Cha-cha-chá

Resultona comedia romántica española que le da mil vueltas a la mayoría de los productos hollywoodienses del estilo, que suelen decaer en la media hora final.

El guión no es un alarde de ingenio, pero ya de por sí resulta cómico por lo que nos asegura el entretenimiento, así que complementado con las típicas escenas de confusiones, amistades y amores fingídos y personajes que se esconden en el lugar más recondito para no ser descubiertos obtenemos una mezcla perfecta en la que cada ingrediente se encuentra añadido en su justa medida para que la trama no decaiga y no llegue a desesperar.

A medida que la historia avanza se va rizando el rizo y la situación se vuelve más enmarañada si cabe, ya que los personajes evolucionan con el transcurso de la trama. El elenco de actores protagoniasta realizán actuaciones aceptables, destacando a Ana Álvarez y Eduardo Noriega (que son los que tienen un papel más lucido) y las desternillantes apariciones del siempre cómico Gabino Diego. La construcción de los personajes es muy interesante.

Da gusto ver que el cine español no sólo intenta hacer reir con el humor de caca-culo-pedo-pís en el que tanto insiste.

Lo mejor: que nunca sepas lo que va a pasar a continuación.
Lo peor: el final puede resultar algo confuso.

en su día cuando fui a ver este film lo hice sin muchas expectativas, por aquel entonces el cine español no me tiraba mucho. Al salir del cine este film había conseguido arrancar más de una carcajada o sonrisa con su rebuscado guión al estilo de las antiguas películas españolas pero renovada. Por ello aconsejo verla aunque sea para pasar el rato.

Esta peli un ¿5,4?
Vamos a ver. Para empezar no es de Joliwú ni tampoco es cine oriental o nórdico sesudo. Es simplemente una comedia: buen guión (algo poco corriente en el cine desde hace demasiados años), buen ritmo, buena dirección y buenos actores. Y encima es de enredo como en la época dorada de Joliwú. ¿Que más quieren? Ah, que no sea española. A mí los pseudointelectuales me parecen de chiste. No hagan caso de la nota y fíjense en las críticas buenas que las hay. Para pasar un rato excelente. Esto es cine, o sea ENTRETENIMIENTO. Y lo consigue muy bien. De lo mejorcita de la comedia española.

La comedia española de la década de los noventa, fue un tipo de cine fresco, divertido y optimista que reflejaba el cambio de la sociedad española con aires de modernidad y un descarado desenfado. “Cha-cha-chá” es una comedia juvenil de enredos amorosos, fresca y romántica, además de muy divertida, tema capital para la comedia. Construida sobre el amor, la amistad y muchas mentiras, una comedia coral con situaciones jocosas y delirantes que se sirve de todas las constantes del género, los equívocos, las manipulaciones, las situaciones absurdas y las falsas apariencias.

Antonio del Real cuenta con un excelente grupo de jóvenes actores muy representativos del cine de los noventa que hacen amena y creíble la historia. Una original recreación del mito de Pigmalión, pero al estilo femenino, pues es la mujer con el fin de lograr sus propósitos, la que educa al hombre para comportarse en un determinado ambiente social. La causante del enredo es María (Ana Álvarez) enamorada de Pablo (Jorge Sanz), novio de su amiga Lucía (María Adánez), contrata a Antonio (Eduardo Noriega) modelo profesional, pero algo torpe y rudo al que tiene que instruir para enamorar a su amiga y que abandone a Pablo.

Estupendo guión de Fernando León de Aranoa, muy alejado del tipo de cine que hizo como director. Un paseo por el Madrid cultureta y progre de la época, los Fnac, la Filmoteca y los teatros destacados de la capital, más algunos lugares de ocio, constituyen el núcleo social donde transcurre la trama. Goza también de un estupendo actor de comedias como Gabino Diego que interpreta a un estúpido pijo rico con una caracterización magistral, lo borda. Una comedia sin excesivas pretensiones que es muy digna para el cine español.

Su historia es sencilla pero bien contada. Sus protagonistas jovenes y guapos. Es una comedia de enredo tontorrona si cabe pero bastante eficaz en su conjunto.

La falta de pretensiones es su principal activo. El cine considerado como mero entretenimiento resulta algo muy loable, aspecto que se olvida en no pocas ocasiones. Antonio del Real suele ser un cineasta más sólido que lo que la crítica esta dispuesta a reconocer, capaz de ofrecer cine correctamente finalizado, con un gusto por la mera narración de la historia, prescindiendo de la profundización en los personajes. Sus argumentos no lo requieren.
Los actores están más que correctos. En especial la parena Noriega- Ana Álvarez que muestran una vis cómica pocas veces aprovechada.
Para pasar el rato.