Drácula contra Frankenstein

Aparentemente, no supone sino un remedo de los "cócteles de monstruos" de los años 40 en que derivó la producción gótica Universal. Ahora bien, apenas se profundice un poco emerge su auténtica naturaleza; es decir, una personalísima recreación de la embelesada visión adolescente de ciertas películas visualmente arrebatadoras, potenciada por pulsiones maduras (la erotomanía, la dominación). Apenas hay trama, los diálogos son escasos y a menudo en "off", partiendo de un motor argumental puro cómic: el plan para dominar el mundo del Dr. Frankenstein, a base de esgrimir seres sobrenaturales.

La realización aúna pomposidad y desfachatez, con una banda sonora rimbombante, dentro de un tono grotesco y tétrico por igual. El resultado es un universo onírico y espectral (desde luego, no apto para admiradores ortodoxos del género gótico, o puristas del "Fantastique"; incluso puede sostenerse que su exclusivismo es propio de determinadas manifestaciones del "cine de autor" más elitista, al rozar lo experimental).

Este es el titulo que se le dio internacionalmente a este film y que permite distinguirla más claramente de Dracula vs Frankenstein, film contemporaneo y también bastante peculiar.
¿Y que tenemos aquí? Tras la pasable El conde Drácula en la que Franco contó con Christopher Lee y Klaus Kinsky aquí el director quiere hacer un homenaje al terror gótico de la Universal ¿lo consigue? para nada. Jess no es un buen director y aquí se le cuelan errores de todo tipo (no solo de raccord), escenas que no vienen a cuento, maquillajes de baile de disfraces y hasta un Drácula que apenas se mueve y más bien parece un muñeco. A todo hay que sumar que los dialogos brillan por su ausencia y hay que esperar media hora para que se diga una misera palabra.
Más que mala Dracula contra Frankenstein es una película torpe, patosa Que confirma a Jess Franco como ese tipo con suerte que solia encontrar financiación para sus películas. Films que no solian partir de ideas bizarras (un crossover entre Drácula y Frankenstein no lo es en absoluto) pero que pasados por su peculiar punto de vista (mitad cutrerio mitad ineptitud) intoxicaron bizarramente las salas de cine y videoclubs por todo el mundo.