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No me mandes flores

Romance. Comedia George Kimball es un hombre hipocondriaco que, convencido de que una enfermedad acabará pronto con su vida, decide arreglar sus asuntos antes de que llegue el día fatal. Lo único que le preocupa es su encantadora esposa, de modo que, con la ayuda de su mejor amigo, empieza a buscarle un marido. (FILMAFFINITY)
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Críticas 16
Críticas ordenadas por utilidad
23 de diciembre de 2005
29 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comedia a la vieja usanza, con buenos actores y buen argumento.
Cuenta los problemas de un matrimonio estadounidense de clase media-alta. George, el marido, es un hipocondríaco que un día, por pura obsesión, piensa que sufre una enfermedad terminal y que le resta poco tiempo de vida. Sólo se lo cuenta a su vecino, Arnold, que es su mejor amigo. Como no quiere dejar sola a su mujer, ambos emprende la búsqueda del marido ideal para ella.

Os aseguro unas buenas dosis de carcajadas, sobre todo con el borrachín de Arnold. Los últimos minutos se aceleran demasiado, pero el resto gusta tanto y dura tan poco esta parte que se lo perdonas totalmente.
jastarloa
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17 de mayo de 2007
25 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comedia ligera de los sesenta, que resulta muy agradable y que por lo menos me hizo reír mucho con su humor fino y un poco ingenuo, pero también agudo y con momentos verdaderamente memorables.
La historia se centra en un joven matrimonio. Él es muy hipocondríaco y siempre cree que está a punto de morir de alguna enfermedad. Hace continuas visitas al médico y se toma un montón de potingues para sus diversos males imaginarios. Su mujer, con buen humor y mucha paciencia, sobrelleva sus tonterías. Ambos viven en un barrio residencial de ésos que tanto les gusta sacar en las películas estadounidenses, con preciosas casas unifamiliares, dotadas de todos los adelantos y con jardín. Nos vamos poniendo al día de todos los cotilleos del barrio merced al lechero, que va de puerta en puerta soplando los chismes.
En una de sus innumerables visitas al médico, el protagonista, por un malentendido, se convence de que padece una terrible enfermedad letal, y se preparará para su pronto fallecimiento, haciendo partícipe de su secreto a un vecino amigo suyo y sin revelarle la "tremenda noticia" a su mujer, para no alarmarla. Las absurdas y divertidas situaciones que se van a suceder a partir de aquí no van a tener descanso.
-Digno de mencionar es el papel del médico, un hombre que suscitará nuestras carcajadas cada vez que aparezca.
-También el amigo del protagonista es un personaje inolvidable.
-Y uno de los grandes puntazos lo introduce el dueño de la funeraria. ¡No se pierdan esa parte! Es tronchante.
Se agradece una buena comedia como ésta, de humor sano y sin otras pretensiones que divertirnos y, de paso, burlarse un poco de sí misma y lanzar una pequeña crítica, invitándonos a disfrutar más de la vida.
Vivoleyendo
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27 de diciembre de 2011
18 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tres son las películas que hicieron juntos Doris Day, Rock Hudson y Tony Randall y las tres son comedias elegantes y, a la vez, desternillantes. Se sabía que Tony Randall era un gran cómico, se podía intuir esa misma bis cómica en la dulce Doris Day, pero es desde luego, Rock Hudson, el gran descubrimiento en este género de la comedia en el que demuestra que es, verdaderamente, no sólo capaz sino genial en sus composiciones cómicas.
"No me mandes flores" nos cuenta la historia de George Kimball, un hipocondriaco que, debido a una confusión telefónica, cree que le quedan sólo unas semanas de vida. Con su abogado y amigo Arnold elaboran una lista con los posibles nuevos maridos para la dulce esposa de George.
Película divertidísima llena de ritmo, acción y gags estupendos propios del slapstick mudo. Cuenta con un guión extraordinario y diálogos lúcidos y punzantes. Consigue que pasemos por los tres estadios de la alegría: sonrisa, risa y carcajada.
Jewison consigue, además, el "más difícil todavía". Si siempre se ha dicho que para directores y actores es mucho más difícil la comedia que el drama, obsérvese que en esta deliciosa comedia "negra" los actores y actrices -especialmente Rock Hudson y Tony Randall- han de caminar continuamente por el filo de la navaja. Abrumados por la fatal noticia deben conseguir nuestra complicidad y nuestras risas a base de gestos y miradas que sean los justos y adecuados, sin desmadrarse, sin caer en el histrionismo, sin desplazarnos abruptamente del fondo dramático de la situación. Y a fe que lo consiguen. Así que, sin ninguna duda, deberíamos aplaudir este "más difícil todavía".
el chulucu
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29 de diciembre de 2008
18 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine hollywoodense, ha tenido siempre la supremacía absoluta en tres géneros cinematográficos: el western, el musical y la comedia. En estos terrenos, uno puede regodearse con innumerables historias que tienen el sello de la perennidad, pues, han sido realizadas con las mejores cualidades y con los mayores recursos del séptimo arte. Pero, paradójicamente y en muchísimos casos, son realizadores de otras nacionalidades quienes han puesto su talento al servicio del cine Made in U.S.A., y es precisamente esta ventaja la que lo ha hecho grande durante todos estos años.

Dirigida por el canadiense, Norman Jewison (el director que poco después nos daría, “In the heat of the Night", "Fiddler on the Roof"… y la reciente “The Hurricane”), <<NO ME MANDES FLORES>>, es una estupenda comedia de enredos cuyo origen, como el de tantas otras, es el teatro hecho para las galas de Broadway.

Protagonizada por dos grandes, Rock Hudson y Doris Day, en toda su salsa y secundados por un grupo de actores de primera línea, la película nos cuenta la serie de vericuetos en la que un adicto a los fármacos (hipocondríaco que llaman), al malinterpretar una llamada telefónica de su médico (quizás el más honesto que nos haya mostrado el cine), cree que le quedan pocos días de vida. Entonces, en un arranque de desprendimiento y generosidad, decide no dejar sola a su mujer y se propone encontrarle un marido digno de reemplazarlo cuando él se haya marchado a mejor vida.

Los recursos de la trama son bien ingeniosos, frescos e hilarantes y, además, se precian de contar con unos diálogos -aporte de los autores de la obra, Norman Barasch y Carroll Moore, y complementados por el cáustico guionista, Julius J. Epstein- que dan siempre en el blanco. Por otra parte, los personajes dan la perfecta medida: Desde el lechero, el empleado de la funeraria o el seductor… hasta su punto más alto con el amigo de George, un genial, Tony Randall, al que no le hace sombra ninguna de sus entradas; y para su adaptación al cine, Jewison crea situaciones exteriores que encajan con efectividad y mantienen el tono de comedia del tema entre telones.

<<NO ME MANDES FLORES>> -título que es quizá el mensaje que quiere dejar, George Kimball, a su agraciada esposa para cuando él asuma la partida-, es pura diversión, grata e inolvidable... y es también un recordatorio de que, si las drogas no te matan, te matará un día el miedo que es el que hace que te las tomes.

Recuerdo la lápida que le pusieron un día a un hipocondríaco: “¿Vieron que sí estaba enfermo?”
Luis Guillermo Cardona
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31 de octubre de 2008
16 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué éxito aquellas películas cómicas de los 60 de Rock Hudson, en especial las 3 que rodó con la señora Day y Tony Randall.
Comedia norteamericana al uso de calidad y buen gusto. Tony Randall forma el trío exacto para estos típicos enredos, de compañero de fatigas del señor Hudson.
En este caso, el marido escucha al médico decir que al paciente le quedan semanas de vida y enseguida se piensa que estaba hablando de él, por lo que apesadumbrado se pone a trabajar para dejarle a su mujer la vida solucionada.
Es muy díficil hoy día encontrar películas de este tipo, con ese humor transparente; en algún momento hay que recurrir al mal gusto buscando la carcajada fácil. La inteligencia es la base del buen humor.
Memorable el bofetón que le pega la señora Doris a su marido cuando está durmiendo en la cama, ahí ha quedado para la posteridad. Y es que es un acierto el contrapunto que ofrece la pareja Doris/Rock físicamente; desde luego unas actuaciones de gestos y muecas de lo más variopintas.
Estupenda y muy recomendable como los son las comedias blancas sin más y sin escenas escabrosas.
floïd blue
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