La muerte busca un hombre

Un spaghetti western algo desangelado y con momentos sobrantes dentro de un estilo narrativo irregular. Relativamente llega a entusiasmar al espectador y hay que reconocer que está realizado con bastante elegancia lo que se refleja en el buen uso de los recursos cinematográficos. Los fondos musicales juegan un importante papel mientras que la interpretación en general resulta bastante discreta salvo en el caso de María Mahor que saca adelante de manera convincente su papel y que tiene uno de los diálogos más interesantes de la obra cuándo su personaje dice algo así como que sólo a través de la muerte encontrará el verdadero descanso. El paisaje está bien valorado con un hábil aprovechamiento de los exteriores. A pesar de sus defectos que por otro lado no son muchos no es de los peores westerns que se realizaron a principios de los 70 en coproducción hispano-italiana, sino que por el contrario merecería sin tenerla de momento la reputación de mini-clásico del western europeo pues sus altibajos se pierden en un conjunto bastante aceptable.

Más o menos como casi todos los westerns europeos, en este caso coproducción entre Italia y España, que tiene como mejor baza el hecho curioso del que parte su argumento: el que la esposa de un hombre ayude a este a atrapar maleantes que tienen precio puesto a su cabeza... vivos o muertos.
Por lo demás, su ritmo es muy irregular y las escena de acción son parecidas a las del simpático (sub) género. Pero es bien cierto que su planteamiento y resolución, aunque dentro de una medianía en líneas generales, sí que se sigue con interés debido a aspectos curiosos del guión que le apartan un tanto del resto de sus congéneres.
No se puede decir que sea una buena película pero sí que tiene rasgos novedosos, bastante raros, que hacen no sea desdeñable.
Buena interpretación de María Mahor, uno de mis amores platónicos de niño.

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Un cazarrecompensas, Forsythe (Quiney), lleva como cebo a su mujer, Gladys (Mahor), que muere en uno de los lances. Gajes del oficio.
Aparecen entonces dos nuevos personajes. Un enigmático pistolero, Blondie (Lawrence), y Steward (Rosi), un "colgao" que anda como loco detrás de la "hierba" que le proporciona Yuma (Longo), una bruja india despampanante. El "colgao" vive con el resto de su banda en una especie de comuna hippy de las de hacer el amor y no la guerra.
La historia es un truño, el guion malo y la realización peor. Lenta, sin ritmo ni tensión dramática y con personajes que parecen espantapájaros. Montada a hachazos con numerosas escenas nocturnas en las que no se ve nada.
Se salva un poco la música y los esfuerzos de Peter Lee por levantar el tono.
Como dice uno de los personajes cuando le piden ayuda para asistir a un herido: "Que te ayude tu padre".
Pues eso. Huir.