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El cantor de Jazz

Musical. Drama Primer film sonoro. La Warner Bros. Pictures, que por entonces pasaba problemas financieros, fue el primer estudio en sacar un filme sonoro, que alternaba la voz y canciones de Al Jolson con subtítulos. Por supuesto, e independientemente de la calidad artística del filme, se convirtió en un gran éxito de taquilla. (FILMAFFINITY)
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Críticas 18
Críticas ordenadas por utilidad
9 de noviembre de 2006
45 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
Su estatus como primera película sonora asegura a “The Jazz Singer” un lugar privilegiado en la historia del cine. Pero más allá de la anécdota, estamos ante una cinta que posee un verdadero valor artístico propio. Algunos dirían que en realidad no se trata del primer ejemplo de cine sonoro, pues en realidad es un “part-talkie”, es decir, una película muda que contiene ciertas escenas habladas y algunas canciones. Otros cuestionarían la simpleza de su trama, y en verdad no les faltaría razón: “The Jazz Singer” es la historia de Jakie Rabinowitz, hijo de un cantor judío que lo ha educado para que a su muerte ocupe su lugar en la sinagoga del gueto judío de Nueva York en el que vive la familia. El chico, en cambio, muestra poco interés por ocupar el puesto de su padre y decide convertirse en cantante de jazz, adoptando el nombre de Jack Robin, algo que su padre rechaza vehementemente. En principio, una historia simple y por momentos marcadamente sentimental, es cierto.

Pero la fantástica actuación del gran Al Jolson, así como la energía y el desenfado que destila su voz, convierten este film en una pequeña maravilla que, pese a su carácter todavía bastante rudimentario (estamos hablando de una película de 1927), merece ocupar un lugar de honor junto a otros musicales clásicos producidos en Hollywood. Eso sí, “The Jazz Singer” no es un musical al uso: de hecho, las canciones no funcionan como elementos que hacen avanzar la acción, sino que no son más que excusas para que la voz tan personal de Jolson brille en temas inolvidables como “My Mammy”, “Toot, Toot, Tootsie” o “Blue Skies”. En 1927, cuando se filmó esta película, Al Jolson llevaba ya más de quince años siendo el artista más popular y respetado en los teatros de todo el país, gracias a un estilo vocal contagioso e inimitable, pero esta película lo elevó a la categoría de leyenda.

Ver “The Jazz Singer”, pues, no supone únicamente asistir a un instante histórico y decisivo en la evolución del cine, sino que sirve también como introducción a la música y al arte de Al Jolson, hoy injustamente olvidado, pero sin duda, uno de los grandes vocalistas del siglo XX. Quienes disfruten con esta película seguramente no querrán perderse otros filmes posteriores de Jolson como “The Singing Fool”, o su “biopic”, titulado “The Jolson Story”, ambas también muy recomendables.

Antón García
Nashville, TN.
Erin and Anton Garcia
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3 de abril de 2009
13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Algunas películas tienen la mala suerte de ser las primeras en ofrecer a la sociedad un adelante técnico e inmediatamente queda grabado a sangre y fuego dicho avance siendo postergados sus méritos artísticos o sus defectos.

Más de un clásico del cine mudo, que está en la mente de todos, tiene estos privilegios y otros en cambio como “El cantor de Jazz” resultaron perjudicados.

Me niego hablar de si fue la primera película sonora, realmente es semimuda o semisonora, más lo primero que lo segundo, prefiero comentar sus cualidades narrativas e interpretativas que son muchas.

“El cantor de Jazz” había sido un éxito en Broadway, por lo que dos años después su plasmación en la gran pantalla fue una realidad y un éxito. Se trata de una película muy bonita, emotiva, tierna y moderna para el momento. Muy bien dirigida por Alan Crosland, un director que le faltó algo de continuidad, porque no tiene que envidiar a otros compañeros muy afamados de la época.

Pero por supuesto es la enorme figura de Al Jolson, la que llena la pantalla, con una vitalidad y unos ritmos afroamericanos portentosos.

Quizás que los protagonistas sean judíos ultraortodoxos siempre ha hecho que sea citada de refilón en los manuales de cine por parte de los pseudointelectuales europeos, pero les puedo asegurar que avances técnicos aparte, es una muestra perfecta de lo que era la evolución de las familias emigrantes en Estados Unidos y como los hijos ya nacidos allí, eran más americanos que sus padres, que seguían ante todo siendo italianos, alemanes, irlandeses o judíos como es el caso.

Muy recomendable este film, que en los posteriores remakes como el de Michael Curtiz o Richard Fleischer, no se acercaron ni de lejos a la calidad del original.

Nota: 6,8.
vircenguetorix
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29 de septiembre de 2009
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un bello y ejemplarizante melodrama, constituye la primera película donde, por primera vez, se escuchó hablar (y cantar) en la historia del cine. Producida por la Warner Bros., dirigida por Alan Crosland, y basada en una obra de Samson Raphaelson -llevada a guion por Alfred A. Cohn-, la historia de, <<EL CANTOR DE JAZZ>>, se refiere a un chico llamado Jack, perteneciente a una tradicionalista familia judía, cuyo padre es cantor en una sinagoga y, como suele ocurrir, aspira a que, su único hijo, siga una tradición que se ha mantenido por cinco generaciones.

Pero, el chico está viviendo una nueva época, 1927, y el jazz resuena en su pecho y le sale de la garganta en forma apasionada y espontánea. Su padre –como típico hombre de iglesia-, es obstinado e inconsecuente, y no considera para su hijo, Jack, otra opción distinta a la de seguir la tradición familiar. La madre, en cambio, una leal esposa y una intachable mamá, visiona como factible y respetable la opción de que su hijo no quiera ser cantor de sinagoga y desee interpretar otra cosa.

Es entonces, cuando un hombre sujeto a su ideal tiene que asumir con entereza las consecuencias que devendrán y estar dispuesto a franquear todas las barreras que, por ley de las grandes conquistas, indefectiblemente se interponen en el camino. Que nada relevante se obtiene sin esfuerzo y ninguna gran empresa ha sido a cuenta de chasquear los dedos.

Jack Rabinowitz, se convierte entonces en, Jack Robin, y pronto emprende un camino que lo lleva por los vericuetos de la esperanza, la cual preserva hasta que le llega su musa… y con ella su oportunidad. Pues, como se lee al inicio del filme: “Dentro de todo ser humano hay un espíritu que anhela expresarse”... y hay un camino que debe seguirse cuando se descubra que trae realización, oportunidad de servicio y mucha felicidad.

Con una agradable fotografía y un montaje muy ajustado, <<EL CANTOR DE JAZZ>>, desarrolla una historia realmente conmovedora con personajes y situaciones que remueven el alma ante la dura disyuntiva a la que se ven expuestos ciertos seres humanos.

Al Jolson, recrea un personaje de gran envergadura, ejemplarizante y comprometido con sus grandes amores... y resulta emocionante y conmovedor verlo como protagonista del gran salto dado por el séptimo arte, al pronunciar las primeras palabras que dieron comienzo al Cine Sonoro:

“-¡Un momento! ¡Un momento… todavía no han oído nada! Esperen un momento y verán. ¿Quieren oír, “Toot toot tootsie”? De acuerdo, ¡esperen!”

Seguidamente, tendremos ocasión de escuchar varias agradables canciones que complementan una historia de notables artistas, la cual recomendamos para que sea vista por todos los consecuentes obstinados del mundo.

Título para Latinoamérica: <<EL CANTANTE DE JAZZ>>
Luis Guillermo Cardona
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11 de septiembre de 2012
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primer largometraje que incorpora el sonoro, si bien lo hace de modo parcial ya que solo incluye el sonido en la interpretación de las canciones y en unas pocas palabras que pone en boca del protagonista. El realizador es Alan Crosland (1894-1936) (“Don Juan”, 1928). El guión, de Alfred A. Cohn, con títulos de Jack Jamunth, adapta el relato breve “The Day of Atonement” (1922), basado en la vida de Al Jolson, y la obra de teatro “The Jazz Singer” (1925), de Samson Raphaelson. Se rueda en escenarios naturales de NY, San Francisco, Chastswort (L.A.) e Iverson Ranch (Hollywood) y en los platós de KTLA Studios (Hollywood) y Warner Bros. Studios (Hollywood, L.A., CA), con un presupuesto de 422.000 USD. Obtiene un Oscar honorífico en reconocimiento de la aportación del film al cine y una nominación al Oscar al mejor guión adaptado. En 1996 es distinguido con el premio de preservación por el Nacional Film Registry. Producido por Warner Bros. y The Vitaphone Corporation para Warner Pictures, se proyecta por primera vez en público el 6-X-1927 en sesión de preestreno (NYC, NY).

La acción dramática tiene lugar en NYC (NY), Londres y Chicago entre 1907/08 y 1927. El cantante de jazz Jack Robin/Jackie Rabinowitz (Jolson) es hijo único del cantor Rabinowitz (Oland) de himnos y plegarias de la sinagoga del barrio judío de NYC. Heredó la ocupación de su padre y este del suyo hasta cinco generaciones. Sara Rabinowitz (Besserer) es la madre sacrificada y afectuosa, que mantiene con el hijo una intensa relación de amor materno-filial. Moisha Yudelson (Lederer) es el mejor amigo del padre. Mary Dale (McAvoy) es una joven bailarina clásica que actúa en el mundo del espectáculo y que consigue triunfar en Broadway. Una de las chicas del coro es Myrna Loy. Jack/Jackie, nacido en 1897/98, sensible y frágil, tiene grandes aptitudes para el canto y desde los 10/11 años siente gran afición al jazz y al ragtime. En el momento actual (1927) tiene 30 años.

La obra desarrolla la historia de una familia judía muy apegada a sus tradiciones ancestrales en tiempos de grandes cambios impuestos por el paso del tiempo, la emergencia de nuevas costumbres, el avance en el ejercicio de las libertades individuales y la mejora de los niveles de instrucción e información de la población. Las viejas costumbres endogámicas y cerradas no se sostienen en un mundo abierto, plural, libre y metropolitano como el de Nueva York. Los antiguos planteamientos se han de modificar y se han de adaptar a nuevas formas y nuevos estilos despojados de rigorismos e inmovilismos inconvenientes e innecesarios. En este orden de cosas, el film aporta elementos de juicio que invitan a una reflexión válida para muchos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Miquel
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3 de diciembre de 2010
12 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Seamos sinceros, sino llega a ser por que es la primera película sonora de la historia (y para colmo esto últimamente ha sido puesto en entredicho) este film no sería, ni de lejos, tan recordado. Es más, quizás ni siquiera hubiera sido el gran éxito de taquilla que fue en aquel momento.
Centrándonos estrictamente en lo que es la película en sí, "El cantor de Jazz" no es una historia ni demasiado inspirada ni demasiado entretenida. Y es difícil compartir su moraleja, que se puede resumir en: "sea como sea, no importa que tengas que sacrificar tus propias aspiraciones y sueños personales, haz que tus padres y tus mayores se sientan orgullosos de ti. Aunque acabes siendo un frustrado."
Roverandom
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