Haz click aquí para copiar la URL

Teodora, emperatriz de Bizancio

Aventuras. Drama. Romance El pueblo de Bizancio está en gran agitación, y el emperador Justiniano se disfraza y realiza una gira por las calles para descubrir el motivo del descontento generalizado. Así conoce a Teodora, auriga del circo, de quien se enamora y desposa. Un patricio difama a la nueva emperatriz y una sublevación popular, apoyada por el general Belisario, la pone en el trono. (FILMAFFINITY)
Críticas 2
Críticas ordenadas por utilidad
11 de mayo de 2014
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Riccardo Freda realizó en el 1954 uno de los films históricos más famosos de la década de los cincuenta (muy propicios a este tipo de cine, especialmente en el ámbito Italiano), titulado Teodora, imperatrice di Bisanzio (Teodora, Emperatriz de Bizancio), que muestra de manera más o menos histórica (con algunos elementos fabulados) la subida y aceptación al poder de uno de los emperadores más importantes del imperio bizantino, Justiniano. Alejándose un tanto de la nefasta (y adulterada) visión de Procopio de Césarea (pero también recogiendo muchos elementos de su versión) Riccardo Freda nos presenta un film interesante, que sin embargo adolece también de un estilo encorsetado tan propio de producciones históricas similares (los actores parece que estén declamando un texto teatral en muchos momentos). No era un don nadie Freda en este ámbito, pues ya había realizado algún que otro ejemplo de estas películas históricas, como Spartaco (Espartaco, 1953) o Il Cavaliere Misterioso (El caballero misterioso, 1948).

Detrás de un gran hombre hay siempre una gran mujer, que dice el refrán, y en el caso de Justiniano fue totalmente cierto. La película nos presenta la ascensión social de Teodora, una bailarina que consiguió hacerse emperatriz debido a sus innegables dotes para captar la atención del emperador. La recreación histórica resulta interesante, aunque evidentemente haya algunos elementos que salten a la vista (como los letreros escritos en italiano). La presentación de Bizancio es correcta, con especial atención por algunos lugares recreados. Los momentos del circo resultan convincentes, y Freda nos muestra los espectáculos entretenidos que tenían subyugado al populacho, con alguna que otra secuencia bien planificada. En general la película realiza una aproximación a la dualidad que se presentaba en el circo y los seguidores de los diversos equipos. El verde se presenta como el equipo popular, mientras que el azul es el equipo de los patricios. La película desarrollará aún más esta dicotomía, cuando una vez ya convertida en emperatriz, Teodora decida reducir al estrato patricio algunos de sus privilegios. La película coloca a Justiniano y Teodora como una pareja de carácter divino, pero unida en gran medida al pueblo, y opuesta al patriciado, que se muestra como un estrato con ansías de usurpación.

Para ello la película focaliza la envidia y egoísmo del grupo patricio en la figura histórica (pero falseada) del ministro de Justiniano, Juan de Capadocia. Esta figura se convertirá en el poder en la sombra que decide junto a otros aristócratas quitarse de en medio a Teodora porque ve como está ocupando cada vez más una parcela de poder que en teoría le corresponde a él.

Uno de los aspectos más interesantes de la película es la manera en como Freda enseña la sexualidad un tanto desviada de la pareja Justiniano y Teodora. En esos momentos la película se acerca un tanto al historiador bizantino Procopio de Cesárea, quien llegó a ser una de las figuras más críticas con el emperador. Según Procopio, la pareja real fue una unión llena de vicios y defectos. Teodora una usurpadora que lo único que pretendió fue hacerse con el trono, y que sedujo con malas artes a Justiniano. Es cierto que Freda hace caso a esta parte de Femme Fatale que desarrolla Teodora en la película, pero sin duda se trata de puros motivos cinematográficas (el relato de Procopio es ciertamente jugoso).

La belleza de Gianna Maria Canale da para ello. Múltiples son las secuencias en las que ella sola se encarga de hacer subir la temperatura, con sus famosas escenas de seducción mediante bailes (Teodora fue famosa por sus excelentes calidades como bailarina) o la mítica secuencia en la que sale de la bañera. Evidentemente Freda se sirve de el relato para poder enseñar a Canale en todo su esplendor.

Realizada con un esplendoroso Technicolor, otro de los alicientes de la película es la muestra de sus escenarios históricos. Espectaculares resultan algunas secuencias, como las carreras de cuadrigas que tienen lugar en el circo (la puesta en escena de Freda resulta perfecta para el espectáculo circense, majestuosos planos de las gradas celebrando las carreras), o la que tiene lugar cuando el propio Justiniano accede a la jaula de los tigres (el actor que interpreta Georges Marchail parece introducirse realmente en la jaula de los animales, sin que haya ningún tipo de trampa). A parte de eso la película sigue un esquema bastante rutinario y previsible. Algún que otro elemento cómico da una pátina de frescura a la película, como el personaje del bufón al que castigan a juicio.

http://neokunst.wordpress.com/2014/05/11/teodora-emperatriz-de-bizancio-1954/
Kyrios
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
13 de febrero de 2024
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como si hubiera hecho un juramento a Dios, me compro un libro de Bizancio y me encuentro con esta película.

Y es que Teodora de Bizancio, es de esos personajes tan heavy, que no hay explicación posible a cómo no tiene ya su propia serie o película propia, en vez de tantas repeticiones de Louis XIV, XV, XVI, Los Tudor, Ana Bolena, y los York, los Reyes Católicos, Sissi (hasta tres series a la vez, qué tortura)...no se comprende, o yo al menos no lo hago.

Estamos hablando de una joven que comenzó trabajando como bailarina en números de circo, que luchó junto a su familia en pleno reinado de Justiniano, para poder llevar el circo de su padre, como domadores, y se les negó, comenzando así una cuestionable carrera como meretriz, y luego con un marido al que no amaba, pero que la puso en contacto con la corte.

Y es ahí donde parece que el cuento de la Cenicienta se cumple en Teodora. Enamorado sin remedio de ella en un principio, queriendo deshacerse de ella por lo que es más tarde, Justiniano no puede si no comprender finalmente que Teodora es su destino.

Georges Marchal interpreta de forma maravillosa a Justiniano, y la hermosa Gianna Maria Canale, vista en producciones como "Los últimos días de Corinto" o "La rebelión de los gladiadores" con Georges Marchal, por casualidad de nuevo, hace de una Teodora que despierta la lujuria al primer golpe de vista, tal es la feminidad que traspira, absolutamente sensual y fatal, que va cambiando hacia una belleza serena.

Físicamente Gianna es todo cuanto Teodora se cuenta que es. La película cuenta con el conde Belisario quien planea destronar a la pareja, pero la clave de la importancia de esta película, por cierto, casi imposible de encontrar sin subtítulos en español, está en que es la única junto a "La invasión de los salvajes" en mostrar a esta gran emperatriz, cuya vida ya era mito antes de morir, y su historia de amor con el emperador.

¿Cómo puede existir tan poco material para alguien tan grande?
barbara12
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow