Café con aroma de mujer (Serie de TV)

La historia de Gaviota con la familia Vallejo consigue atrapar al espectador desde el primer minuto. Todos los personajes tienen profundidad y desarrollo durante la trama. Su carisma y química cruza la pantalla. Le llegas a coger cariño hasta a los villanos. William Levy destaca con un papel de galán, que le viene como anillo al dedo. La trama está llena de giros y situaciones memorables, que consiguen hacer cortos los 88 episodios que contiene.

Hoy he terminado de ver la serie “Café con Aroma de Mujer” remake de la versión del año 1994 que yo veía junto con mi madre de pequeño y cantaba la canción de Gaviota.

Aunque no recuerdo nada de la novela, esta versión me ha gustado mucho, como se ve los valores que se enseñan y es una lección de vida; siendo muy necesaria para los tiempos que nos toca vivir actualmente.

Nota: 9/10.

Se trata de una telenovela al uso con los clásicos exactamente iguales q las novelas de hace 25 años
Sin evolución de ningún tipo en la era del empoderamiento femenino aparece la joven protagonista humilde, buena, bella e ignorante en todos los aspectos de la vida, en cambio el galán es apuesto, varonil, inteligente y un hombre de mundo
Los personajes secundarios igualmente parecidos a cualquier telenovela vista con anterioridad, con el maquiavélico hermano al mando y su corte para llevar a cabo todas las perrerías posibles hasta que falten unos pocos capítulos para el final
Lo mejor de la telenovela sin lugar a dudas son los paisajes, y la hacienda q a veces se vislumbra como un lugar muy bello
¿Por qué siguen utilizando en la trama argumentos tan antiguos como obligar a alguien a casarse en contra de su voluntad como si eso funcionara en algún caso, el rechazo a parejas de diferente condición social, exhibir el clasismo como una razón para vivir, y la falta de inteligencia para manejar múltiples situaciones.. además de considerar al público ignorante para aceptar ciertos giros poco creíbles?
Misterios de telenovelas una vez más

Casi que haciendo un esfuerzo "sobrehumano" he podido terminar de ver los 92 episodios de este "remake" de esa pequeña joya catódica de 1994 protagonizada por Guy Ecker y Margarita Rosa de Francisco. Y aunque parece que resumieron la original, se siente más pesada y hasta parece durar más.

"Café, con aroma de mujer" fue una novela que significó un salto superlativo para las producciones del país sudamericano, ya que fue la primera de algunas telenovelas que marcaron una época dorada en la televisión colombiana y que se volvieron muy populares a nivel hispano-parlante.

Sin embargo, sea por la falta de ideas que recientemente han afectado a paises como Mexico y Colombia en cuanto a producciones televisivas se refiere, o por apoyarse descaradamente en el factor nostalgia, esta nueva versión carece de absolutamente todas las virtudes que convirtieron a "Café con aroma de mujer "en todo un clásico.

Una burda actualización que lastimosamente termina por confirmar que la hegemonía colombiana de las telenovelas pasa por un duro momento, una marcada decadencia que se está haciendo demasiado evidente con casi todas sus recientes producciones y que al parecer esta toncando fondo.

Y si todo lo que va venir va a ser asi, parece que todo lo que se haga está condenado a hundirse estrepitosamente. Solo se refleja el bajísimo, por no decir pobre nivel de calidad que están manejando los ejecutivos que dan paso para su respectiva realización.

Ni el galán de turno William Levy, ni la "mona" Laura Londoño, ni la sobreactuación de Diego Cadavid o una Carmen Villalobos que roza el ridículo con sus "tics" de histérica, logran mantener el interés en un relato, que a pesar de sus implicados, ya se hizo mejor, mucho antes, con menos cinismo y hasta menos presupuesto.

Estuve muy ausente hace más de un año sin poder elaborar mis críticas a las producciones debido a que ha habido mucho bodrio y poco para rescatar. Y aclaro para todos que hay que masticar muy bien estas producciones ya que queda uno con agrieras, pesadez y hasta con gastritis para que al final tocara preparar remedios y/o purgas para mejorar la concentración y análisis. No soy médico, ni yerbatero, ni curandero pero de vez en cuando hay que hacer estos procedimientos por el bien de los televidentes.
Con este breve introducción tirando a advertencia, analizaré la versión telemundesca de Café con aroma de mujer que fue exitosa hace 28 años y creado por Fernando Gaitán y dirigido por Pepe Sánchez - ambos fallecidos - empezando por la pareja protagónica que daba pena ajena: Laura Londoño como Gaviota y William Levy como Sebastián Vallejo. Ninguno me gustó. Laura Londoño jamás le llegó a los talones de Margarita Rosa de Francisco y ni de William Levy a Guy Ecker. Me explicó: no tenían plus, ni carisma, no sabían cantar, ni nada y lo que me daba mucha tirria de William Levy es su hablado enredado que provocaba poner subtitulos para ver qué diablos decía.
Por el lado antagónico miro a Diego Cadavid como Iván Vallejo en el cual no le luce y tampoco es muy contundente. Le servía más de reparto. Y ni qué decir de Carmen Villalobos que servía mejor de protagonista a antagónica. Cosas de farándula que llaman sólo por hacer ruido y ya.
Y los de reparto, cada quién hizo lo que pudo. pero los veía de adornos y pare de contar.
Sin embargo, el exhuberante escenario cafetero está muy bien tomado - desde todos los ángulos - y es lo que dió más pié para desarrollar esa horrible y olvidable versión. Lo vegonzoso es cómo machetearon la trama original y la dejaron a la topa tolondra.
Total e insisto, no me gustó la versión telemundesca y aún sigo apegado a la versión original que más me atrapó y cautivó con los que dejaron huella y no la cambio para nada: Margarita Rosa de Francisco, Guy Ecker, Alejandra Borrero, Cristobal Errazuriz, Dora Cadavid, Luis Fernando Orozco (ambos fallecidos), Danna García, Gerardo de Francisco, Guillermo Vives, Constanza Duque, Alejandro Buenaventura, Danna García, Myriam de Lourdes, Juan Carlos Arango, Juan Ángel, Silvia de Dios, etc.
La original nunca superará a nadie; y lo que está quieto, quieto se deja.
Tengo que ser cansón para pedirles a las cadenas y productoras que dejen tanta güevonada y pongánse a crear algo innovador y záfense de esa enfermiza maña que cada día la audiencia se va por necios; ambiciosos y altaneros. ¿Sera mucho pedir?