Un conflicto bien expuesto en el guion, pero mal desarrollado en mi opinión; llegando a un punto en el que se pierde un poco el interés y la esencia de ese personaje fantástico interpretado por la siempre maravillosa Rita Hayworth.

Rita Hayworth es Sadie, una alegre muchacha, con una voz aceptable, que le ha servido para cantar en el más prestigioso cabaret de Honolulu, adonde llegó desde San Francisco huyendo de algo. Por una cuarentena del barco donde viaja debe de estar unos días en una isla con base militar norteamericana y su llegada pone a todos patas arriba por su alegría y jovialidad. Un respetado caballero de la misión, el Sr. Davidson, que manda más que el gobernador, será el encargado de amargar la existencia a la joven con sus ideas trasnochadas y pueriles sobre su pasado, obligándola a volver a San Francisco, pero una serie de acontecimientos inesperados esperan para un final sorprendente. En cualquier caso el mundo está lleno de señores Davidson que ruegan a Dios, y dan con el mazo, que predican unas cosas y piensan y hacen otras, que son ejemplo de nada y para nadie. En ese sentido es una despiadada crítica a esa estirpe que ojalá desapareciera de la faz de la tierra. Estaríamos en un mundo mejor. Le doy un 6 porque no me ha defraudado y he pasado un rato entretenido aunque lo mejor es esa belleza que titula la versión española.